El Che, a 40 años
30/08/2007 a las 02:10 | Publicado en 08) Archivo: Cátedra Ernesto Che Guevara (1997-98) | Deja un comentario
DOCUMENTO: A 10 AÑOS DE LA EXPERIENCIA DE LA CÁTEDRA ERNESTO CHE GUEVARA
En el segundo cuatrimestre de 1997 surgía en la Universidad Nacional de La Plata la Cátedra Ernesto Che Guevara. Esta actividad formó parte de una cantidad de iniciativas que por aquellos días aportaron a la recuperación de la memoria histórica y la reivindicación de las experiencias militantes de nuestro pasado reciente.
Fueron 13 semanas seguidas de encuentros, testimonios, debates, lecturas. Como registro de lo que se fue generando, al finalizar la cátedra se editó un cuadernillo con las desgrabaciones de todas las exposiciones e intervenciones.
A 10 años, volvemos a publicar este documento que contiene una pluralidad de visiones sobre la historia y nos introduce nuevamente en la reflexión sobre los legados de las luchas de los 60-70 en la actualidad.
La cátedra fue una iniciativa de las agrupaciones estudiantiles AULE, MUECE, Forja y Raíces (estas dos últimas ya no existen), y fue uno de los orígenes del espacio que más tarde llamamos Galpón Sur.
Contenido:
30/08/97. Clase inaugural. Guillermo Cieza, Martín Obregón, Gabriel Fernández, Orlando Díaz
30/08/97. Antecedentes históricos. Jorge Pérez, Manuel Gaggero, Miguel Mazzeo, Alexis Latendorf
6/09/97. Revolución Cubana. Alexis Latendorf, María del Carmen Ariet
13/09/97. Teoría y lucha contra el imperialismo. Luis Bilbao, Claudia Korol
20/09/97. Teoría y lucha contra el imperialismo. Manuel Gaggero, Gabriel Fernández, Jorge Cardelli, Luis Brunatti
27/09/97. El pensamiento político del Che. Eduardo Gurrucharri, Luis Mattini
4/10/97. El pensamiento filosófico del Che. Horacio González, Rubén Dri
11/10/97. Humanismo y ética revolucionaria. Diana Kordon
18/10/97. Revolución y democracia. Félix Cantero, Víctor Mariani, Pablo Bonavena, Envar El Kadri
25/10/97. El pensamiento económico del Che. Gabriel Fernández, Alberto Plá
1/11/97. La influencia del Che y la Revolución Cubana en América Latina. Ricardo Napurí, Manuel Gaggero, Envar El Kadri
8/11/97. La influencia del Che en la Argentina. Daniel De Santis, Graciela Daleo
15/11/97. El legado del Che en la actualidad. Guillermo Cieza, Vicente Zito Lema, José López Mercao
Anexos
16/11/97. Encuentro de Movimientos Sociales «Ernesto Che Guevara». Documento, Plenario de conclusiones «Aportes a la
unificación y autonomía de los movimientos sociales», Panel de cierre, Organizaciones que participaron
7/03/98. Encuentro Nacional de Cátedras Ernesto Che Guevara. Balance 1997, Conclusiones, Acto de cierre
El material que presentaremos incluye:
– La desgrabación de cada charla
– La bibliografía de los temas desarrollados
– Anexos con textos del boletín “Cátedra Che”, que se repartía en cada encuentro
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la biblioteca.
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30/08/2007 a las 02:08 | Publicado en 08) Archivo: Cátedra Ernesto Che Guevara (1997-98) | Deja un comentarioCátedra Ernesto Che Guevara – Universidad Nacional de La Plata.
Sábado 30 de agosto de 1997. 18 hs. Aula 1 del ex Jóckey Club (48 e/6 y 7).
CLASE INAUGURAL.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS.
Guillermo Cieza, Martín Obregón, Gabriel Fernández, Orlando Díaz.
Jorge Pérez, Manuel Gaggero, Miguel Mazzeo, Alexis Latendorf.
Guillermo Cieza:
Buenas tardes. Bienvenidos a la Cátedra Ernesto Che Guevara. Quiero empezar pidiendo disculpas por algunas incomodidades que tenemos con respecto a la ubicación de los presentes. La convocatoria realmente ha excedido nuestros pronósticos más optimistas. De todas maneras, creo que esta concurrencia convocada por la figura de Ernesto Che Guevara es una buena señal. Celebro entonces que tengamos, para hablar de Guevara, estas incomodidades.
Vamos a iniciar esta Cátedra al terminar el mes de agosto, mes en que se conmemora el fallecimiento de José de San Martín, tan argentino y latinoamericano como Guevara. La historia oficial, lamentablemente, convirtió en bronce un ejemplo de vida muy rico, por sus convicciones, por sus ejemplos, por sus lealtades, por sus desobediencias. Estamos en deuda con San Martín y algún día sería bueno la organización de seminarios para bajar a este prócer de la estatua y llevarlo a la carne y hueso.
En este mes de agosto, también recordamos los 70 años del asesinato, después de una parodia de juicio, de Sacco y Vanzetti, dos trabajadores anarquistas condenados por sus ideas. También en este mes de agosto, hace 35 años teníamos al primer desaparecido político de nuestro país, el obrero metalúrgico Felipe Vallese. Hace 25 años se producía la masacre de Trelew, quizás un anticipo del proceso genocida que nos dejaría un (…) saldo de 30.000 desaparecidos.
En este mes de agosto, también, de este año, en nuestra ciudad fueron detenidos 78 militantes populares que participaban de un corte de ruta, en el marco de un paro convocado por las centrales sindicales CTA y MTA. Algunos de esos militantes que pertenecían a distintas agrupaciones políticas, gremios y agrupaciones de secundarios, hoy siguen procesados. Estas detenciones forman parte de una escalada represiva que se viene desarrollando en nuestra ciudad. Desde esta Cátedra denunciamos esta escalada y adherimos a los reclamos por la libertad de los presos políticos y el cese de las persecuciones judiciales. En ese sentido, adherimos a una valiosa tradición mantenida en nuestro país durante décadas. El origen político, la organización a la que pertenecen los presos políticos, los asesinados, los desaparecidos, pierden importancia frente a la necesidad de un reclamo unitario. Fueron, son y serán nuestros presos, nuestros muertos, nuestros desaparecidos. Desde allí hacemos el reclamo y adherimos a la iniciativa que vuelvan a su vida en libertad.
Con respecto al tema de hoy, quería comentarles que venimos con el atraso de una clase porque fue suspendida la semana pasada por el paro. Por eso decidimos juntar las dos clases de «Antecedentes» en una misma jornada, hecho que va a restringirnos hoy en lo que hace al debate, es decir, vamos a tener menos tiempo. Pero antes de pasar a las distintas personas que van a participar en esta presentación, se va a dar a lectura un documento de las agrupaciones universitarias que han trabajado en la organización para traer esta Cátedra a la ciudad de La Plata. Voy a ceder la palabra al estudiante Martín Obregón.
Martín Obregón:
Buenas tardes. Bueno, como bien dijo Guillermo voy a dar lectura a un documento que en forma conjunta redactaron las agrupaciones que organizan la Cátedra acá en La Plata, las agrupaciones AULE de Humanidades, MUECE de Ciencias Económicas, Forja de la facultad de Derecho y Raíces de la Escuela de Trabajo Social.
El motivo que nos moviliza para organizar esta actividad tiene su origen en la voluntad de discutir una serie de temas que hoy están ausentes en las universidades, y en la necesidad de profundizar el proceso de recuperación de la memoria histórica que el movimiento popular está experimentando en estos últimos tiempos, a través de nuevos debates sobre un conjunto de problemáticas que han sido sistemáticamente negadas o deformadas por la historia oficial.
La idea de una cátedra sobre Ernesto Guevara surgió por iniciativa de un grupo de estudiantes, militantes, docentes y graduados de la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, proyecto que se concretó desde el cuatrimestre pasado en esa facultad. La idea de estudiar, investigar y difundir esta historia fue extendiéndose por diferentes puntos del país, como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Témperley, y el comienzo de esta Cátedra en La Plata es una expresión más del creciente interés por el estudio de estos temas.
La Cátedra tiene el carácter de libre, es decir que todos los interesados pueden cursarla, sean o no estudiantes universitarios. No partimos desde una orientación dogmática ni unidireccional, sino que lo concebimos como un espacio académico donde sea posible reflexionar y debatir, respetando las distintas prácticas e interpretaciones. Pensamos la Cátedra como un lugar que pueda movilizarnos y a través del cual muchos puedan acercarse a la universidad. Un ámbito desde donde generar proyectos para el conjunto de la sociedad, que fomente la circulación de ideas y promueva el espíritu crítico a partir del análisis de nuestra propia historia. Entendemos que lo académico y lo político van unidos, porque de lo que se trata es de pensar y conocer para transformar la sociedad, y no resulta posible fragmentar los procesos de apropiación y generación de conocimientos de la acción política y de la ideología.
Proponemos discutir al Che, lejos de aceptar las deformaciones y ataques malintencionados a sus ideas y su lucha, sino analizando su pensamiento político, sus límites, su actualidad. Interrogarnos críticamente sobre las diferentes apropiaciones, desde el mito incuestionable hasta el símbolo sin historia, el ícono de mercado. Pero la posición básica de la Cátedra es la de no pensarlo como quijote, idealista solitario, sino como expresión de varias generaciones de revolucionarios latinoamericanos, el Che como rostro de toda una tradición de luchadores sociales y militantes políticos antiimperialistas, que dieron sus vidas para liberar a sus sociedades.
No vaciar la figura de Guevara significa rescatar sus valores, el papel de la voluntad, la dedicación, la acción militante consecuente, la revalorización de una moral superadora, la construcción de una nueva actitud solidaria y una nueva sensibilidad. Recuperar ese contenido, esos conceptos, implica provocar un quiebre respecto a las pautas culturales que se nos presentan como hegemónicas en la actualidad.
Polemizar y no santificar, criticar y cuestionarnos también a nosotros mismos. Lo cual no significa que pretendamos adueñarnos de su figura, ni establecer estériles distinciones entre verdaderos o falsos continuadores del guevarismo, sino que, por el contrario, lo que tiende a prevalecer es la discusión. Abordar la obra teórica y práctica del Che o reflexionar sobre la proyección actual de su legado, son todas cuestiones de debate antes que de apologías y homenaje.
En nuestro país, la derrota del movimiento popular, el avance del capitalismo neoliberal y la ausencia de proyectos alternativos, nos plantean la necesidad de recomponer nuestras fuerzas, y de pensar en nuevas bases y formas de participación y de construcción política. Este espacio está orientado en el sentido de contribuir en la recuperación de conceptos e ideas para poder recrearlos y proyectarlos hacia el futuro. Forzar los límites de lo posible-imposible requiere proveernos de herramientas y elementos para la crítica, conocer para aportar en la construcción de una nueva sociedad, unir la teoría y la práctica en un proyecto transformador.
Señalamos que el objetivo era a la vez político y académico. Como agrupaciones políticas queremos que así sea nuestro acercamiento al Che, tomar esta historia como parte de nuestra formación integral. Por eso queremos también destacar la importancia de una cátedra como ésta en nuestra universidad, ante el vacío académico existente.
La universidad atraviesa un momento en donde las políticas y los programas académicos no son los nuestros, no los decidimos nosotros. Las autoridades han venido adaptándose a las disposiciones que dicta el gobierno nacional, y las reformas impulsadas en la educación -y dentro de ella, en el nivel superior- son las que han planificado los organismos de crédito internacionales. Las modificaciones que se refieren al papel a desempeñar por la universidad, las estructuras institucionales, los modelos de construcción del conocimiento, los criterios académicos y de investigación, son realidades que nos plantean el desafío de anteponer un proyecto propio, lejos de aceptar las concepciones utilitaristas y mercantiles de la educación, los subsidios interesados en achatar nuestro pensamiento, las secretas evaluaciones y categorizaciones que imitan las jerarquías empresariales, los incentivos y premios que se inyectan como fomento a la lógica de la beca y la salida individual. Por eso nosotros no hablaremos de créditos, puntajes o bonificaciones, conceptos que representan mucho más que una casual coincidencia con el vocabulario bancario, ya que en estos ámbitos de lo que se trata es de encontrarnos, reflexionar y crear.
Si observamos la tendencia y los parámetros que rigen hoy en nuestra universidad, las carreras de grado no deberían incorporar los temas que esta Cátedra presenta para estudio e investigación. El programa de la Cátedra quedaría encuadrado, en cambio, como especialización para ser dictada exclusivamente a través de las modernas maestrías, es decir, en cursos de posgrado inaccesibles por aranceles y cupos, que excluyen a la mayoría -inclusive graduados-. Son estos niveles, que limitan el acceso al conocimiento, los que las autoridades universitarias se empeñan en fortalecer, en perjuicio de la enseñanza de grado.
Pero incluso un proyecto de posgrado debe ser acreditado, a través de arbitrarios mecanismos, para obtener el financiamiento del FOMEC, programa del Banco Mundial que comienza a reemplazar el presupuesto estatal. ¿Dónde quedaría el objetivo académico-político si nos subordináramos a la lógica que pretenden imponernos, y que sólo promueve la acreditación y el perfeccionamiento personal a costa del resto de la comunidad educativa? ¿Hablar de la lucha latinoamericana y del antiimperialismo por gracia de las dádivas que ofrecen los organismos que sojuzgan a nuestros pueblos?.
Por eso las condiciones de realización de esta Cátedra representan una alternativa, que nos debe permitir avanzar en la constitución de un discurso académico que quiebre las tendencias establecidas actualmente. Esta Cátedra es posible gracias a la militancia, el esfuerzo y el trabajo voluntario de muchos compañeros, y es una forma más de seguir cuestionando desde adentro a la universidad, enfrentando los proyectos de degradación de nuestra formación y elitización del acceso al conocimiento. Es posible que hoy una de las maneras de continuar la lucha en defensa de la educación y desarrollarla con un cauce político transformador sea concebir a la docencia y la investigación como partes integrantes de nuestra actividad militante; la enseñanza y el aprendizaje sin recompensas materiales, un ayuno cotidiano en la búsqueda por el reconocimiento. Esta es la expresión de un proyecto que aspira a que, a partir de la creación de nuestros propios espacios, podamos recuperar también los espacios que son de todo el pueblo. Que seamos nosotros los que elegimos qué queremos estudiar, qué textos queremos leer, quiénes queremos que sean nuestros maestros; y que podamos reflexionar en forma colectiva sobre el pasado, el presente y el futuro.
Estas son algunas consideraciones que nos sugiere el comienzo de la Cátedra Che Guevara, pidiendo, desde ya, disculpas por las falencias organizativas, y agradeciendo inmensamente a los compañeros de la agrupación El Mate, de la facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires. Muchas gracias.
Voy a ceder la palabra a Gabriel Fernández, que es coordinador de la Cátedra de la UBA y que también nos acompaña en la coordinación de esta Cátedra.
Qué tal, compañeros. Les agradezco enormemente que estén aquí, así como agradezco profundamente a la organización de los compañeros de La Plata, y a aquella iniciativa del año pasado de la gente de El Mate, como mencionaba el compañero recién, que parecía destinada inicialmente a congregar únicamente a personas que adscriben exclusivamente a una doctrina determinada. Sin embargo, tal vez por no haber abrevado adecuadamente, entre otros revolucionarios argentinos, en el Che Guevara, no logramos prever la magnitud del desarrollo de este tipo de encuentros. Felizmente se dio, y me hace recordar a expresiones del Che vinculadas con esto que es el tema del aprendizaje y el tema del saber. Cuando Guevara instruía a compañeros de distintos lugares de la Unión de Jóvenes Comunistas en Cuba para tareas alfabetizadoras, él les comentaba: no se equivoquen, ustedes llevan herramientas técnicas, instrumentos, teorías valiosas para la gente, pero la arquitectura, el contenido, el saber en sí mismo está en la gente misma, lo que hay que hacer es desarrollarlo. En ese sentido, la amplitud de criterios ha regido la Cátedra en Capital Federal y, por el buen trabajo en el ordenamiento del programa y en la selección de docentes que hemos visto en La Plata, va a regir esta Cátedra que se inicia hoy.
La intención es que la rigurosidad sea fuerte, que el nivel docente sea importante, para que la transmisión de conocimientos sea lo más sólida posible, pero al mismo tiempo que abarque la enorme riqueza histórica que tiene el movimiento popular argentino a la hora de interpretar la realidad. Que abarque las distintas corrientes que hoy mantienen un espíritu de liberación para seguir adelante en base a los intereses más profundos de la sociedad. A eso se dirigía el Che Guevara como a eso se dirigían enormes revolucionarios, a quienes deseamos integrar en el homenaje que significa esta Cátedra, por caso, John William Cooke, por caso, Agustín Tosco, desde distintas vertientes del movimiento popular, sintetizados en todas las corrientes que conforman ese enorme contingente humano que es la lucha de los 60 y los 70, que derivó lamentablemente en 30.000 desaparecidos, que nos acompañan hoy a nosotros y a quienes también dedicamos como homenaje esta Cátedra que se inicia hoy.
¿Para qué sirve estudiar historia si lo que nosotros queremos es transformar la realidad presente?. Y en ese sentido no queremos engañar a nadie. Porque si bien nosotros trabajamos sobre la investigación y el desarrollo académico, lo que queremos es, sin partidización, vertir conceptos que vayan hacia la transformación integral de los espacios sociales. Sirve en ese sentido si no lo tomamos desde un solo sector, sino el consenso amplio desde el conjunto del campo popular, para evaluar lo que hemos llamado tres movimientos básicos de la historia de un pueblo. El primer movimiento es la admisión de esa historia, algo que nos ha sido negado en los últimos 20 años. La admisión de que en lugar de grupos de café, de grupos reducidos y minoritarios enfrentados al sentir popular, hubo enormes movimientos de masas en la república Argentina y en América Latina que lucharon por la liberación. En segundo lugar, como decía el compañero en ese excelente documento que leyó, la verdadera valorización del pensamiento crítico, que nos puede llevar a evaluar si se cometieron ciertos errores y en todo caso en qué marco se cometieron, para no tropezar con la misma piedra en ese punto ciego que suele tener la vista de los que miran mucho para adelante. Y al mismo tiempo, en el tercer movimiento, es la aplicación concreta de esas experiencias. Creo que la virtud de la Cátedra Che Guevara en Capital, y por lo que hemos visto en los distintos lugares donde se ha organizado, es básicamente la transmisión de conocimientos, la circulación de información y el tirar puntas para una reflexión que ustedes ya tienen, que ustedes desarrollan en tanto personas interesadas en el acontecer de nuestro país y en el acontecer de América Latina.
Si nosotros seguimos profundizando en esto, si nosotros seguimos fomentando el encuentro popular, el diálogo popular que logre hacer de colchón interpretativo para el mensaje neoliberal hegemónico del poder, que nos dice que la historia ha terminado y que nada sirve ya, si nosotros logramos recrear esa capa interpretativa que hace de nivel de comprensión de lo que nos pasa a los argentinos, vamos a poder reconstruir esas corrientes que en parte añoramos, pero sobre todo las vamos a reconstruir de modo mejor.
Para finalizar, es muy probable que los más jóvenes que están aquí sientan, cuando se habla del Che Guevara, porque es inevitable cuando se aborda una figura tan importante, que se está hablando de alguien inalcanzable. Nosotros desde la Cátedra queremos remarcar eso fundamentalmente. El Che Guevara no es inalcanzable, es una síntesis histórica, es un momento de lucha, es una instancia importante que debe ser tomada como ejemplo hoy, pero los jóvenes argentinos de hoy van a ser mejores que lo que fueron aquéllos, y no en un sentido descalificador, sino porque van a aprender efectivamente lo mejor que nos dejaron como legado. La historia no ha terminado, la historia está abierta y podemos seguir avanzando. Gracias por estar aquí.
Dejando terminada esta parte de la presentación de la Cátedra, yo le voy a ceder la palabra a un compañero que ha venido de visita, y que realmente nos enorgullece tenerlo con nosotros hoy muy especialmente. Se trata del compañero Orlando Díaz, que es Agregado Diplomático de la Embajada de Cuba, que ha venido a acompañarnos. Creo que nadie mejor que él para terminar, con su saludo, la presentación de esta Cátedra.
Estimados amigos. Ante todo, transmitirle mi saludo y un saludo del colectivo de trabajadores de la misión diplomática de Cuba, y particularmente de nuestro embajador Nicolás Rodríguez, a esta iniciativa de iniciar esta Cátedra del pensamiento político del comandante Ernesto Che Guevara aquí en la ciudad de La Plata y en su combativa universidad, la cual servirá para conocer las ideas conjuntas de acción de uno de los hombres más brillantes de nuestro siglo.
Erradicar la miseria, el atraso cultural y la insalubridad de nuestro pueblo de América, lo llevaron a ser un activo luchador por la Revolución Cubana. Actor decisivo junto a Fidel en el triunfo de los logros y de la unidad del pueblo de Cuba, la acción diaria y el ejemplo personal del Che lo identificaron con la más clara imagen de disciplina, honestidad, voluntad, valor, humildad, creatividad y solidaridad para los hombres y mujeres de mi patria. A 30 años de su muerte, Che se agiganta, su pensamiento recorre el mundo, se profundiza el estudio de su inmortal acción, pese a los intentos de desacreditar su figura. Los cherófilos y cubanófilos al servicio de intereses de los monopolios y de la geopolítica, en su momento anunciaron Che está preso en Cuba por disidente, fue ocultado y fusilado, lo eliminaron porque le hacía sombra a Fidel. No lograron confundir a la gente que piensa. Che, él mismo era el hombre nuevo del que hablaba. Cada día en el matutino de nuestras escuelas, después de cantar el más que centenario himno nacional nuestro, los alumnos concluyen: seremos como el Che, que es la conducta del ciudadano que queremos y aspiramos a que nuestras presentes y futuras generaciones de cubanos. Sencillo y modesto homenaje al que dio su vida por los humildes de todas las latitudes.
Permítanme desearles el mayor éxito a todos los que tuvieron esta iniciativa, y a ustedes que participan de ella y nos acompañan en esta tarea. Muchas gracias.
Culminando esta etapa de presentación, vamos a pasar, ahora sí, a la presencia de los compañeros docentes que están aquí presentes. Voy a invitar a Miguel Mazzeo, a Alexis Latendorf y a Jorge Pérez que se acerquen a la mesa.
Ahora vamos a pasar a nuestro primer expositor que es Jorge Pérez, un militante popular de la zona de Almirante Brown, un compañero de reconocida trayectoria.
Buenas noches a todos. Muchos de los que no somos tan jóvenes como ustedes observamos con alegría cómo las palabras malditas de hace 20, 25 años se han tornado objeto de estudio. Hoy podemos ver libros, revistas, discos, remeras, gorras, pero no podemos ocultar a la vez una preocupación por lo que he expresado. Porque se pretende plantear al Che, como ya han señalado algunos compañeros, como un semidios. Y plantear al Che como un semidios implica decirle al resto de los mortales: sigan haciendo la suya, ustedes nunca van a poder ser como el Che, tener actitudes del Che, sálvense como puedan.
Han expresado alguno de los compañeros que me precedieron en la palabra esta cuestión de la generación. No voy a extenderme al respecto, sólo dar algunos ejemplos. Cuando se habla de Miguel Ángel no es posible ignorar todo el movimiento social y económico de la época, y no recordar a Rafael o a Tintoretto. Cuando se habla de Shakespeare no se puede ignorar la época isabelina, con Johnson (…). Cuando se habla de Pelé, no surgió de casualidad, también estaba ese fútbol brasileño, Vava, Zagalo, Didí, Garrincha. Pero en todos los órdenes así es la historia. Cuando se habla de Chicago y Al Capone también estaba (…). Cuando dentro de algunos años se hable de la Argentina de Yabrán, muchos van a decir: pero cómo este hombre alcanzó semejante fortuna al calor del poder. Y también Yabrán es parte de una generación, no es una excepción. Quien estudia más atentamente tendrá que ver también a Caserta, a Ibrahim Al Ibrahim, o hasta el mismo presidente de la nación. Y como hablamos de generaciones voy a empezar por un intento de contar qué pasaba en la época del Che. Y tengo que recurrir a este modesto mapa.
El Che, como ustedes recordarán, nació el 14 de junio de 1928. Tenía 11 años el Che cuando se desata la segunda guerra mundial que, todos recordarán, comienza el 1º de septiembre del 39. En junio de 1941 la Alemania nazi ataca a la Unión Soviética. En ese instante se pensaba que, por otra parte hubo rápidas victorias de los alemanes, que iba a desaparecer el único país socialista del mundo. Durante tres años no hubo un segundo frente. Cuando termina la guerra, occidente observa con preocupación, y cuando termina la guerra el Che tenía 17 años, porque estamos hablando de 1945, la guerra termina el 6 de mayo de 1945, un mes antes, un mes y pico antes que el Che cumpla 17 años. Y la segunda guerra mundial arroja como resultado la preminencia notable, por una parte, de los Estados Unidos, pero por el otro lado de la Unión Soviética. Y entonces ya no sólo había un país socialista, y acá no quiero entrar en discusiones particulares sobre qué pasaba en la URSS, sobre la burocracia, sino era la visión general que había, ya no era sólo la Unión Soviética, sino que además habían pasado a formar parte de ese mundo socialista, por distintas circunstancias, por la presencia del Ejército Rojo, por la lucha de los pueblos, también Polonia, toda esta zona, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumania, Albania, Yugoslavia, una cuarta parte de Alemania, que se dio en llamar Alemania Oriental.
Había también preocupación en occidente porque había crecido notablemente el número de adeptos a los partidos comunistas de Italia y Francia. En Francia llegó a ganar el 22%, en Italia superaba esa cifra. Por eso viene el Plan Marshall, como expresión de esa actitud preocupada por parte de occidente.
Pero no sólo había pasado eso en Europa. En el año 1945 los mapas de la época mostraban que había solamente tres países independientes. Eran Egipto, era Liberia, era Etiopía. Egipto, eran países independientes, pero simplemente la bandera, en Egipto estaba el rey Faruk, que fue desplazado por una revolución nacionalista allá por el año 51 con Gamal Nasser. Liberia era un estado artificial creado por los norteamericanos, por el presidente Monroe, el siglo pasado, para sacarse a los negros de encima. Barcos con negros a Liberia y ahí nació otra nación. Y como homenaje al creador de Liberia la capital era Monrovia, por el presidente Monroe. Y en Etiopía, el otro país independiente, estaba regido desde 1918 por Haile Selassie, el rey de reyes, un señor feudal. Pero con los años, y ya cuando el Che ya tenía 18, 19, 20, 21 años, podemos tomar por ejemplo 1948, el Che con 20 años, ya se producía en la India, lo que hoy es la India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka, que era Ceilán, los ingleses se tienen que retirar. También tuvieron que retirarse de Indonesia los holandeses en 1948. Estamos hablando de países con centenares de millones de personas. Ese mapa africano, al que había hecho alusión hace algunos instantes, se va transformando porque los africanos que habían sido mandados al frente, y con toda la implicancia que tiene el término, volvían y crudamente eran tratados como personas de segunda categoría. Hay insurrecciones en África. Que con el tiempo, entre las insurrecciones y entre la debilidad del colonialismo, hoy en África todas las naciones son independientes, como bandera. Pero nosotros no lo veíamos tan así, nosotros veíamos que el colonialismo se retiraba por todas partes.
En el año 1954, el Che tenía 26 años, y comienza la famosa insurrección que termina con la victoria argelina de Ben Bella, que nos visitara hace un par de meses. En Vietnam, ya en 1945 comienza, sigue, los vietnamitas resistían del 41 al 45 contra los japoneses, en 1945 empieza la lucha contra los franceses; los echan en 1954, después de la famosa batalla de Dien Bien Phu, y son remplazados por los norteamericanos. Ya antes, ya por el 57, 58, 59, estaban las actividades de Patrice Lumumba. Ya comenzaban a darse movimientos que después concluyen con países socialistas en Angola, Mozambique, Guinea, Cabo Verde. Entonces, qué nos decía algún burgués por ahí. Y… el socialismo va a venir.
Otro elemento, por ejemplo, era que en 1957, creo que por octubre, la Unión Soviética pone en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik. En 1952 la Unión Soviética comienza a participar de los juegos olímpicos, los juegos de Helsinki, después en el 56 en Melbourne, con gran éxito. El ajedrez soviético se impone a partir de 1951. Entonces todo un marco, y estoy hablando entonces de cuando el Che tenía 17, 18, 19, 20, 21. Lo que pensábamos, nosotros teníamos algunos años menos, era que estaba cambiando la historia. Distinta es la situación. Después de las noticias que nos llegan, lo que se intenta hacernos creer es que en este mundo globalizado ya no se puede hacer nada, que sólo se puede hacer cambios cosméticos, como los que plantea ahora Inglaterra o los éxitos de la socialdemocracia.
Pero no sólo en esa generación, o lo que veía el Che, tiene que ver con lo contemporáneo, con lo que pasaba en el año 45. Una persona formada en un hogar de cierto nivel intelectual no podía dejar de conocer que no se puede confiar ni en los colonizadores, ni en los militares, ni en los burgueses. Cuando llega Hernán Cortés es recibido como huésped por Moctezuma y después se da lo que todos conocemos. Atahualpa, el inca, es citado en Cajamarca por los españoles, cuando llega lo secuestran, piden un rescate y después lo matan igual. La historia de traiciones es propia, algunos compañeros nos van a hablar de lo que pasó con Sandino, que va a una cita; con Pancho Villa, que se rinde y lo matan después, algunos años después; con Salazar un lugarteniente (…) de Felipe Varela; o con el Chacho Peñaloza; o con Facón Grande que la historia la narra Osvaldo Bayer y aparece en la película. Uno de los últimos ejemplos, que es después del Che, que es Trelew, que los compañeros se rinden, y es otra de las cosas que hay que recordar, que se rinden y son asesinados.
Y había otra parte que era el clima intelectual de la época, que también advertía sobre el imperialismo de los Estados Unidos. Una de las cuestiones que no podía dejar de conocer el Che era que Estados Unidos, que fundó las 13 colonias, eran 170 mil kilómetros cuadrados, las colonias sobre la costa este de los Estados Unidos, 170 mil kilómetros cuadrados. Hoy Estados Unidos tiene nueve millones 390 mil kilómetros cuadrados, y esto se ha logrado merced al asesinato de los indios, como también se dio acá, a compras de territorio y un engorde a expensas de México. México perdió el 55% de su territorio en guerras entre 1845 y 1848. Perdió Texas, Nuevo México, California, Arizona, Nevada. Texas solo tiene un millón de kilómetros cuadrados.
¿Y?, ¿qué decían, qué decían renombrados intelectuales?. Quiero recordar algunos. Rubén Darío nos regala algo que es muy importante leer y releer, y Alexis comparte, decía el comienzo de la «Oda a Roosevelt» —fue el presidente norteamericano que asume después de la muerte de McKinley en 1901, hasta 1908—, la «Oda a Roosevelt», creo que es del año 1904, decía: Eres los Estados Unidos, eres el futuro invasor de la América hispana que tiene sangre indígena, y que aún reza a Jesucristo y aún habla en español. Quiero remarcar esto: y aún habla en español. Rubén Darío nos avisa en 1904 de lo que va a pasar con todo el inglés.
Nicolás Guillén, años después, ve el resultado. Tiene una poesía sobre Puerto Rico. Puerto Rico había sido tomada en la guerra de 1898, Estados Unidos contra España. Puerto Rico pasa a ser estado libre asociado, así se llamaba, como se sigue llamando. Nicolás Guillén decía: Cómo estás Puerto Rico, tú de socio asociado en sociedad, decía, al pie de cocoteros y guitarras bajo la luna y junto al mar, en qué lengua me entiendes, en qué lengua al fin te podré hablar. Agrega Guillén: Jura a los que te matan que eres feliz ¿Será verdad? Arde tu frente pálida, la leña logra en tu mirada un brillo fatal, masticas una jerigonza medio española, medio (…), vuelve Guillén sobre el tema del idioma.
Neruda escribía en su Canto General, que también hay que leer algunas partes, decía: Cuando sonaron las trompetas, Jehová repartió el mundo entre la Anaconda y la Coca-Cola, y dejó para la United Fruit la suave cintura de América.
Esto también es un tema que van a tratar los compañeros, probablemente Augusto César Sandino. Por último, quería recordar que la palabra tan olvidada hoy, imperialismo, hay una cuenta que hizo Gregorio Selser, un destacado hombre del Partido Socialista que, decía, contó 14 invasiones a México, entre ellas la que hablé de Texas, Nuevo México, California, Nevada; a Cuba 13, una de ellas es la que termina con la Enmienda Platt y con la base de Guantánamo; 11 a Panamá, la última es cuando pretenden combatir la droga, con Noriega, cuando dicen eso; 10 a Nicaragua, una de ellas dejó un pirata, William Walker; nueve a la República Dominicana, no sé si Selser cuenta la de 1965, cuando hubo un ataque conjunto que participaron también los brasileños, con la (…) de la OEA; siete en Colombia, una de ellas es la secesión de Panamá, el apoyo de un golpe fabricado por los yanquis para quedarse con el Canal de Panamá -Panamá pertenecía a Colombia-; cinco a Haití; tres a Puerto Rico; dos en Guatemala; uno a Granada, hace pocos años; y otro que se recuerda poco cuando se habla de las Malvinas. En 1831 la fragata yanqui Dexinton ataca Puerto Argentino, destruye la mayor parte por un conflicto pétreo, dos años antes de la presencia inglesa. Hay mucho más pero no da el tiempo.
Quería simplemente decir que, como parte del homenaje al Che, es necesario reflexionar sobre lo que hacemos, y que el Che no parecía estar de acuerdo con ocupar espacios, con que si no lo ocupo yo lo ocupa otro, muchas roscas. El Che hablaba de política de principios, la mejor política, y creo que es una frase que sintetiza mucho. De todas maneras, el resto de los compañeros, durante todas estas charlas, van a abundar sobre el pensamiento político, económico, filosófico del Che. Nada más, gracias por la atención.
Bueno, vamos a dar la palabra a Manuel Gaggero, profesor titular de la Cátedra y uno de los organizadores, uno de los que pensó realmente e hizo posible que esta Cátedra empezara en Buenos Aires y se extendiera a otros lugares del país. Además, un reconocido militante popular de la década del 60 y del 70.
Bueno, gracias por la presentación. Realmente el esfuerzo del montaje de la Cátedra, el inicio de este proceso que fue sin duda la Cátedra de la UBA, fue un esfuerzo colectivo en el cual participaron fundamentalmente los compañeros de la agrupación El Mate, a la cual se le ha agradecido en el documento que leyeron las agrupaciones organizadoras de esta Cátedra acá en La Plata.
Yo quería referirme, la idea que nosotros hemos planteado en la Cátedra, a lo largo de las distintas experiencias que estamos recogiendo, ha tratado de mostrar que el Che no era un exabrupto de la historia, que el Che no era un quijote, como decía el documento, que apareció ahí, que vino solo, sino que era producto, la consecuencia de muchas luchas, de muchos luchadores de todo este siglo de América Latina, de muertes, de fracasos, de victorias, de derrotas, y que a su vez produce después también un sinnúmero de procesos, con avances y retrocesos, como suelen llegar los procesos de la historia.
Yo me voy a referir concretamente a una figura que también, como el Che pero en otra época, le tocó ser una especie de maldito de la historia, una especie de hombre que olvida la historia, la historia oficial de Latinoamérica, que es Augusto Sandino. Un luchador nicaragüense que recoge, también, que tampoco es un luchador solitario, sino que recoge la experiencia valiosa que le da la Revolución Mexicana, donde se desarrolla parte de su vida antes de llegar a Nicaragua a combatir.
Pero antes tenemos que ubicar qué estaba pasando. Estamos hablando de finales del siglo pasado y principios de este siglo. Qué estaba pasando, cuál era el gran conflicto que sacudía los pueblos de América Latina. Estados Unidos después que resuelve sus contradicciones internas, recuerdan ustedes la guerra civil, el sur contra el norte, una guerra que hemos visto en miles de películas, es la resolución de un conflicto entre dos fracciones de la burguesía norteamericana que estaban en disputa. Una fracción, fundamentalmente ligada a la producción agropecuaria, que era el sur, que quería mantener la esclavitud en función de su actividad y de su modo de producción; y otra fracción, que es la triunfante, que es la burguesía industrial, que es la que rediseña, a partir de derrotar al sur, el país imperial. Estados Unidos, cuando culmina de resolver esta contradicción, comienza a plantearse la necesidad de resolver claramente que América Latina era su patio trasero, y que no podía permitir el ingreso de ninguna potencia europea en este continente. Entonces, el primer gran conflicto que se da, y que tiene como escenario nuestro continente, es el conflicto entre Estados Unidos intentando avanzar sobre nuestros pueblos, e Inglaterra fundamentalmente, y mucho menos Alemania, pero Inglaterra fundamentalmente, que trataba de mantener los avances o las posesiones que había logrado a partir de las independencias, de los procesos independentistas que se habían desarrollado en toda la primera mitad del siglo pasado, proceso independentista fundamentalmente de España.
Recuerden ustedes que Nicaragua es un país muy pequeño, 150 mil kilómetros cuadrados, ubicado en Centroamérica. En esa época, estamos hablando de principio de siglo, no tenía un millón de habitantes. Y es un país donde se produce, ahí en concreto en el territorio nicaragüense, esta contradicción entre Estados Unidos e Inglaterra. Y que tenía que ver con la forma como se había producido el proceso de formación de la nación nicaragüense. Nicaragua tiene como dos partes, una parte que da al Pacífico, donde había sido ocupada por España, tiene historia española como nosotros; y otra parte del Atlántico que había sido administrada indirectamente por Inglaterra a través de un grupo tribal del período, que aún subsiste, que eran los misquitos. Es decir, los ingleses tendían a generar en América Latina administraciones indirectas, no administraban directamente sino que tenían gobiernos o sectores o grupos, como en este caso, que les prestaban o que le dieran respaldo de Inglaterra para gobernar.
Además, en ese período, principios de este siglo, cuando Estados Unidos avanza sobre el resto del continente, cuando incluso participa en la guerra independentista en Cuba, apoyando al pueblo cubano en contra del invasor español, cuando incluso aparece en otros países de Centroamérica, invadiendo directamente o con invasiones directas para cobrarse préstamos, para cobrar la deuda externa o los préstamos, ése era el argumento de la invasión a Colombia, las invasiones que se produjeron en Honduras, en Haití, es decir, que era la negativa de los gobiernos a pagar la deuda que tenían con la banca norteamericana, éste era el argumento; en ese momento se discutía también en Centroamérica la posibilidad de abrir una vía que uniera los dos océanos. Estamos hablando de principios de siglo. La burguesía nicaragüense alentaba la idea porque, además, geográficamente, sin duda Nicaragua estaba en mejores condiciones que Panamá para la apertura de esta vía; alentaba la idea de que la vía se abriera en el territorio nicaragüense, teniendo en cuenta que Nicaragua tiene un gran lago en el medio que haría que el esfuerzo de construcción de la vía fuera mucho más, ingenierísticamente hablando, más fácil, desde el punto de vista de la ingeniería. Entonces, la burguesía nicaragüense alentaba esta espectativa pero, a principios de siglo, esta burguesía que tenía relaciones con Inglaterra y con Europa, que era la que apoyaba la idea de abrir una vía entre los dos océanos, una vía alternativa a la que había en ese momento, que era el Estrecho de Magallanes, una vía más directa, en esta burguesía se había producido hacia finales de siglo el ascenso al gobierno de Nicaragua, y el liderazgo de esa fracción de la burguesía nicaragüense lo ejercía Zelaya, un liberal.
Los liberales, fíjense cómo es la historia, porque ahora nosotros decimos liberales, neoliberales, y estamos hablando de Cavallo, Menem, lo peor. Bueno, en la historia de América Latina de este período los liberales eran como la fracción más avanzada, más democrática de la burguesía. Y los conservadores expresaban a los sectores más ligados a la explotación feudal, más terrateniente, por supuesto con mayores relaciones con el imperio. Zelaya, que asume hacia finales del siglo pasado el gobierno de esta pequeña nación centroamericana que es Nicaragua, Zelaya inmediatamente nacionaliza el territorio e incorpora la costa atlántica que tenía esta administración indirecta ejercida por los misquitos, pero con mandato inglés. Incorpora la región de la costa atlántica a la nación nicaragüense y es como, podríamos decir, el fundador de la nación moderna, de la Nicaragua actual. Zelaya inicia una serie de transformaciones. Fíjense que desde el punto de vista legal Nicaragua tiene una de las primeras leyes de divorcio que hubo en América Latina. En 1907, con el gobierno de Zelaya, se aprueba la ley de divorcio. Acá se aprobó, no sé si se acuerdan, en el 87, y casi se produce una revolución porque la iglesia no aceptaba esta posición. Así que fíjense lo avanzado para la época, estamos hablando de 80 años antes, que era este señor Zelaya. Además, tiene un conflicto a raíz de esta legislación de avanzada con la iglesia y expulsa a parte de la jerarquía eclesiástica del territorio nicaragüense.
Evidentemente que esta situación, su confrontación con Estados Unidos, que empieza a insistir en el pago de una deuda externa, que en esa época se hablaba de valores muy pequeños, ahora estamos hablando de 100 mil millones de dólares, creo que es la deuda externa que tiene, bueno, en esa época la deuda externa de Nicaragua era de cinco millones de dólares. Zelaya plantea una renegociación de la deuda por la banca norteamericana; Estados Unidos insiste, y se produce un levantamiento hacia 1909 encabezado por generales conservadores que responden a mandato norteamericano y que se levantan en contra del gobierno democrático de Zelaya, o sea de un gobierno liberal. Este levantamiento rápidamente se resuelve con la toma del poder por los sectores conservadores, y como se plantea un enfrentamiento militar entre conservadores y militares, Estados Unidos en 1912 ocupa Nicaragua, una ocupación que dura casi 20 años.
En ese momento dónde estaba Sandino. Sandino era un hombre de una familia, como era muy común en Nicaragua en esos años, era un hombre que había nacido en un hogar de un señor aparentemente importante del Niquinohomo, un pueblito muy chiquito, pero él era como un hijo de la casa, o sea, no era un hijo del matrimonio de este señor sino que era un hijo natural, como se llamaba en esos años. Sandino se había trasladado, había ejercido distintas actividades, telegrafista, y se había trasladado a trabajar, estamos hablando de 1914-15, a México. En México se produce, en esos años, la Revolución Mexicana, que es una revolución que marca la historia de nuestro continente, una revolución poco estudiada en los claustros universitarios, poco conocida, pero que, indudablemente, ha tenido una inmensa trascendencia en América Latina y sin duda en ese inmenso país que es México, muy lejos de dios y muy cerca de los Estados Unidos, como suelen decir los mexicanos.
Antes de que se produjera esta llegada de Sandino a México se produce en Nicaragua, como producto del nuevo gobierno conservador que encabeza Chamorro, un bisabuelo de la que después fuera presidente de Nicaragua, estamos hablando de 1912, se firma en Estados Unidos, en Washington, Estados Unidos le impone a Nicaragua la firma del tratado Bryan-Chamorro, por el cual Nicaragua renuncia en forma definitiva, histórica, para toda la vida, a la construcción de la vía alternativa, una vía navegable entre los dos océanos, y ahí en ese momento es que se inicia la construcción de la vía que luego fue el Canal de Panamá, que se inaugura dos años después, creo, en 1914. Esta situación hace que este planteo de la burguesía nicaragüense, que era la posibilidad de transformarse en un país que tuviera en su territorio esta vía, muere ahí en forma definitiva.
Sandino, mientras tanto, empieza a vincularse al movimiento obrero, años 20, 22, 23, al movimiento obrero mexicano. Recibe de ellos, estaban en pleno desarrollo de la Revolución Mexicana, y recibe de ellos indudablemente mucho aliento para retomar, o empezar, o plantear la lucha en Nicaragua para desalojar al invasor norteamericano. Mientras tanto, en Nicaragua se había producido en seguida la situación conflictiva entre burguesía liberal y burguesía conservadora, y sectores también de burguesía liberal habían iniciado la preparación de un ejército en la costa atlántica, casualmente, para confrontar con el gobierno conservador. En este momento, año 1925, yo voy rápido porque el tiempo es corto, de cualquier manera hemos entregado algunos elementos bibliográficos que ruego que los lean porque son útiles para aprovechar este período de la historia de esta región muy importante, porque además es el escenario donde desarrolla su actividad el que sin duda fue un predecesor de Ernesto Che Guevara, y uno de los más interesantes. En 1925 aparece en Nicaragua un grupo, calculen que ya se había producido la Revolución Rusa, se habían constituido partidos comunistas en muchos países de América Latina, entre ellos en Argentina en 1918. En 1920 se había constituído el Partido Comunista en El Salvador, que encabezara luego Farabundo Martí, intenta un proceso insurreccional en 1932, y que es fusilado. En 1925 surge, paralelamente, sin ninguna relación a la actividad que desarrollaba Sandino en México, que empieza los preparativos para volver a Nicaragua, surge en Nicaragua un partido de los trabajadores, que se llama Partido de los Trabajadores Nicaragüenses, con la primera célula marxista, célula de cinco o seis compañeros obreros, que empiezan a prepararse para también confrontar con el invasor norteamericano. Nicaragua estaba invadida, los Estados Unidos estaban ahí, las tropas norteamericanas estaban ahí.
Vuelve Sandino a Nicaragua, se entrevista con Moncada, que era el jefe liberal, y hace un acuerdo con éste, que era un jefe militar y político de ascendencia liberal, un acuerdo para iniciar la guerra. Sandino, al principio, se planteaba una confrontación con el modelo tradicional, y esto tiene que ver por esto con el Che, se encuentra en confrontación militar con el modelo tradicional, es decir, la formación de unidades militares, que confrontaran en el territorio. Empieza a combatir con algunos rifles que consigue con mucho esfuerzo, porque Moncada no le tiene confianza, evidentemente, y consigue algunos rifles y empieza a combatir con esto que decimos, una metodología tradicional, pequeños asaltos a cuarteles de tropas norteamericanas donde tropas conservadoras le abren al régimen. Y ahí se empiezan a producir acercamientos, al margen de Sandino, pero las fracciones de la burguesía empiezan a lograr un cierto acuerdo de paz, que desmoviliza a las tropas que había movilizado Moncada y que fortalece al gobierno conservador.
Enterado Sandino de este acuerdo, decide no aceptar la convocatoria a rendirse y comienza la segunda etapa de la gesta sandinista, y que en ésta entronca indudablemente el Che. Digo entronca porque la gesta que empieza Sandino es el combate con el método de guerra de guerrillas, es decir, combate en pequeñas unidades. Nicaragua se presta mucho porque es un país con montañas, con muchos lagos, una geografía que se presta bastante, y que además tenía una tradición que recupera Sandino, de guerra de guerrillas, que eran los levantamientos indígenas que se habían producido en la zona de Matagalpa hacia 1880, 1882. O sea, Sandino recupera la confrontación militar que luego sería analizada e incluso serviría de aporte del Che al proyecto revolucionario de los 60 y 70, que entra el método de la guerra de guerrillas. Sandino da los combates, va avanzando, forma lo que se llama el Ejército Defensor de la Soberanía, este ejército lo designa general y sigue combatiendo contra los yanquis hasta que logra, finalmente, 1933, que las tropas norteamericanas abandonen el territorio nicaragüense. Por supuesto que, como recién decía Pérez, la historia de Latinoamérica es una historia de muchas traiciones, y Sandino confía efectivamente que esta salida de las tropas norteamericanas, y el gobierno es asumido por Sacasa, un hombre liberal, esto iba a transformar, daba nuevas posibilidades, y generaba la posibilidad de un desarrollo democrático de Nicaragua, que ya no era necesario seguir combatiendo, y por eso convoca a sus generales a abandonar el combate, a abandonar las armas y a concurrir a Managua a una reunión con Sacasa en donde se firmaría la paz. Donde Sacasa además iba a entregar a los oficiales, a los combatientes del Ejército Defensor de la Soberanía, parcelas de tierra para la explotación agraria, para una recuperación democrática de todo este ejército que se había conformado en la lucha contra el invasor norteamericano y contra los conservadores. Llega Sandino a Managua, y antes de que se efectúe la entrevista es emboscado, es retirado del vehículo en que él y sus generales se trasladaban, y es fusilado cerca de Managua.
Digamos, lo interesante de todo este proceso, por qué digo que tiene que ver Sandino con el Che. Primero, tiene que ver porque todo esto que contamos es una historia que se ocultó absolutamente, incluso para el pueblo nicaragüense. Fíjense que cuando 30 ó 40 años después se comienza a organizar el Frente Sandinista de Liberación Nacional, el Frente Sandinista recupera a Sandino a través de la lectura de un argentino, que es Gregorio Selser, que escribe una serie de trabajos sobre Sandino y sobre el ejército loco, como era el «pequeño ejército loco», como se llamaba el Ejército Defensor de la Soberanía que forma Sandino. El ocultamiento de la historia fue tal que el propio pueblo que había engendrado esta batalla no conocía quién había sido o quién había tenido el liderazgo de la misma. Por otro lado, porque Sandino en ese momento, digamos, en los años en que estaba en pleno combate, en la montaña combatiendo, establece una relación muy estrecha, epistolar, con quien ocupaba la presidencia argentina. Estamos hablando del año 28, 29, estamos hablando de Hipólito Yrigoyen. La Argentina, evidentemente en esos años, no ahora obviamente, era vista por los pueblos latinoamericanos con cierta esperanza y como una posibilidad de que fuera quien le pusiera una valla a este avance arrasador de Estados Unidos. Y eso hace que le proponga Sandino a Yrigoyen la convocatoria a una conferencia de los pueblos latinoamericanos, a realizarse en Buenos Aires en 1931, donde concurrirían pueblos y gobiernos a reafirmar la necesidad de establecer nuevas condiciones en sus relaciones con los Estados Unidos. Esta conferencia, recuerdan ustedes el 6 de septiembre de 1930 fue desalojado del poder Hipólito Yrigoyen, y obviamente no se pudo llevar a cabo. Pero todo esto, digamos, un argentino que es el que analiza e investiga a Sandino; un argentino que recupera una metodología que habían usado muchos pero que usa Sandino, que es Ernesto Che Guevara con su trabajo sobre la guerra de guerrillas, sus aportes a la doctrina militar revolucionaria a partir incluso de analizar estas experiencias como la de Augusto Sandino; y esta intención de Sandino de vincularse con Yrigoyen para lograr de alguna manera crear una confederación de pueblos latinoamericanos que confrontara con el imperio, muestran que la historia no es como nos quieren mostrar. La historia es una serie de hechos concatenados, la historia no la producen los exabruptos y los quijotes, sino la producen quienes logran ir recogiendo el espíritu de lucha de sus pueblos. Sin duda que Sandino tiene que ver con el Che, y sin duda que el Che, en toda su experiencia, contó entre sus bagajes y entre sus aportes a Augusto Sandino.
Yo quiero cerrar esta parte de la exposición diciendo que esta experiencia de Sandino se entronca también, y es más o menos el mismo período, con la otra que señalé al principio, que es la insurrección que dirige el Partido Comunista, o que intenta el Partido Comunista salvadoreño en El Salvador. El Salvador es un pequeñísimo país, calculen ustedes que es llamado el pulgarcito de América Latina, ustedes lo ven en el mapa chiquito así, muy habitado, ahora tiene más de cinco millones de habitantes, en esa época tendría dos, con características muy particulares en su conformación, en su desarrollo. Hubo un movimiento obrero ya con altos niveles de organización en los años 20, fue un obrero incluso el que encabeza el Partido Comunista, es Farabundo Martí el que encabeza la insurrección, y que es fusilado en 1932 al ser aplastado este intento insurreccional.
Pero todas estas luchas también tienen que ver con que la idea nuestra, la idea de la Cátedra no es solamente pensar en un período de 10 ó 20 años, sino pensar en un siglo, que fue un siglo de luchas, de combates, de avances y retrocesos, de victorias, de éxitos, de alegrías, de mucha pasión, de mucha fuerza. Éste es el siglo en el cual nosotros vivimos y este es el siglo en el cual vivieron el Che y Sandino. Nada más.
Voy a presentar al próximo expositor que es Miguel Mazzeo, que es docente universitario, militante popular y columnista de Retruco.
Bueno, buenas noches, compañeros. Yo voy a hablar de José Carlos Mariátegui. Realmente es difícil hablar de Mariátegui en 20 minutos, sobre todo cuando se trata de un personaje, de una figura tan importante y tan poco conocida. Voy a plantear algunos aspectos, para mí los más importantes de su práctica, de su pensamiento, y voy a intentar relacionarlo con el Che, cosa que no resulta fácil. En primer lugar, porque no fueron contemporáneos, no hay expresas referencias del primero, de Mariátegui, en la obra del Che. De todos modos, yo creo que hay, si bien no hay contacto directo entre ambos, sí podemos pensar en un contacto indirecto de ideas, de concepciones, yo diría, esenciales.
En primer lugar, me gustaría plantear desde qué presente uno va a Mariátegui. Porque en realidad, el interés por Mariátegui no partió de inquietudes académicas, sino básicamente de inquietudes políticas. Creo que el interés por Mariátegui, y también por el Che, en el caso particular mío y del grupo al que pertenezco, surge básicamente a partir de constatar la hegemonía de la cultura neoliberal. De una cultura que impone como valores el pragmatismo, el naturalismo, porque vive de algún modo su dominio como realización. Un presente también caracterizado por la denominada crisis del marxismo. Creo que cuando se habla de crisis del marxismo se habla de tres cosas distintas, que están interrelacionadas, por supuesto. La crisis del marxismo tiene que ver con los grandes referentes históricos del marxismo, el movimiento obrero, los llamados estados socialistas, los movimientos nacionalistas del Tercer Mundo. Ésta es una primera dimensión de la crisis. La otra dimensión de la crisis tiene que ver con lo que decía Frederick Jackson. Jackson decía que a cada etapa de expansión del capitalismo, que ahora vivimos en tiempos de globalización, le correspondía un período, una etapa de crisis del marxismo. Quiere decir que, ante estos cambios, el marxismo como doctrina, como teoría, como cara de una interpretación, quedaba como retrasado. Se produce una disfuncionalidad entre el marxismo, la teoría, y la nueva realidad. Ésta es la segunda dimensión. Hay una tercera dimensión, que tiene que ver con que, de algún modo, la crisis está inscripta en la naturaleza del marxismo. Si el marxismo tiene que dar respuestas revolucionarias siempre, en situaciones que nunca son las mismas, esto genera un estado de tensión constante, de algún modo es una tensión positiva. Bueno, desde esta lectura del presente uno va a Mariátegui. No quiere decir que encuentra en Mariátegui todas las respuestas para superar la situación, sería ingenuo y sería demasiado simple. Pero de algún modo se encuentra en Mariátegui, uno puede encontrar en Mariátegui, y también en el Che, algunos elementos casi esenciales que pueden servir para empezar a pensar que esta situación puede ser excedida, puede ser superada.
Pero vayamos a Mariátegui. Algunos datos biográficos, en primer lugar. Mariátegui nace en Perú el 14 de junio de 1894. Primer casualidad, nace el mismo día que el Che. Lo señalo como un dato, nada más, no es que crea en conjugaciones astrales ni mucho menos. Nace en Moquegua un pueblito al sur de Lima. Voy a señalar metas importantes en Mariátegui. Él va a participar en el periodismo, no va a tener formación académica, va a ser casi un autodidacta Mariátegui, va a participar de la bohemia. En realidad, va a ser muy conocido en el Perú primero como cronista de turf o como poeta.
La fecha clave a la que hacía referencia es 1917. En 1917 este hasta ese momento cronista de turf, poeta, ligado a la bohemia, va a ser calificado, con intento de ser agredido por supuesto, de bolcheviki. Año 1917, poco tiempo después de la Revolución. Un hombre del liberalismo, un pensador del liberalismo, llamado Miró Quesada, lo va a calificar a Mariátegui de bolcheviki. Y Mariátegui va a aceptar ese calificativo, parece que sí, era un bolcheviki.
En el año 1919 va a salir del Perú perseguido por la dictadura de Leguía y va a conocer Europa. Y esto es importante porque Mariátegui va a decir en Europa desposé una mujer y algunas ideas. Su mujer será italiana, Ana Chiappe, y las ideas a las que se refería Mariátegui eran las que lo acercaban al socialismo revolucionario. Además va a decir, esto es fundamental, en Europa descubrí América. Eran tiempos muy particulares en Europa, y cuando de Europa, en el caso de Mariátegui, hablo de Italia. Creo que un período riquísimo de la historia italiana vive Mariátegui. Va a presenciar las jornadas rojas de Turín, la situación casi pre revolucionaria o insurreccional en el norte de Italia, va a ver también el ascenso del fascismo e incluso va a participar de la fundación del Partido Comunista Italiano, en el Congreso de Livorno. Va a estar a escasos metros de Gramsci, intelectual al que nunca conoció personalmente, al que nunca leyó, y al que tanto se parece en algunos aspectos. El marxismo italiano, de algún modo, es determinante del marxismo que después va a asumir Mariátegui en América Latina. Ésta es la otra fecha, digamos, período que va del 19 al 25.
En el año 25 podemos ver que Mariátegui termina por desprenderse de algunas concepciones eurocéntricas para asumir una concepción plenamente latinoamericanista. Creo yo, y me voy adelantando, que en Mariátegui podemos encontrar el primer intento de aplicación fecunda del marxismo a la realidad latinoamericana. No es casual que Mariátegui haya sido peruano. Si uno compara a Mariátegui con otros pensadores marxistas de su tiempo, la década del 20, va a notar una gran diferencia, no sólo en cuanto a la riqueza conceptual de su planteo, no sólo a lo febril de su labor, sino en cuanto a sus planteos básicos. Decía yo, no es casual que Mariátegui haya ido peruano. Primero, Perú es uno de los únicos países de América Latina en el cual la tradición positivista tuvo escaso peso. Es decir, el marxismo de Mariátegui de algún modo, empieza a operar o empieza a plantearse en una sociedad que no había conocido el positivismo. Mariátegui tiene planteos socialistas en una sociedad casi colonial, en una sociedad con escaso desarrollo capitalista. Esto es lo que lo va a hacer rico al marxismo de Mariátegui, por otra parte.
Michel Lowy, cuando plantea una periodización del marxismo en América Latina, habla de distintas etapas. Él habla de un primer período que va del año 20, aproximadamente, al 35, período en el cual la revolución en el continente se caracterizó como socialista y antiimperialista. El acontecimiento más importante de este período fue la insurrección salvadoreña, de la que hablaba Manolo hace un ratito. La figura intelectual o la figura más importante, sin duda, fue José Carlos Mariátegui. El segundo período para Lowy es el que va del 35 al 59. Justamente, un período caracterizado por un silencio apesadumbrado en torno a la figura de Mariátegui. Desaparece de la historia en este período, período que coincide con la hegemonía de las posiciones stalinistas, período que va a caracterizar la revolución en el continente como agraria y antifeudal, y antiimperialista también. La tarea concreta, en aquellos años, era la de conformar frentes populares con partidos y sectores de la burguesía. La otra etapa arranca en el 59, justamente con la Revolución Cubana, que es el acontecimiento fundamental. La figura fundamental, sin duda, Ernesto Che Guevara. Y en cuanto periodización vemos la primer gran relación. El primer período del marxismo en América Latina está dominado por la figura de Mariátegui, el segundo período por el silencio en torno a la figura de Mariátegui. El Che se va a educar en este período, precisamente; no lo va a conocer. Ahora, el Che mismo va a ser la figura más importante, la figura emblemática del tercer período. Y hay una discusión; habría que hablar de un cuarto período a partir de Chiapas. Esto no lo dice Lowy, lo planteo yo. Pero es muy probable que a partir de una lectura seria, profunda, significativa de lo que viene pasando en Chiapas desde el 94, dentro de algunos años y en perspectiva podamos hablar de una cuarta etapa del marxismo en América Latina.
Mariátegui fue acusado de muchísimas cosas, no sólo de bolcheviki como en el año 17. Fue acusado, básicamente, de europeísta y de exotista. Qué es el europeísmo, qué se entendía por europeísmo. Sectores como el aprismo calificaban al europeísmo como cualquier intento de trasladar alguna doctrina gestada en Europa, y el marxismo lo era, a la realidad latinoamericana. En contraposición, el exotismo consideraba que lo fundamental, lo determinante, era el contexto local. Mariátegui fue acusado de una y de otra cosa. En realidad, no era ninguna de las dos, puesto que ambas, europeísmo y exotismo, coincidían en un punto que era esencial. Europeístas, concretamente Partido Comunista y los partidos de izquierda; exotistas, el APRA, en particular; consideraban que en América Latina no había condiciones para una revolución de tipo socialista. Y esto es justamente lo que no creía Mariátegui. Por qué no creía esto, mejor dicho (…) cómo se atrevía a plantear el socialismo en un país de escaso desarrollo capitalista como era el Perú, uno de los países más atrasados de América. Es que Mariátegui pensó en aquellos años un socialismo con otros referentes, y esto era todo un desafío para la época, y lo sigue siendo hoy. Creo que, hoy por hoy, el desafío sigue siendo, no digo el mismo, pero muy parecido. Habría que pensar en un socialismo con otros referentes. No quiero decir que la clase obrera haya dejado de serlo, pero la clase obrera, hoy por hoy, como sujeto de la historia, comparte su rango con otros sujetos sociales. Mariátegui pensó un socialismo con referentes no clásicos. El referente clásico de todo proyecto socialista, y con más fuerza en la década del 20 y del 30, era la clase trabajadora. Mariátegui pensó en un socialismo para campesinos, en un socialismo para indios, por eso su marxismo está emparentado con el indigenismo, también. También pensó el socialismo en una sociedad fragmentada. Hoy se discute si Perú es una nación. Muchos dicen que Perú está integrado por 36 naciones distintas. Mariátegui pensó en un proyecto socialista para una nación fragmentada, para una sociedad fragmentada. Creo que si retomamos la esencia de este planteo sigue estando vigente.
Con respecto a la concepción socialista de Mariátegui, en particular, y aquí hay una relación muy fuerte con algunos planteos del Che, el socialismo de Mariátegui parte del reconocimiento de un contenido heroico de la ideología. El socialismo para Mariátegui, y también para el Che, era resultado del movimiento real, pero también era resultado de la voluntad y de la ética de los pueblos, no de hombres aislados como algunos malintencionados suponen. Una concepción que conjugaba realismo interpretativo de la realidad, por un lado, y proyecto de sociedad futura y de hombre futuro. Para ambos, y esto lo dicen claramente tanto Mariátegui como el Che, el socialismo o el marxismo, mejor dicho, es inspiración crítica más allá de cualquier doctrina. Yo creo que, de algún modo, las figuras de Mariátegui y del Che quedan limpias porque ni mariateguismo ni guevarismo cuajaron en doctrinas. Esto es una ventaja, esto permite una resignificación del pensamiento de ambos, sin taras y sin prejuicios.
También se habla del romanticismo en uno y en otro caso. Muchas veces cuando se los tilda de románticos se lo hace desde una posición peyorativa. En realidad, hay una reivindicación del romanticismo de uno y de otro, y no desde una posición peyorativa. Si nosotros pensamos que una actitud romántica en Mariátegui fue convertir lo que hasta ese momento era una rémora, algo que limitaba, en un factor de desarrollo, que lo haga funcional a la nueva sociedad. Y miren sobre el indígena, por ejemplo. El indígena hasta ese momento se consideró como un factor de retraso. Las concepciones positivistas consideraban que el indio era una rémora, y muchos socialistas plantearon la solución final del problema indígena, es decir, el exterminio. Mariátegui convertía lo que para un liberal, lo que para un positivista era una rémora en algo totalmente funcional al proyecto de nueva sociedad, por eso su reivindicación de la comunidad indígena, sin idealizarla, sin pensar que esto era un socialismo en estado larval. Mariátegui creía que la comunidad debía ser un vehículo al socialismo porque encontraba en la comunidad, en la comunidad indígena, en la comunidad campesina, elementos prácticos de socialismo, él decía elementos prácticos de socialismo. Hasta ese momento el problema del indio se lo pensaba en el Perú como un problema higiénico, o como un problema educativo, en el mejor de los casos. El indio era pobre, el indio era miserable o porque era sucio o porque era analfabeto. Mariátegui va a situar la temática indígena en su justa dirección: el problema del indio es el problema de la propiedad de la tierra, va a decir Mariátegui. Es decir, Mariátegui y el Che lograron concordar lo que hasta ese momento se planteaba como una dicotomía, como una contradicción, progreso y tradición. La tradición entendida, según Mariátegui, no como una momia. En ambos, y esto para cerrar lo que tiene que ver con actitudes románticas, en ambos aparece una dimensión ética del socialismo.
También Mariátegui ha sido acusado de irracionalista. Mariátegui inicia sus Siete ensayos, que es una de sus obras fundamentales, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, que recomiendo, con una cita de Nietzsche, pensador bastante sospechoso; y también en los Siete ensayos, y en otros trabajos, va a hacer una reivindicación del mito. Desde el marxismo fue cuestionada esta posición en Mariátegui. Concretamente, en Mariátegui el mito tiene dos dimensiones. Una es tributaria de Cassirer, un autor que publica un importante libro, en el 20, sobre las formas simbólicas. El marxismo se va a traducir en un marxismo sentido, en una religión laica, casi casi. La otra dimensión del mito que aparece en Mariátegui es más tributaria de Sorel. En este caso, el mito es definido a partir de la función concreta que puede construir en una sociedad. Es decir, va a ser recuperado como un elemento movilizador. Pensemos en el campesinado, pensemos en el indígena. El mito no puede ser asociado, en este caso en particular, a la fábula o lo alejado de la realidad; de algún modo las comunidades campesinas, el indígena, vive sumergido en el mito, el mito de algún modo es parte de sus relaciones concretas. Por este lado venía, precisamente, la reivindicación del mito en Mariátegui. El mismo Gramsci reivindicó el mito como una forma concreta y eficaz.
También podemos ubicar a Mariátegui en el marco de una tradición latinoamericana, una tradición de pensamiento latinoamericano. Una tradición que tiene que ver con la creación, una tradición que puede arrancar con Simón Rodríguez diciendo: o inventamos o erramos. Que sigue con Martí, o que puede seguir con Martí cuando éste decía: crear es la palabra de pase de nuestra generación. Sigue con Mariátegui cuando decía que el socialismo no debía ser ni calco ni copia, sino creación heroica. Y continúa con el Che cuando decía: observar, aprender, pensar, no copiar a nadie y después empezar a caminar.
Finalmente, para terminar, creo que Mariátegui y el Che constituyen dos hitos en el socialismo latinoamericano, en la concepción de la revolución. Creo que a partir de Mariátegui y a partir del Che el socialismo deja de ser, o debería dejar de ser, el plan pulcro para la acción, la doctrina cerrada, y se convierte en el simple anhelo de la actualidad toda. La revolución, a partir de ambos, abandona, o debería abandonar, los cenáculos, los claustros, los bares, los ámbitos reducidos y elitistas, y se instala, o debería instalarse, en las selvas, en los páramos, en las fábricas, en las rutas. Nada más, compañeros.
Bueno, voy a presentar ahora al último de los docentes de esta noche, Alexis Latendorf, un veterano dirigente socialista, autor de distintos trabajos, un hombre de una enorme trayectoria en el campo de las ideas y en el campo de la militancia popular.
Lo de veterano… Bueno, después de escuchar a los disertantes anteriores tengo un poco la sensación de encontrarme ante varias muñecas rusas ¿ustedes conocen las (…) diversas figuras rusas que uno abre y hay otra adentro, y la que está adentro contiene una siguiente y así en lo sucesivo? Se han nombrado importantes sucesos de la vida política de Latinoamérica. Antes de entrar sobre el tema de Bolivia voy a referirme a dos o tres de esas muñecas rusas, quizá abriendo alguna, pero muchas puntas muy (…) De paso voy a decir que si bien no creo en circunstancias astrales, que hay astros, los hay. El 14 de junio no solamente son las fechas que se han nombrado acá, sino que es la fecha de la Reforma Universitaria. La Reforma Universitaria nació el 14 de junio de 1918 en la conservadora ciudad de Córdoba. Y les digo lo que comenté con algunos compañeros de ustedes en otras oportunidades, que el morado fue la bandera de la Reforma Universitaria porque era el color de los lienzos que cubrían las distintas imágenes religiosas que estaban en la iglesia al lado de la centenaria casa de estudios.
Me voy a referir muy brevemente a un dato anecdótico sobre Mariátegui, completando la excelente exposición de Mazzeo. Mariátegui muere sin poder conseguir piernas ortopédicas, y su mayor aspiración era obtenerlas en la ciudad de Buenos Aires. Digo esto como, también, una demostración del sentido ético de su vida. Este importante dirigente y creador mitológico no disponía de fondos ni siquiera para piernas ortopédicas. Voy a hacer referencia a algo que dijo Mazzeo, también, en el sentido de que lo considera el primer intento de un socialismo latinoamericano. Es cierto, pero yo retrocedería un poco en el tiempo para reivindicar una figura argentina injustamente olvidada, o justamente olvidada, que es el primero que en Argentina intenta imbricar el socialismo con las condiciones de nuestros países. Por supuesto, las condiciones de la república Argentina en muchos aspectos son diferentes a las de otros países. Me refiero a Enrique del Valle Iberlucea, primer senador socialista de América Latina, expulsado del senado por haber manifestado su apoyo a la Revolución bolchevique en un congreso. Entre los que votan su expulsión, su desafuero del senado, está un Saguier, en representación del radicalismo; Saguier es un apellido más o menos patricio dentro del radicalismo. Ese intento de vincular América Latina con la Revolución bolchevique le significa el desafuero y también la muerte de tristeza. Enrique del Valle Iberlucea es apenas recordado en algunas chapas, pero no por su condición de precursor de un intento de vinculación de la América Latina con las ideas revolucionarias.
Con respecto a la referencia a Gregorio Selser que hizo Gaggero, para mí es emocionante porque Gregorio Selser ha sido uno de los escritores más importantes de la izquierda argentina. Un escritor que, para defender lo que más amaba que eran los libros y los papeles en estos virulentos y duros años de la vida política argentina, debió hacer un recurso de amparo a favor de su biblioteca. Gregorio Selser, como decía Gaggero, es el historiador más importante de Sandino y entre otros libros yo les recomendaría Sandino, general de hombres libres. Gregorio Selser en el exilio en México, ya después decidió su residencia en México, dio fin voluntario a su vida hace pocos años atrás, víctima de una enfermedad muy dura.
Perdón, vuelvo a la muñeca ciega anterior. Creo que sería muy importante, no es la oportunidad, hablar de las diferencias entre el aprismo y Mariátegui, y recordar que el aprismo, el aprismo de Víctor Raúl Haya de la Torre, termina entregado al imperialismo, y que Mariátegui que fue el maldito del comunismo y del socialismo en nuestro país, hoy es una figura señera para prácticamente toda la izquierda argentina.
Bueno, voy a referirme finalmente, hacer una pequeña, ah, voy a hacer a Gaggero también, un pequeño recordatorio. El divorcio no es de 1986. Hubo un divorcio que instauró Perón en el 54, que varios miles de argentinos aprovecharon rápidamente para regularizar su situación. Pero después de la Libertadora, la Libertadora dejó de liberar maridos y reinstauró el vínculo indisoluble, y recién en 1986 vuelve a fijarse el divorcio.
Bueno. Una referencia última antes de empezar a conversar lo más brevemente posible, sé que ustedes están bastante cansados a esta altura de la noche, a la visión de Martí con respecto al avance imperial o imperialista. José Martí, que por otra parte es un antecesor de la Revolución Cubana, el Apóstol Martí, que no es el poeta que estudiamos en la escuela secundaria, es sí el poeta, pero es además el revolucionario, es el tipo que lucha por la liberación de su patria, Martí vio con claridad el avance de Estados Unidos hacia el sur, y creía que la barrera tenía que estar establecida por Cuba y por Puerto Rico. De ahí la importancia que siempre le dio Martí a Puerto Rico. Martí no desconocía los deseos de la anexión que tenía los Estados Unidos con respecto a la isla. Fíjense ustedes que ya a mediados del siglo pasado, el embajador norteamericano en Madrid había recibido instrucciones para comprar la isla a España, con precio y todo, no quiero equivocarme pero creo que algo así como cien millones de pesos, y le indican que les regatee si es posible obtener un precio menor. Bueno, luego vienen las guerras internas o la guerra civil en la sociedad norteamericana, que este proceso se verá acá.
Bueno, y ahora hablemos de la revolución de Bolivia del 52, que era el objetivo de mi charla. Sobre esto también quiero hacer una muy breve introducción. Yo me siento en mi país, en mi patria, como con la obligación de transmitir montones de experiencias que han sido cortadas de cuajo por la represión de la última dictadura militar. Está claro que intentaron romper nuestra dignidad histórica e impedir la transmisión de las ideas. La desaparición de 30.000 hombres y mujeres de lo mejor de nuestro país ha traído sus consecuencias. Una de las consecuencias es, a veces, el desconocimiento histórico que han tenido montones de sectores argentinos. Yo me siento con la obligación de transmitir la poca o mucha experiencia política que haya podido obtener en todos estos años. Lo hago con el deseo de que la transmisión de estos conocimientos sirvan para no caer en los mismos errores y para crear nuevos caminos, o en todo caso para equivocarnos solos. Yo confieso que al hablar de la Revolución Boliviana, como al hablar de la Revolución Cubana, siento como si expusiera parte de mi vida ante ustedes. Es decir, yo soy un producto de la Revolución Cubana, la he vivido paso a paso, desde antes, cuando la isla estaba cortada tres o cuatro meses antes del triunfo de la Revolución, prácticamente en dos, hasta el triunfo revolucionario del 1º de enero de 1959. Y conocí muy pocos días después lo que era todavía la larga vista … en el hotel Riviera (…) ahora no sé cómo se llama el hotel, Ciudad Abierta (…) hasta advertir la corrupción, la situación de dependencia (…), activa los primeros pasos de la Revolución. Es decir que hablar para mí del Che Guevara es hablar de mi generación, y es hablar de personas que he visto y he conocido, que he admirado en vida, y cuya muerte por supuesto he sufrido con la misma intensidad que todos ustedes.
Hablemos entonces ahora de la Revolución Boliviana. Y es importante hablar de la Revolución Boliviana porque el Che elige Bolivia como el primer lugar de acceso revolucionario, y la Revolución Boliviana del 52 es un suceso en donde creo que por primera vez en la historia de América Latina, quítenme la idea alguno si no es así, el pueblo derrota al ejército, no una guerrilla armada luchando frente (…), es el pueblo (…) que logran derrocar al régimen imperante en Bolivia.
Yo les voy a agregar algunas estadísticas sobre lo que era Bolivia hacia los años 40, aproximadamente. Mientras Argentina consumía en ese entonces 119 kilos de carne por habitante durante un año, el boliviano comía 23. De pan de trigo el consumo argentino era de 152 kilos, en Chile 158, Perú 118 y en Bolivia 24. En aceite en la Argentina el promedio era de seis litros, en Brasil siete, en Paraguay cuatro y medio y en Bolivia el consumo por habitante era de 0,1 litro. Sobre 600 mil niños en edad escolar, asistían a clase 143 mil, y de estos el 74% carecían de pupitres y de bancos. Como si fuera la provincia de Buenos Aires. Para ese entonces la ciudad de La Paz carecía de aguas potables y de alcantarillado. Los asesinados en las masacres de obreros, se contaban por miles.
Pero veamos cómo llega Bolivia a esa situación. En la guerra con Chile de 1879, Bolivia pierde todos los territorios costeros al Pacífico, quedando condenada al encierro actual. Cuando el canciller boliviano Eliodoro Villazón cursa una nota a su colega chileno Koening expresando la importancia que significaba para el país del altiplano una salida al Pacífico, Koening, representante del peor conservadorismo, la peor derecha chilena, le contesta: Que el Litoral es rico y vale muchos millones, ya lo sabíamos. Por eso nos interesa, que si nada valiera no tendríamos interés en su conservación. Nuestro derecho proviene de la victoria, la ley suprema de las naciones. Chile ha ocupado el Litoral y se ha apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó la Alsacia y la Lorena y con el mismo título con que los Estados Unidos de la América del Norte han tomado Puerto Rico.
Acá una pequeña anécdota, que a mí siempre me ha impactado, que he dado en algunas otras charlas. Cuando entran las tropas chilenas a Lima, la academia de la lengua del Perú discutía si la palabra era incánico o incásico. Entraron los militares chilenos, tiraron las puertas abajo, se llevaron preso a todos los catedráticos, no sé cual habrán elegido estos catedráticos… Y este ejemplo a veces me sirve porque veo que en muchas oportunidades la izquierda está discutiendo si la palabra es incánico o incásico, mientras los estados van a derrumbar la puerta. No, ésta no.
Bueno, al siglo siguiente Bolivia sufre la guerra del Chaco, la guerra entre Paraguay y Bolivia. Ustedes saben que nosotros el primer premio Nobel que tenemos es el de… ¿alguno lo recuerda? Carlos Saavedra Lamas. Que fue ministro del fraude en la Argentina, y que gestiona la paz del Chaco, que se firma el 12 de junio de 1935, con el cual Paraguay entra en la posesión de 235 mil kilómetros cuadrados. Fue negociada en Buenos Aires bajo los auspicios de Saavedra Lamas con la presencia de Spruille Braden, que después tendría un protagonismo importante frente a Perón, antiguo testaferro de la Standard Oil para la concesión de tierras petrolíferas en el sudeste boliviano. Es decir, era la guerra del petróleo y la guerra por la cual se entregan pozos petrolíferos a las compañías extranjeras.
Yo no tengo tiempo de referirme a los distintos sucesos a partir del 30. El 30 en Bolivia es igual que el 30 en la Argentina, igual que el 30 en toda América Latina. Es la hora de los sables, como diría Leopoldo Lugones. Pero sí voy a hacer referencia al triunfo del MNR, triunfo de los mineros y del pueblo boliviano frente al ejército, y a las medidas que toma la Revolución Boliviana del 52. En general, en Buenos Aires, en aquel entonces la izquierda no veía con buenos ojos al MNR. No lo veía por ciertos resabios fascistoides que tenía el MNR, por cierta simpatía por Alemania, que va perdiendo rápidamente a medida que se masifica dicho Movimiento. El MNR una vez tomado el poder, Paz Estenssoro estaba exiliado en la Argentina, como casi todos los dirigentes bolivianos habían estudiado o aquí en La Plata o en Salta o acá en el país, tomado el poder, el Movimiento toma las siguientes actitudes, estoy hablando de abril del 52. El gobierno de la Revolución Boliviana no cayó en algunos de los errores de la mexicana, pues aprovechó de sus experiencias; pero estuvo limitada como cualquier revolución nacional latinoamericana. Llevó a las masas indígenas a participar en la vida política, instauró el voto universal tanto para alfabetos como para analfabetos, con la oposición del Partido Comunista boliviano. El 31 de octubre de 1952, el gobierno nacionaliza las minas de los tres magnates del estaño. Bolivia dependía del estaño, dependía del parador internacional del estaño, y de los tres llamados barones del estaño, que habitualmente residían en el exterior, y de cuando en cuando iban a ocupar ministerios en Bolivia. Éstas son palabras de Paz Estenssoro cuando nacionaliza las minas: Esta mañana, en el campo de María Barzola húmedo todavía de la sangre derramada en la masacre de Cataví, se ha firmado el Decreto por el que se nacionalizan las minas de Patiño, Hochschild y Aramayo… los tres barones del estaño. El contraste entre las minas de extraordinaria riqueza y el atraso y la pobreza generales del país, hizo posible el crecimiento del desproporcionado poder de los grandes mineros. Ello fue agravado luego, por una legislación excesivamente liberal en la que no se contemplaba obligación social alguna y apenas sí insignificantes cargas tributarias. Ese poder económico que se hizo dueño a breve plazo del poder político, deformó cruelmente toda la vida boliviana. Quizo hacer de una Nación y de tres millones y medio de hombres libres una factoría acomodada a los intereses explotadores de tres individuos. El 2 de agosto del año siguiente, es decir del 53, se aprueba la ley de Reforma Agraria, por el cual el 40% de las tierras laborables pasaron a manos directas del campesinado. En julio del 52 se había instaurado el voto universal.
Bueno, yo en un trabajo que he escrito, y que El Mate publicó en Ciencias Sociales, supongo que aquí lo repartirán, terminaba esta brevísima historia de Bolivia diciendo que el pueblo armado venció al ejército profesional en las jornadas revolucionarias de abril. En la ciudad de La Paz, que para entonces apenas tenía 350 mil habitantes, el MNR podía movilizar en un par de horas cinco mil hombres armados. Terminado el flujo revolucionario, en el partido gobernante se fueron perfilando dos grandes sectores. La historia posterior marcó el fracaso de un movimiento populista y sus limitaciones ideológicas, como en el resto de América Latina. Pero en su momento significó una victoria contra la esclavitud en el campo, contra el despojo de las comunidades agrarias, contra el militarismo y el privilegio. Estos antecedentes deben haber pesado en la estrategia del Che cuando eligió el Altiplano para desarrollar su lucha.
Bueno, a mí me cabe, ya se terminó el tiempo, hacer una referencia última a la concurrencia a esta charla, la avidez de conocimiento de las jóvenes generaciones y, por qué no, la emoción que sentimos cuando nos damos cuenta que nos estamos codeando con la historia. América Latina, tal cual la pensó Bolívar, tiene que transformarse en una sola nación, manteniendo sus diferenciaciones culturales y hasta étnicas. Recién hablaban de 36 naciones dentro de Perú. Yo no sé, la Argentina no tiene 36 naciones, pero que el norte no es igual al sur, de eso estoy seguro. Pero de lo que sí estoy seguro que el drama latinoamericano está marcado por el imperialismo norteamericano y que en este momento, bajo mi óptica, hay dos tareas fundamentales a desarrollar. Luchar contra el imperialismo norteamericano, y proteger a una revolución socialista a las puertas de la Florida, proteger a una isla que no es ni siquiera el tercio de la provincia de Buenos Aires, pero que sin embargo ha sabido utilizar la honda de David contra este Goliat que tenemos al norte.
Antes de pasar al debate les quería comentar que la próxima clase va a ser el sábado 6 de septiembre a partir de las 18 horas, y el tema va a ser «El Che y la Revolución Cubana». Serán docentes un representante de la Embajada cubana en la Argentina, Luis Mattini y Alexis Latendorf.
Vamos a pasar ahora a la parte del debate. Acá tenemos la primera pregunta. Creo que por el contenido está dirigida a Mazzeo. De todas maneras, si alguno de los docentes quiere agregar algo, no hay ningún problema en que lo haga. La pregunta es: ¿podría aclarar el concepto de desarrollo del pensamiento de Mariátegui en un Perú no positivista?.
Lo señalaba porque, yo no lo dije, pero de algún modo la tradición positivista influyó fuertemente en toda la izquierda latinoamericana, fundamentalmente en los dos países donde esta tradición fue más fuerte, hablo de Argentina y de México. Entonces, en la mayoría de los países latinoamericanos, el positivismo o una tradición racionalista que también derivó en posiciones pro europeas o europeístas, influyeron marcadamente. En Perú, el positivismo no arraigó, entonces tenemos que es el único caso o casi el único caso de desarrollo del marxismo que se da sobre una base no positivista. En realidad no quiero decir, esto es una ventaja de algún modo, pero es más señal del atraso del Perú que de una posición de desarrollo cultural. En realidad, el Perú era un país casi casi colonial hacia principios del siglo XX.
(…)
Usa referentes no clásicos porque, justamente, al no tener su interpretación basamentos positivistas le permitió, de algún modo, tener una lectura distinta de la realidad, creo que por ahí viene la cosa. En realidad, el positivismo lo estoy planteando como una limitación para interpretar la realidad. Hablando concretamente, una concepción positivista en lugar de llevar a aprehender esa realidad, llevó en muchos casos a negarla por negra, por india, por mulata, por mestiza.
Otra pregunta: ¿Podría explayarse sobre el pensamiento de Gramsci?.
Es realmente complicado hablar del pensamiento de Gramsci en ¿cuántos minutos tengo? No, no puedo decir nada en cinco minutos. Simplemente, que fue un heterodoxo del marxismo. Y cómo podríamos sintetizar la concepción gramsciana del marxismo. Podemos hablar de un marxismo, en el caso de Gramsci, que priorizó a los sujetos por sobre las estructuras. Creo que como elemento me parece fundamental para distinguirlo de otro tipo de interpretaciones de la historia del marxismo. Habría infinidad de elementos para señalar, no creo que se pueda hacer en tan poco espacio. Creo que, además, el pensamiento de Gramsci debería ser tema de un seminario, y que incluso en un seminario no se agotaría.
Con respecto al tema del positivismo, que viene enlazado con esta pregunta, creo que tiene que ver con lo que hablamos al comienzo, y es la intencionalidad directa del modo de conocimiento que transmite la Cátedra. En ese sentido, la reivindicación de Mariátegui, la reivindicación de Gramsci que se hizo, obviamente entra dentro de un pensamiento heterodoxo y creativo. Lo que a nosotros nos interesa remarcar dentro de los antecedentes revolucionarios es la existencia de pespuntes de ese pensamiento en la Argentina también, que a veces se deja pasar de largo. Germán Ave Lallemant, por ejemplo, un alemán marxista de fines de siglo pasado, entre muchos otros, Manuel Ugarte, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, John William Cooke, que hablábamos antes; implica una diversidad creativa, sin desdeñar elementos clásicos de la literatura política universal, pero tomando como paradigma ese tipo de realidad criolla de la que hablaba Miguel Mazzeo antes. En ese sentido, creemos que el latinoamericanismo radicalizado del Che Guevara no está para nada por fuera de esa tradición. Obviamente le incorpora las características puntuales de una recreación del marxismo en los años 60, lo cual le da todo un tono particular. Pero viene dentro de esta tradición heterodoxa.
Acá hay una pregunta, dice: Ampliar el segundo período del marxismo latinoamericano. Como este concepto lo propuso Mazzeo, creo que tiene que responder.
Sí, me estoy basando en una periodización de un autor francés que es Michel Lowy. Cuando habla del marxismo latinoamericano, decía yo, nombraba tres períodos, distinguía tres períodos. El segundo dije que iba del 35 al 59, período que coincide con la hegemonía de las posiciones stalinistas, aunque no sólo del stalinismo. Cuando hablamos de esta polémica, o de este debate entre exotistas y europeístas, de algún modo el europeísmo puede identificarse con el Partido Comunista o las concepciones stalinistas. Ahora, si nosotros vemos que la conclusión del exotismo era exactamente igual a la del europeísmo, vemos que hay una coincidencia fundamental. De todos modos, hablando de lo que era la izquierda, es claro que más allá de la existencia de grupos ajenos al Partido Comunista, los partidos comunistas eran, a nivel latinoamericano, uno de los sectores más importantes de la izquierda. Ser de izquierda era ser de algún partido socialista o básicamente era ser del Partido Comunista. Entonces, yo señalaba este segundo período porque la experiencia política, la experiencia vital del Che se va a dar en este período. Este segundo período va a caracterizar al mariateguismo, y lo digo casi casi en palabras textuales, como el conjunto de ideas falsas sobre la realidad y (…) de la realidad. Es decir, ser mariateguista a partir de la década del 30, del 35 concretamente, era ser casi casi un traidor. Entonces, digo, por esto el Che no lo conoce a Mariátegui, porque la cultura política de la izquierda en general, hay excepciones, durante todo este segundo período, ignoró a Mariátegui. Es un período que asume la concepción que ustedes tienen más blindada del marxismo, para usar una palabra dura, la versión más blindada de la dialéctica, un período dogmático, un período bastante poco creativo, por otra parte. Entonces, no es casual que una figura como la de Mariátegui haya sido prácticamente ignorada. Y otra cosa, en el año 29 se realiza en Buenos Aires, aunque por cuestiones de clandestinidad figura en los libros a veces como en Montevideo, un congreso muy importante de la sección sudamericana de los distintos partidos comunistas. En el Perú no existía todavía el partido comunista y Mariátegui se negaba a crearlo, prefería mantener el nombre de Partido Socialista. En ese congreso de Buenos Aires, las posiciones de los peruanos redactadas por Mariátegui y expuestas en ese congreso por dos delegados peruanos, Julio Portocarrero y Hugo Pesce, bueno me acordé de una cosa, Hugo Pesce era un importante médico leprólogo y el Che va a estar en su casa en su primer gran viaje con Granado, concretamente. Bueno, lo concreto es que las posiciones de los peruanos redactadas por Mariátegui son rebatidas en este congreso. El Partido Comunista del Perú se va a crear en la chacra (…) en Perú, en 1930, dos meses después de la muerte de Mariátegui. Y junto con la creación del Partido Comunista peruano se inicia este período de ocultamiento y de oscuridad en torno de la historia y figura del pensamiento de Mariátegui. No sé si está más o menos respondida la pregunta, se puede hablar mucho de este segundo período. En síntesis, este período nos habla de una etapa poco creativa desde el pensamiento, y desde el punto de vista de las prácticas, más allá de algunas actitudes dignas, podemos destacar que fue una práctica bastante reaccionaria en líneas generales, o poco popular o poco revolucionaria, mejor dicho.
Acá viene una pregunta caminando, dice así: Un pensador fundamental de gran creatividad en el final de ese segundo período que desarrolla unilateralmente y sin o poco dogmáticamente fue Silvio Frondizi. Aporta el concepto de integración mundial del capitalismo, entre otros aportes. Esto es un aporte.
Sí, yo estoy de acuerdo con lo que señala el compañero. Incluso creo que Silvio Frondizi, antes que el Che, va a decir que las burguesías nacionales en América Latina no tienen posibilidades de encabezar ningún proceso de liberación nacional. Mariátegui también lo decía mucho antes que Silvio Frondizi, pero Silvio Frondizi lo va a destacar. Lo que también es muy difícil, además, porque las periodizaciones son siempre arbitrarias, yo no sé si pensar a Silvio Frondizi como un pensador del segundo período. Tiendo a vincularlo más con la post Revolución Cubana, verlo ya como fruto de esa época, verlo después del 59, más allá de que parte de su obra sea anterior.
Sobre Silvio Frondizi, para que vean cómo se pensaba en la época. Él, aparte de las cuestiones que han expresado los compañeros, analizó qué iba a pasar con las promesas hechas por Arturo Frondizi, y estuvo completamente acertada. Ahora, qué decían sus detractores, entre ellos el Partido Comunista. Decían: Silvio Frondizi se dio cuenta que Arturo Frondizi iba a traicionar porque como era el hermano sabía que era un hijo de puta…
Bueno, si no hay otra pregunta o reflexión me queda agradecer a los docentes que han estado presentes hoy, y muy especialmente al compañero Orlando Díaz de la Embajada de Cuba, y también a todos ustedes que en esta actividad que hemos iniciado hoy, con más de mil inscriptos, creo que para una cátedra de la universidad representa un hecho histórico en la Universidad de La Plata. Muchas gracias a todos.
Bibliografía
Contexto histórico de la revolución latinoamericana
1- Historia de la América Latina durante la primera etapa de la crisis general del capitalismo (1917-1939). Edic. Combinado Poligráfico Evelio Rodríguez Curbelo. «Contradicciones interimperialistas en América Latina entre las dos guerras mundiales (1917-1939)» (cap. 1, pp. 3-30).
2- Jaime Wheelock Roman. Raíces Indígenas de la lucha anticolonialista en Nicaragua. Editorial Nueva Nicaragua. V. «Las luchas civiles por la independencia. Fiebres y serviles» (pp. 86-108). VI. «La guerra de las comunidades, 1881» (pp. 109-118). Bibliografía básica citada.
3- Fernando Centeno Zapata. Primeros pasos del socialismo en Nicaragua. Club del libro nicaragüense. «Presencia del socialismo en Nicaragua. Primera etapa». «El Partido Trabajador Nicaragüense (PTN). Segunda etapa».
4- Sergio Ramírez. El pensamiento vivo de Sandino. Editorial Nueva Nicaragua. «Cronología de Augusto César Sandino. 1895-1934».
5- Abel Alexis Latendorf. Bolivia 1952. Revolución o rosca. Buenos Aires, 1997.
6- José Martí. Obras Completas. Tomo I: «Política y revolución». Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963. Prólogo, por Juan Marinello (pp. 15-20). – «Cuba y los Estados Unidos» (pp. 230-241). «¿Queremos a Cuba?», por The Manufacturer. «Una opinión proteccionista sobre la anexión de Cuba», por The Evening Post. «Vindicación de Cuba». – «1892» (pp. 278-284). «Bases del Partido Revolucionario Cubano». «Estatutos secretos del Partido».
7- Julio Antonio Mella. Escritos revolucionarios. Siglo Veintiuno, México, 1978. «Glosas al pensamiento de José Martí» (pp. 116-121).
8- Néstor Kohan. «El marxismo en América Latina. Julio Antonio Mella». En: Crítica de nuestro tiempo, Nº 9, Julio-agosto-septiembre de 1994.
9- Aníbal Ponce. Obras Completas. Tomo 4. Ed. Cartago, Bs. As., 1974. «La unión latinoamericana» (pp. 521-523).
10- Deodoro Roca. «La juventud universitaria de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica». (Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de 1918). En: Alberto Ciria y Horacio Sanguinetti. Los Reformistas. Jorge Álvarez Ed., Bs. As., 1968.
11- José Carlos Mariátegui. «Presentación de Amauta». Septiembre de 1926. «Polémica con el Aprismo». Julio-noviembre de 1929. «Heterodoxia de la tradición». Noviembre de 1927. «Bolschevikis, aquí». Abril de 1918. «El exilio de Trotsky». Febrero de 1929. «Punto de vista anti-imperialista». Junio de 1929.
12- Miguel Mazzeo. Volver a Mariátegui. Ed. del Centro de Estudios Universitarios José Carlos Mariátegui, Buenos Aires, 1995. Introducción (pp. 11-17). Cap. 1: «Mariátegui y el marxismo latinoamericano. Crítica a una lectura heredada» (pp. 19-32). Cap. 3: «Mariátegui y la crisis del marxismo» (pp. 39-49). Cap. 6: «El mito. Mariátegui y Cooke» (pp. 71-78).
13- Néstor Kohan. «Los combates de Mariátegui. Una aproximación político filosófica a su obra». En: Mariátegui. Historia y presente del marxismo en América.
14- Julio Gambina. «Actualidad de Mariátegui en la agenda de la izquierda a fines del siglo XX». En: Mariátegui. Historia y presente del marxismo en América.
* La Cátedra recomienda, para este tema, la lectura de:
– Gregorio Selser. Sandino, general de hombres libres.
– Gregorio Selser. El pequeño ejército loco.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
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30/08/2007 a las 02:07 | Publicado en 08) Archivo: Cátedra Ernesto Che Guevara (1997-98) | Deja un comentarioCátedra Ernesto Che Guevara – Universidad Nacional de La Plata.
Sábado 6 de septiembre de 1997. 18 hs. Aula 1 del ex Jóckey Club (48 e/6 y 7).
EL CHE Y LA REVOLUCIÓN CUBANA.
Alexis Latendorf, María del Carmen Ariet.
Buenas tardes. Iniciamos la segunda clase de la Cátedra Ernesto Che Guevara. En la clase de la semana pasada tratamos de ubicar al Che en su contexto histórico, sus antecedentes; por eso hablamos de Sandino, de Mariátegui, de la Revolución Boliviana. Hoy vamos a discutir al Che en el marco de la Revolución Cubana. Para ello contamos con la presencia de los docentes Alexis Latendorf y María del Carmen Ariet.
Como hicimos la semana pasada, vamos a iniciar la clase con un breve recordatorio. Un 6 de septiembre, pero de 1930, un golpe militar derrocaba al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, iniciando una serie de regímenes de facto y asonadas militares que caracterizaron la historia de nuestro país. El 4 de septiembre, pero de 1970, en Chile se imponía la Unidad Popular, que llevaba como presidente a Salvador Allende. El 3 de septiembre de 1969 fallecía Ho Chi Minh, héroe indiscutido del pueblo vietnamita, que en este siglo concretara dos hazañas (…) derrotando al colonialismo francés y al imperialismo norteamericano. El 9 de septiembre de 1944 nacía John Lennon, el beatle más famoso, músico y pensador de avanzada. Y 22 años después, en 1976, fallecía Mao Tse-tung, líder de la Revolución Popular China.
Vamos a iniciar las exposiciones con alguien que estuvo presente en la primera jornada, un dirigente socialista que conoció a Guevara y un referente histórico: Alexis Latendorf.
Bueno, en esta oportunidad yo me voy a referir a la historia de Cuba hasta el 1º de enero de 1959, es decir, hasta el triunfo de la Revolución Cubana. A tal efecto he armado una sinopsis de la historia de la isla, de la cual voy a leer las partes más importantes. De todas maneras, voy a dejárselas a los compañeros para que, si lo creen conveniente, la editen.
Estados Unidos descontó siempre que Cuba sería norteamericana. Desde 1819, año en el cual compró la península de Florida a España, empeñó sus esfuerzos para provocar la emancipación de Cuba y Puerto Rico.
Los patriotas cubanos y el Apóstol José Martí tenían muy distintas aspiraciones. Este último advirtió claramente la necesidad de que la isla fuera libre antes de que Estados Unidos hubiera terminado su proceso interno, y estuviera listo para arremeter la empresa imperialista.
En 1845 se inició en los Estados Unidos un movimiento en pro de la anexión inmediata, y tres años después el embajador en Madrid recibía instrucciones para la compra directa de Cuba.
«En caso de que el ministro español acoja favorablemente la proposición, se suscitará naturalmente la cuestión del importe, y esta nota reservada le servirá de autorización para discutir el asunto.
«El Presidente accedería gustoso a una entrega de 100.000.000 de dólares, pero entendiendo que éste es el precio máximo. Si España consiente en la venta, dedique usted todos sus esfuerzos a conseguir el precio más barato que le sea posible».
Una posterior declaración del Congreso de los Estados Unidos aprobó la compra de la isla tan pronto como fuera posible.
El estallido de la guerra civil norteamericana paralizó la que se creía inevitable anexión.
Los rebeldes cubanos se levantaron en 1868 por primera vez contra España, en una guerra que en el curso de diez años costó a la metrópoli 80.000 hombres y muchos millones de pesetas. En 1895 estalló una nueva insurrección. Esta vez Estados Unidos intervino en forma directa. El embajador americano en Madrid explicó las razones: «El azúcar de Cuba es tan vital para nuestra nación como el trigo y el algodón de la India y Egipto lo son para la Gran Bretaña».
La excusa fue dada por una explosión en el crucero Maine surto en La Habana y atribuida a los españoles. Estados Unidos declaró la guerra a España proclamando el derecho cubano a la independencia. La contienda abarcó el año 1898, y en diciembre se firmó el tratado de París por el cual España renunciaba a todos sus derechos en Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
El general John S. Brooke fue nombrado gobernador de la isla. Estados Unidos lograba así su acariciada aspiración. En 1900 sucedió a Brooke el general Leonardo Wood, para quien la misión norteamericana consistía en edificar una república anglosajona en un país latino. Mientras tanto los norteamericanos procederían a pacificar, entre comillas, la isla, utilizando para ello 15 regimientos de infantería, uno de ingenieros y cuatro batallones de artillería. Es decir, un ejército más grande que el utilizado en la guerra con España. Pero más numerosos que las fuerzas militares, fueron los aventureros y comerciantes que llegaban a la isla en sucesivas oleadas desde los Estados Unidos.
En febrero de 1901, una Asamblea Constituyente reunida en La Habana, aprobó una Carta y nombró una comisión encargada de elaborar las bases de las relaciones futuras entre Cuba y los Estados Unidos.
Sin embargo, los consejeros del presidente McKinley estaban preocupados por la posibilidad de un gobierno nativo adverso a los intereses norteamericanos. El Congreso de la nación del norte, autorizó entonces al presidente para entregar a la Isla a su pueblo sólo cuando se estableciera un gobierno bajo una constitución que debía contener ocho cláusulas determinadas. Esas cláusulas, aprobadas bajo la inspiración del senador Platt, de Connecticut, recibieron el nombre de Enmienda Platt. La Enmienda Platt sería luego famosa como una de las herramientas imperialistas de la política norteamericana.
La Constituyente cubana se vio ante la alternativa de rechazar la enmienda o continuar indefinidamente bajo la administración militar. El gobierno norteamericano no consideraría pacificada la isla hasta tanto no se agregara a la Constitución las mencionadas disposiciones. El 12 de junio de 1901, aceptó el ultimátum y dos años después la Enmienda Platt fue también incorporada a un tratado permanente entre los dos países.
Las cláusulas que se vieron obligados los cubanos a añadir a su Constitución, eran las siguientes:
Artículo 1º: El Gobierno de Cuba nunca celebrará con ningún poder o poderes extranjeros ningún tratado u otro pacto que menoscabe o tienda a menoscabar la independencia de Cuba, ni en manera alguna autorice o permita a ningún poder o poderes extranjeros obtener por colonización o para propósitos militares o navales o de otra manera asiento o jurisdicción sobre ninguna porción de dicha isla. Es decir que los norteamericanos se reservaban solamente para ellos el derecho a colonizar a la isla.
Artículo 2º: Dicho Gobierno no sumirá ninguna deuda pública para el pago de cuyos intereses y amortización definitiva, después de cubiertos los gastos corrientes del Gobierno, resulten inadecuados los ingresos ordinarios.
Artículo 3º, y éste es el más terrible: El Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos puedan ejercer el derecho de intervenir para la preservación de la independencia y el sostenimiento de un gobierno adecuado a la protección de la vida, la propiedad y la libertad individual, y al cumplimiento de las obligaciones con respecto a Cuba, impuestas a los Estados Unidos por el tratado de París, y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.
Artículo 4º: Todos los actos realizados y tenidos por válidos, y todos los derechos legalmente adquiridos a virtud de aquéllos serán mantenidos y protegidos.
Artículo 5º: El Gobierno de Cuba ejecutará y hasta donde fuere necesario ampliará los planes ya proyectados u otros que mutuamente se convengan para el saneamiento de las poblaciones de la isla, con el fin de evitar la recurrencia de enfermedades epidémicas e infecciosas, protegiendo así al pueblo y al comercio de Cuba, lo mismo que al comercio y al pueblo de los puertos del sur de los Estados Unidos. No fuera cosa que alguna enfermedad tropical fuera exportada a los Estados Unidos.
Artículo 6º: La Isla de Pinos, creo que actualmente se llama Isla de la Juventud, la Isla de Pinos queda omitida de los límites de Cuba, propuestos por la Constitución, dejándose para un futuro tratado la fijación de su pertenencia.
Artículo 7º: Para poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o arrendará a los Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados, que se convendrán con el presidente de los Estados Unidos.
Y artículo 8º: El Gobierno de Cuba insertará las anteriores disposiciones en un Tratado Permanente con los Estados Unidos.
El derecho otorgado a los Estados Unidos de intervenir en Cuba cuando creyera que su independencia estaba amenazada, y su interpretación de cuáles gobiernos eran adecuados para preservar la vida y las libertades del pueblo, hacían en la práctica desaparecer la soberanía de la isla.
La Enmienda Platt permitió que Estados Unidos, luego de haberse retirado de la patria de Martí el 20 de mayo de 1902, volviera en dos oportunidades más. El fraude y las rebeliones se apoyaban en la cláusula tercera. Los gobernantes que permanecían indebidamente en el poder amenazaban recurrir a la intervención norteamericana para mantener un gobierno adecuado para la protección de la vida, si alguna rebelión hacía peligrar su estabilidad. Coroneles y generales se sucedieron jugando con la Enmienda, y un presidente solicitó la intervención norteamericana para sofocar un movimiento sedicioso contra su gobierno.
En 1905 el primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, decide asegurarse su reelección. Lo logra mediante elecciones fraudulentas y la expulsión en masa de sus opositores —los liberales— de los puestos de gobierno.
Inmediatamente después de la toma de posesión, ocurrida el 20 de mayo de 1906, se forma un comité revolucionario. El 16 de agosto estalla la sublevación, que adquiere proyecciones importantes en la provincia de Pinar del Río, acaudillada por el general Faustino Guerra.
Estrada Palma solicitó a Teodoro Roosevelt… Teodoro Roosevelt fue el que inspirara la famosa «Oda a Roosevelt», del gran poeta nicaragüense Rubén Darío. Estrada Palma solicitó a Teodoro Roosevelt el envío de dos barcos, uno a La Habana y otro a Cienfuegos. El presidente norteamericano hizo saber al gobierno de Cuba que intervendría si no se cesaban en el acto las hostilidades, llegando a un acuerdo los combatientes. Para lograr ese acuerdo viajaron el senador Taft y el subsecretario de Asuntos Extranjeros Roberto Bacon.
Una vez en Cuba, ambos estadistas realizaron reuniones con hombres de negocios, jefes de partidos y funcionarios de gobierno.
Quedaron convencidos de la ilegalidad de las elecciones de 1905 y decidieron que los liberales recuperarían los Municipios que por decreto presidencial les habían sido quitados. Renunciarían también los parlamentarios y los gobernadores de provincia. Los delegados norteamericanos no querían en cambio que Palma dejara el poder, para no quebrar la continuidad constitucional y para no intimidar al capital.
Finalmente, Palma presentó su renuncia y la de los miembros de su gabinete, en el Senado. Mientras los liberales deseaban aceptarla, los partidarios del presidente se negaban a ello. A la mañana siguiente de la tumultuosa reunión, Taft se proclamó a sí mismo como gobernador general de Cuba, bajo la autoridad del presidente de los Estados Unidos, en virtud del artículo 3º del apéndice de la Constitución, es decir, la Enmienda Platt. A Taft le sucedió Charles a Magoon.
En esta segunda intervención, las tropas norteamericanas permanecieron hasta 1909. Dejaron tras de sí la estela de la corrupción administrativa y el libertinaje en los gastos públicos.
El dedo norteamericano siguió señalando el camino político de la isla. El presidente José Miguel Gómez (1909-1913) recibía instrucciones cablegráficas desde Washington, tendientes a asegurar o vetar concesiones, según los interesados en obtenerlas fueran o no compañías norteamericanas.
En 1912 desembarcaron tropas de la marinería norteamericana para proteger las propiedades norteamericanas que cubrían prácticamente toda la provincia de Oriente. En esa zona había estallado una sublevación. Este desembarco no significaba una nueva intervención, pero indicó claramente la disposición estadounidense de proteger a cualquier costa los intereses de sus inversionistas.
El gobierno norteamericano defendió la administración de Gómez y sus más escandalosas concesiones. Sucedió a Gómez el mayor general Mario G. Menocal, quien para continuar en el poder recurrió elecciones fraudulentas.
La rebelión liberal contra Menocal, con el ex presidente Gómez a la cabeza, no pudo triunfar, pues los Estados Unidos hicieron saber claramente que apoyaban al gobierno y que hacían responsables a los jefes de la revolución de cualquier perjuicio causado a los extranjeros.
En 1917 Cuba entra en la primera guerra mundial casi simultáneamente con los Estados Unidos, y tropas norteamericanas se estacionan en la isla.
La prosperidad azucarera cubana, producto de la post-guerra, alcanzó su máximo en mayo de 1920. Después de ese mes comenzó a declinar el consumo y la caída del precio del azúcar precipitó la crisis. El presidente Menocal, en vísperas de las elecciones, decretó una moratoria de pagos.
Los cubanos advirtieron entonces la precariedad de su sistema económico. Desde la instauración de la república la expansión económica había sido formidable. A fines del siglo pasado las inversiones de capital norteamericano ascendían a unos 50 millones de dólares. Hacia 1915 la cifra era de 200 millones de dólares y años después ascendería a 1.500 millones. Pero 1500 millones de hace 60 ó 70 años atrás eran muchísimo más de lo que es ahora. Pero el capital norteamericano se había invertido en forma principal en la industria azucarera. La economía de Cuba se desarrollaba en una sola dirección y para peor en manos extranjeras. El 1º de noviembre de 1920 presenta su candidatura para la presidencia Alfredo Zayas, apoyado por los conservadores y un grupo liberal denominado Partido Popular y contando con la desembozada ayuda de Menocal.
Los liberales llevaban como candidato al ex presidente Gómez, acompañado por Miguel Arango, director general de la Cuba Cane Sugar Corporation. Llegadas las elecciones, el gobierno afirmó que Zayas había triunfado, los liberales aseguraron que el vencedor era Gómez.
¿Qué les parece que ocurre entonces?. Intervienen, tal cual ustedes lo presienten, Estados Unidos decide intervenir. Los liberales cubanos solicitaban que Washington verificase el escrutinio. Pero como en 1899, las verdaderas voces que guiaban a los intervencionistas, eran las angustiadas de los comerciantes y banqueros.
El presidente Wilson envió al general Crowder en una nueva intervención que duró tres años. Esta vez el predominio de los intereses de Wall Street quedaron definitivamente consolidados. Crowder sancionó las medidas propuestas por el senador antimenocalista Cosme de la Torriente, para la desaparición gradual de la moratoria. Los intereses yanquis solicitaban esa medida.
Terminado su cometido, Crowder, a pedido de Menocal, se quedó para asesorar a Zayas sobre la aplicación de las leyes de Torriente, confección del presupuesto, reorganización del ejército y la reforma de la Constitución.
El régimen corrupto de Zayas dejó paso al del liberal Machado en 1925, empleado de la General Electric Company. En 1908 Gómez lo había nombrado comandante en jefe del ejército y ministro del Interior. Rodeado de matones, en una oportunidad prendió fuego al edificio de la Audiencia de Santa Clara. En la presidencia haría honor a estos antecedentes.
Cuba se ve envuelta en una ola de asesinatos políticos, deportaciones, encarcelamientos de obreros y torturas. Se derraman millones para embellecer La Habana, pero la pobreza castiga el interior de la isla.
Para aquel entonces la hegemonía norteamericana es completa.
Algunas compañías llegaban a dominar el 20% de la extensión de una provincia y las policías de los ingenios administraban justicia por su cuenta.
Finalizado su período, Machado lo prorroga, estableciendo el continuismo. En 1929 Machado ordena el asesinato de Julio Antonio Mella, líder estudiantil y fundador del Partido Comunista. Una ola de terrorismo envuelve La Habana. En los turbulentos años que van del 30 al 33, la juventud entiende que la postración política de la isla tiene raíces profundas. Desean que Cuba se encuentre a sí misma, abandonando su dependencia de los Estados Unidos.
Los estudiantes libran furiosa lucha contra la dictadura, muchos son encarcelados, el camino del destierro se abre para otros y cientos pierden la vida.
En 1931 el general Menocal inició un intento revolucionario que finalmente fue debelado. El clima de tensión aumentó.
El presidente Roosevelt envía a Summer Welles a la isla a principios de 1933 para que interponga sus oficios, a fin de solucionar la crisis política cubana. El 18 de mayo Welles remite una carta personal al presidente norteamericano, en donde resume los puntos de su actuación. Mientras la isla vive presa del terror y los estudiantes caen bajo balas de la dictadura, el enviado norteamericano fija primero su atención en las relaciones comerciales entre ambos países. Dice Welles:
La política que pienso seguir es en términos generales la siguiente: 1º Un continuo trabajo para fijar la atención de la opinión pública en Cuba, en su parte que no es solamente política o solamente fanática, sobre los beneficios que obtendrá todo el pueblo cubano con la conclusión de un nuevo acuerdo comercial con los Estados Unidos; 2º Cooperar con el gobierno de Machado hasta el momento en que pueda revisarse adecuadamente la ley electoral, de acuerdo con las recomendaciones de un experto americano. Un síntoma alentador, agrega Welles, es la conformidad de Machado con mi sugestión de emplear al profesor Doods, de Princeton, lo más pronto posible; 3º La aprobación por el Congreso de reformas necesarias; 4º Los ánimos están tan enconados y el estado de agitación es tan general, que me parece que va a ser necesario un cambio de presidente.
(interrupción por problemas de sonido)
Voy a saltear algunos períodos de la historia política cubana para llegar a la dictadura de Fulgencio Batista. Batista fue dictador en el gobierno después de un golpe en marzo, el 10 de marzo de 1952. Inició su gobierno anulando la constitución de 1940. Al desprestigio de los gobiernos anteriores agregó nuevas denuncias: violencias, fraudes, robos y drogas.
El 26 de julio de 1953 Fidel Castro junto a estudiantes y militantes ortodoxos, dirigió el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el cual fracasó. Fue entonces condenado a 15 años de prisión, después de pronunciar un alegato en su defensa (La historia me absolverá). El indulto llegó en 1955 y se exilió en México, en donde fundaría el Movimiento 26 de Julio. Allí conocería a Guevara quien, al participar del viaje del Granma, sería definitivamente el Che.
A principios de 1955, Batista declara fuera de ley al comunismo. Mientras tanto, la lista de complots aumentaba.
Voy a referirme al 13 de marzo de 1957, en donde un puñado de civiles, la mayoría de ellos estudiantes universitarios comandados por Fauré Chomón Mediavilla, atacaron el palacio presidencial de La Habana con fusiles, pistolas, fusiles ametralladoras y granada de mano. Los atacantes lograron penetrar en el edificio pero fueron finalmente derrotados luego de dos horas de intensa lucha. Echeverría, presidente de la Federación Universitaria, que se encontraba oculto desde el 13 de noviembre del año anterior por su participación en un movimiento sedicioso, perdió la vida, luego de haber tomado por asalto Radio Reloj. Con él cayeron muchos de sus acompañantes.
Poco antes de participar en el ataque, Echeverría —con la colaboración de Joe Westbrook Rosales y Dysis Guira— redactó su testamento político. A través de la serenidad de sus palabras, se advierte el convencimiento de que la acción no tendría éxito, pero que conmovería al pueblo de Cuba. No les puedo leer ahora el manifiesto del 13 de marzo, que es una pieza muy emotiva, por razones de tiempo.
Allá comienza la sedición de los estudiantes universitarios en La Habana mientras que Fidel Castro y el Che Guevara avanzan desde Oriente hacia La Habana.
Hacia fines de mayo de 1958 se estimaba en 400 la suma total de rebeldes en la costa norte de Cuba. El gobierno dispuso la evacuación de los pobladores de varias zonas de la provincia de Oriente, para someterla a una operación militar en gran escala. Cientos de campesinos se hacinaron en los muelles de Santiago de Cuba. Tres puntos de la Sierra Maestra fueron bombardeados por aviones pero las fuerzas de Fidel Castro, adoptando la lucha de guerrillas, se transformaron en blanco difícil de ubicar.
La guerrilla se fue consolidando políticamente, apoyada desde sus inicios por los estudiantes de La Habana quienes, encabezados por Frank Pais —al poco tiempo asesinado— desencadenaron el terrorismo.
Mientras Fidel y su hermano Raúl concentraban sus esfuerzos en Oriente, ocuparon Santiago de Cuba —la segunda ciudad de la república— el 31 de diciembre de 1958.
El comandante Che Guevara y Camilo Cienfuegos habían iniciado la ofensiva hacia el oeste logrando apoderarse de Santa Clara. En las primeras horas de enero de 1959 el dictador Batista huía hacia Santo Domingo.
El Che diría en marzo de 1965, en carta dirigida al director del semanario Marcha de Montevideo: «Nuestra libertad y su sostén cotidiano tiene color de sangre y están henchidos de sacrificio». Sobre esa sangre comenzó a edificarse una nueva sociedad a las puertas de Goliat. Nada más.
Bueno, voy a presentar a la segunda docente en esta noche, que es la compañera María del Carmen Ariet, que es coordinadora del archivo personal del Che en La Habana y miembro del equipo de búsqueda y exhumación de los restos del comandante Che Guevara.
Yo apenas he llegado a Argentina, como todos ustedes conocen, después del arduo trabajo de un año y medio que el equipo cubano ha desarrollado en la búsqueda y exhumación de los restos del Che y de los compañeros combatientes caídos en Bolivia. Con esto quisiera aclarar que mi presencia hoy aquí no es para una conferencia, puesto que prácticamente no he tenido tiempo de ordenar algunas ideas. Pero era un compromiso ineludible mi presencia acá en La Plata y en otras Cátedras que han convocado a que estuviéramos presentes, porque me parece que (interrupción del sonido) Bueno, les decía que me parecía importante, tanto en La Plata como en otros lugares, que estuviéramos presentes, y ésta es la razón que aunque yo no tenga una conferencia propiamente preparada, me parecía importante que antes de mi regreso a Cuba yo tuviera algún contacto con alguna de las Cátedras que yo debía visitar. Por supuesto, estoy dispuesta mucho más que a hablar a través de una conferencia, a responder preguntas que ustedes quieran formular.
No voy a continuar de un modo lineal, como el compañero que me antecedió lo expresó, sobre el desarrollo de la Revolución Cubana, porque me parece que es más importante, sobre todo yo que me estoy marchando ya, tratar de comentar con ustedes algunas ideas imprescindibles acerca de la presencia del Che Guevara en la Revolución Cubana, puesto que es posible que yo no tenga la posibilidad de participar en un futuro inmediato en conferencias de Cátedra. Hay un antecedente que me parece muy importante, y que les debe servir de premisa a ustedes posteriormente en el desarrollo de la Cátedra, de la presencia y el por qué el Che buscó un proceso revolucionario para desarrollar su conciencia primero social y política. Y creo que eso hay que buscar en los antecedentes formativos e históricos no del Che Guevara sino de Ernesto Guevara de la Serna. En su desarrollo, que por supuesto tiene previamente una fase formativa y que obedece en primera instancia a su país de origen, Argentina, y que después se fue conformando en la medida en que penetró en la realidad latinoamericana con los viajes que desarrolla en su etapa de juventud, es lo que hace que este joven Ernesto Guevara de la Serna primero desarrollara una conciencia social que después devendría en una conciencia política, que se derivó en una formación marxista como un proceso inicial de autoperfeccionamiento que él se impone, y que, posteriormente, a partir que se involucra en un proceso revolucionario, eso se va haciendo cada vez más completo y acabado hasta llegar a ser lo que fue, ya en el año 65, en que decide emprender su misión y gran misión internacionalista, primero a África y después a Bolivia. Cómo es que se produce todo ese proceso es uno de los interrogantes que creo que es importante responderse a lo largo de todo el ciclo de conferencias que se puedan dar en la Cátedra. Por qué razón, por qué este joven Ernesto Guevara de la Serna cuando está estudiando medicina tiene la inquietud básica de conocer de un modo directo la realidad latinoamericana. Y aquí hay una característica muy peculiar de la personalidad de Ernesto Guevara de la Serna que se va a solidificar cuando ya se convierta en el Che Guevara, que es la necesidad de un estudio teórico, que desde el punto de vista de la filosofía, primero en una concepción liberal y después marxista, y a esa unión de la necesidad de lo teórico el Che siempre trató de combinar una experiencia práctica. Este binomio teoría con práctica, de hombre teórico como hombre de acción, fue uno de los rasgos más característicos de su personalidad a lo largo de su vida. ¿Cómo lo fue haciendo?. En la medida en que este joven sintió la necesidad de buscar respuestas en su entorno, no sólo en la realidad de su país sino en la realidad del continente latinoamericano.
No sé si ustedes tienen preciso que en el año 52 él desarrolló un primer viaje por América Latina, que desde mi punto de vista es el momento, el hito fundamental en que se produce el salto del desarrollo de la conciencia social de este joven, que inicialmente va a la búsqueda, con una concepción humanista, de qué es el hombre que lo rodea y cuáles son los problemas que tiene. Cuando él se enfrenta a una realidad desconocida para él, de países diferentes como el suyo de origen, de Argentina, donde están los problemas del indigenismo, donde está la explotación cruenta que existe en todos los países latinoamericanos, aquí empieza el salto de la conciencia social a la conciencia política. Y en este viaje, justamente, que se desarrolla en el 52, todavía no graduado de médico, es que a mi modo de ver se produce este salto. ¿Por qué digo esto?. Porque en el segundo viaje, que ya está graduado de medicina, en el 53, él cambia la concepción y el itinerario del mismo. En el segundo viaje el propósito fundamental de Ernesto Guevara de la Serna era conocer un proceso revolucionario. Y él en junio del 53, graduado de médico ya, se decide ir a conocer un proceso revolucionario en un país muy cercano a la Argentina, que es Bolivia. La primera vez que el Che participa y conoce por primera vez Bolivia, porque no tuvo la oportunidad de hacerlo en el primer viaje. Este proceso revolucionario que conoce en Bolivia, que se había iniciado en el año 52, no fue un proceso que realmente le corroboró lo que debía ser una verdadera revolución. Él sintió una revolución que cada vez más se entregaba a la posición y política norteamericana y que estaba perdiendo los valores reales de los pronunciamientos iniciales que podían devenir en una revolución socialista. De allí en adelante comienza él un experimento y una fuerza de voluntad constante para tratar de conocer una postura política clásica y sobre todo marxista, porque comienza a estudiar profundamente el marxismo, a tratar de interpretar y de sentirlo como una necesidad plena que los males de América, como él llegó a escribir, sólo se resolvían a través de una revolución.
Y eso hace que cuando salga de Bolivia, en julio del 53, empieza un segundo periplo por América Latina, y llega a Guayaquil con un propósito particular, que es trasladarse de Guayaquil a Guatemala, para conocer también un proceso revolucionario, que ya se había iniciado con la Revolución Guatemalteca. Esto es importante tenerlo en cuenta porque hay una carta que le escribe a su familia, sobre todo a su mamá, estando en Guayaquil, donde le dice que se piensa trasladar a Guatemala porque quería convertirse en un verdadero revolucionario. ¿Qué era para el Che un verdadero revolucionario?. Por supuesto, no sólo la mística sino la verdadera participación en un proceso en el que él consideraba que era necesaria su presencia para foguearse desde el punto de vista del desarrollo de su conciencia política. Cuando llega a Guatemala, ya en diciembre del 53, se siente adherido por la Revolución Guatemalteca, e incluso lo dejó plasmado en muchos escritos que dejó, de cartas y también de análisis de la Revolución Guatemalteca, donde expresó que consideraba que era una verdadera revolución. Sin embargo, esta Revolución que él consideró verdadera, también fue derrocada en junio del 54, con una política global que perseguía desde siempre el imperialismo norteamericano cuando entendía que había procesos revolucionarios excesivamente avanzados, que no era totalmente… no era para nada socialista, pero que sí había impuesto medidas de radicalización dentro de la política del país. Esta Revolución es derrocada por toda la fuerza del ejército, que incluso rodeaba a Guatemala, y por supuesto con confabulación del gobierno norteamericano, y es lo que hace y explica que el Che llegue a México. Punto importante, y que trasciende, y aquí, porque comienza lo que el es vínculo del Che Guevara con los dirigentes futuros de la Revolución Cubana.
¿Qué sucede en Guatemala?. En Guatemala el Che se encuentra con un grupo de asaltantes del Moncada, el 26 de julio, en Cuba, del año 53, y tiene una estrecha amistad con uno de los asaltantes que se llama Ñico López. También es muy importante porque los miembros asaltantes del Moncada, encabezados por Fidel, no pertenecían o no tenían una pertenencia clara en cuanto a su posición política de marxismo. Se conoce que el Movimiento 26 de Julio era un movimiento heterodoxo, pero que, sin embargo, en este Movimiento 26 de Julio había dos o tres combatientes que sí tenían una militancia partidaria, que era el caso del hermano de Fidel, Raúl Castro, que sí pertenecía a la juventud socialista, y ese amigo del Che que hace en Bolivia, que es Ñico López. Importante porque ya la visión con que el Che se tropieza en México con estos combatientes cubanos es diferente, y entiende que en el Movimiento 26 de Julio puede haber un verdadero brote y una verdadera raíz para iniciar una revolución, como él entendía, verdadera.
Cuando llega a México, después del derrocamiento de la Revolución de Guatemala, primero empieza a hacer… hace algunos trabajos de fotógrafo, no había conseguido trabajo como médico, hasta que llega y se consigue un trabajo en el Hospital General de México. Estando en el Hospital de México llega Ñico López, su antiguo amigo cubano de Guatemala, con un enfermo, ya de los miembros futuros de la expedición del Granma. En ese momento le presenta a una figura que lo va a relacionar estrechamente con Fidel, que se llama Raúl Castro. Y a partir de ahí Raúl le explica las características del Movimiento y le dice que su hermano estaba llegando, que Fidel todavía estaba preso en la cárcel de Isla de Pino, como señaló el compañero, la actual Isla de la Juventud.
En ese momento ya comienza, ya cuando Fidel viene a México en el año 56, a producirse una interrelación muy estrecha en estas figuras que, posteriormente, en un tiempo tuvieron posibilidad de valorarse unos a otros. Fidel cuenta ya cuando hace, después del Che muerto, su intervención en la Plaza de la Revolución en el año 67, que cuando conoce al Che, el Che era un revolucionario formado, claro, teniendo en cuenta toda la experiencia que había sumado en sus viajes por América Latina. Pero no sólo la experiencia revolucionaria de lo que puede haber derivado del proceso de Bolivia o del proceso de Guatemala, sino también el estudio del marxismo que seriamente el Che Guevara, o el joven Ernesto todavía, estaba desarrollando, tanto en su periplo por Guatemala como en su estancia en México. Incluso tenemos nosotros, en el archivo personal del Che, un cuaderno filosófico que él estuvo ampliando a lo largo de su etapa de juventud, y que en México es el cierre de una primera etapa, de un ciclo de preparación filosófica, y sobre todo marxista, que por su propia cuenta el Che desarrolla. Esto es interesante porque, sin duda, con este criterio que yo les estoy manifestando de que los miembros del Movimiento 26 de Julio, futuros expedicionarios del Granma y dirigentes de la Revolución Cubana, que tenían una conciencia política, pero una conciencia política práctica, no teórica, pero, por supuesto, el Che siempre fue un baluarte considerado como un elemento que tenía una formación teórica y conceptual muy superior a cualquiera de la vanguardia revolucionaria, que era más práctica que teórica en aquel momento. Y por supuesto, el Che fue considerado, desde los primeros momentos, e incluso así lo expresa Fidel, el puntal necesario que los iba a ayudar dentro del proceso de transformación que posteriormente devendría en la Revolución Cubana.
A partir de ahí, ya cuando llega Fidel, como expresa el Che, en una noche larga de frío en México, me convertí apenas una hora de haber conversado con Fidel, en futuro expedicionario y médico del Granma. Empieza el entrenamiento de todos los expedicionarios hasta que se produce el desembarco del Granma, que es el encuentro real del Che Guevara con el pueblo de Cuba y su Revolución, ya en una forma directa y práctica.
No voy a expresar muchos criterios con respecto a la formación del Che militar porque, bueno, es bien conocido y no es el punto fundamental que yo quisiera destacar acá. Aunque sin embargo, por supuesto, este joven argentino, que Fidel consideraba revolucionario formado, teniendo en cuenta el momento, la época en que se estaba viviendo, sobre todo integralmente en su formación marxista, además de esas cualidades que le veía Fidel y el resto de la vanguardia revolucionaria cubana, cuando se produce la lucha guerrillera en Cuba también el Che se destaca por su táctica y estrategia militar. Tal es así que inclusive por encima de otros dirigentes históricos de la Revolución Cubana que habían participado del Moncada, que habían participado anteriormente de luchas revolucionarias, el primer comandante de la Sierra Maestra no fue un cubano, fue Ernesto Guevara de la Serna, convertido ya en el Che por sus cualidades y dotes militares. Porque había creado ya una columna en un mando único y una integración y una conciencia que, por supuesto, elevaba el nivel del resto de la tropa. Esto hace que Fidel le encargue, en el proceso de la lucha revolucionaria, algo que encargó a dos combatientes que se destacaron mucho en la lucha: uno el Che Guevara, y otro Camilo Cienfuegos, uno de los combatientes más destacados de la lucha revolucionaria que, lamentablemente, muere en el año 59. A estos dos guerrilleros, diríamos los más aguerridos, le encarga Fidel la orden de invadir la isla para cortar la fuerza militar de la dictadura batistiana y hacerse fuerte, el Che en el centro del país, Camilo continuando a occidente, es decir hacia la capital. El desarrollo de las acciones combativas del Che en el centro de la isla se conocen como la famosa batalla de Santa Clara, batalla de Santa Clara que estrangula a la dictadura y que ya el 31 de diciembre de 1958 si no es definitivo y decisivo contribuye en primera instancia al derrocamiento de la dictadura de Batista.
A partir de allí ya comienza un momento diferente y culminante en la vida de este joven, que comenzó siendo un revolucionario que en la práctica él se impuso una determinada conducta, pero ya de pronto deviene en el dirigente de la Revolución Cubana. Esto a veces se debate mucho en torno a por qué de pronto si el Che no se conocía en su país de origen como líder estudiantil, si no se conocía en América como un revolucionario acabado, cómo es posible que en tan poco tiempo él fuera capaz de crearse a sí mismo y de formarse a sí mismo para ser integralmente uno de los dirigentes más destacados de la Revolución Cubana. Yo pienso lo siguiente, haciendo un poco una síntesis de esta etapa y de todo lo que les he expresado anteriormente. De todos estos viajes por América Latina, hasta llegar a la vinculación con la Revolución Cubana, hay cuatro elementos que me parecen claves y necesarios, y que pienso que pueden posteriormente desarrollarse como temas de Cátedra, que él asume y asimila de su experiencia latinoamericana.
Uno, en primer lugar, creo que en sus viajes de América adquiere una concepción latinoamericanista que no había tenido en su país de origen. Es decir, él, que se propone estudiar profundamente a la realidad latinoamericana, que se propone vivirla en toda su magnitud, esto hace que aprehenda de un modo conciente todo el entorno y todo lo que estaba sucediendo en el continente con una concepción diferente a la que tenía en su país de origen. Es decir, el concepto latinoamericanista del Che, que posteriormente al desarrollo de la Revolución Cubana él va a desarrollar profundizándolo ya ampliamente, me parece que el origen fue justamente éste.
Conjuntamente con el latinoamericanismo se desarrolla en él un concepto humanista extraordinariamente amplio. Porque desde los orígenes, una de las cosas que se propone el Che Guevara, y así lo deja planteado en algunos artículos de su estancia en América Latina, es tratar de conocer los males de América, pero con un objetivo claro: tratar de mejorar al hombre dentro del contexto social en que vive, y que ese hombre sea capaz, además, de transformar su entorno. Ya por supuesto, este concepto humanista que lo asimila de la realidad latinoamericana se va profundizando en la medida en que el marxismo se va enraizando más en el conocimiento del mismo, y este humanismo, que deviene un humanismo filosófico general, deviene posteriormente en un humanismo marxista que ya lo cultiva propiamente en la Revolución Cubana. Estos dos elementos o rasgos son fundamentales porque devendrán parte del pensamiento político y filosófico del Che.
Conjuntamente con estos dos elementos, me parece imprescindible, también, tener en cuenta que el concepto antiimperialista que el Che Guevara va asimilando de toda esta realidad que va conociendo, no es lo mismo el concepto de imperialismo o del gobierno norteamericano que tiene dentro de la realidad argentina que todo lo que él va viviendo a su paso, porque incluso hay diferencias y graduaciones en la realidad latinoamericana. No es lo mismo Perú, porque el problema indigenista, pero no es lo mismo, por ejemplo, Centroamérica, con la explotación tan cruel de las bananeras norteamericanas, y él pudo medir dentro de su propio territorio la magnitud de esta explotación. Es así que aquí empieza a desarrollarse y ampliarse una concepción que en los primeros momentos de su vida revolucionaria no estaba clara, es decir, el concepto antiimperialista.
Y por último, creo que hay un cuarto rasgo que él cultiva o desarrolla posteriormente, que es obviamente el marxismo. Todo esto que yo les estoy explicando, que es una concepción tomada de la práctica misma, él sintió la necesidad cada vez más amplia de profundizar en el marxismo. E incluso llega a decir, estando en México, que trataba de estudiar profundamente el marxismo porque él pensaba que la teoría marxista era la única que él entendía que le daba las verdades y las respuestas necesarias para resolver los males de América. Ya esto lo dice el joven Ernesto estando en México en el año 55.
Si ustedes suman estos cuatro elementos que caracterizan ya posteriormente al Che como líder de la Revolución Cubana, latinoamericana, y como líder del siglo XX, por supuesto son rasgos muy característicos e imprescindibles a la hora de entender lo que era el pensamiento y la vida del Che Guevara.
Triunfada la Revolución, es conocida la enorme cantidad de responsabilidades que se le da al Che Guevara. Por supuesto es lógico, teniendo en cuenta todos estos elementos que yo les estoy dando, de que no existía una dirigencia teóricamente formada. Había un Ejército Rebelde con una conciencia política amplia, con un valor y un heroísmo amplio, pero lo que faltaba era preparar, era un ejército prácticamente de analfabetos, que en la dinámica de la Revolución poco a poco se fueron alfabetizando, primero, y después superándose para llegar a ser los cuadros que todos estos años han dirigido la Revolución. El Che, por supuesto, en esta etapa era, sin lugar a dudas, uno de los cuadros fundamentales, con todos esos componentes que les expreso. Llegó a tener responsabilidades tales como presidente del Banco Nacional de Cuba, fue miembro de la dirigencia, presidente de la Junta Central de Planificación, ministro de Industrias; pero tenía, a su vez, cargos de responsabilidades en la estructura del partido, en la política exterior de la Revolución Cubana, e incluso cargos militares, siempre, hasta la fecha en que estuvo en Cuba, desarrolló la responsabilidad militar de la zona occidental del país. Como ustedes ven, es una actividad multifacética. Multifacética como un rasgo que combina y que reitera, ya como experiencia acumulada en los años anteriores, en el binomio de la teoría y de la práctica. Si alguien se distingue dentro de la Revolución Cubana y en la dirección misma es el Che Guevara, no sólo por la dinámica de su acción como dirigente revolucionario, sino como el ejercicio mismo de estudiar cada vez más el marxismo para hacerlo más profundo y consolidar integralmente los principios generales de la Revolución Cubana. Éste es el Che, en términos generales y conceptualmente, que está en Cuba del 59 al 65.
Ahora, cómo es que se producen estas diferentes etapas de integración que tiene el Che a la Revolución Cubana. Si lo asimilamos a nivel de los cambios o transformaciones que se producen en Cuba, habría que dividirlo en dos momentos fundamentales. Uno, lo que es del 59 hasta el 61, que es cuando se proclama el carácter socialista de la Revolución Cubana; y otro del 61 al 65, en que el Che, ya dirigente de la revolución socialista, desarrolla toda una serie de ideas sobre el socialismo que lo distinguen ya no sólo como el líder de la Revolución Cubana sino como el líder integral latinoamericano que deviene líder de la revolución mundial. Es decir, esto a mi modo de ver, serían los dos puntos o rasgos fundamentales para asimilar y medir el pensamiento y la vida de Ernesto Che Guevara dentro del proceso de la Revolución Cubana.
Sin embargo, hay algo interesante, porque aunque la periodización que se establece del 59 al 61 es lo que antecede a la revolución socialista, dentro de lo que es la dirección de la Revolución había un grupo de jóvenes radicales que tenían, por supuesto, una marcada tendencia socialista, o socialistas o marxistas como decía Guevara, que independientemente de que, por clasificación, a esta etapa de la Revolución se le llama antiimperialista y democrática, sin embargo había un grupo muy concentrado de la dirección de la Revolución que actuaba de un modo mucho más radical que un proceso democrático-burgués. Y es precisamente el Che y un grupo de revolucionarios que centran su actuar político en algo que se llamó la dirección del INRA, el Instituto Nacional de la Reforma Agraria. Para muchos estudiosos de la Revolución Cubana se dice que el INRA era un segundo poder, como un poder paralelo al gobierno institucionalizado por la Revolución Cubana. ¿Por qué razón?. Porque en el INRA estaba Fidel Castro de presidente de este Instituto, pero además estaban incluidos todos los dirigentes de la Revolución que tenían una postura más radical y que estaban a favor de cambios más profundos en la Revolución Cubana. E incluso es más, es dentro del INRA que los antiguos miembros del Partido Comunista, que antecede en Cuba se llamó Partido Socialista Popular, formaron parte íntegramente de este proceso. Es decir que, a la par de que había un movimiento democrático general para toda la población, este grupo estaba tratando de conformar una conciencia política superior y mucho más radical, y creando las bases de lo que posteriormente deviene en sistema socialista en Cuba. Es por eso que ya en el año 61 para muchos no es sorpresa que Fidel, en el momento en que se produce la invasión de Playa Girón promulgue la revolución socialista en Cuba, y no asombra, porque el pueblo, ya tanto en los discursos de Fidel como en otros líderes, estaba bien planteado que lo que se quería era una revolución radical y que rompiera con todas las trabas de la explotación anterior. Es decir, éstas íntegramente son las características de los primeros años de la Revolución Cubana.
En aquel momento el Che, primero presidente del Banco Nacional y posteriormente ministro de Industrias, porque una de las tareas que más se traza la Revolución en ese momento es el desarrollo dinámico de la Revolución, y ésa es la razón por la que el Che, así lo entiende la dirección de la Revolución, que debía estar al frente del ministerio más dinámico que debía tener la Revolución, que era el de Industrias. En esta etapa el Che no sólo se conforma con su actividad práctica sino que empieza a profundizar en lo que es el socialismo. Y aquí, en este caso, ya también empieza a tener su experiencia directa de conocimiento con los países socialistas. Incluso él va por primera vez en una delegación a la Unión Soviética y recorre algunos de los países socialistas, al margen de que anteriormente otros viajes que había hecho a países tercermundistas, pero que formaban el denominado pacto de Bandung, que posteriormente se convertirían en el Movimiento de los No Alineados, y que lo hace inclinarse a una postura mucho más tercermundista, con una concepción socialista. Ya el Che en el año 61 no sólo era el cuadro necesario del socialismo que necesitaba la Revolución en su proceso de transformación sino que tenía miras… puesta su concepción en una postura mucho más amplia y más radical, de tratar de crear un movimiento no sólo a escala latinoamericana sino a escala tercermundista para lograr establecer un frente amplio contra el imperialismo norteamericano.
Ahora, conjuntamente con esta realidad, se produce en la Revolución Cubana y en el propio Che una serie de análisis y cuestionamientos a partir del año 61, de lo que estaba ocurriendo en el mundo socialista. En el Che se produce, primero, un acercamiento y un entendimiento de lo que para él entendía, primero, qué era el socialismo; después, la práctica de lo que se denominaba socialismo real en los países existentes del campo socialista; y otra, cuál debía ser el verdadero socialismo. Por eso el Che ya del 61 al 65, en un tono que realmente consideraron muchos polémico, se convierte en no tan sólo el práctico revolucionario sino en el teórico del marxismo tercermundista, que es el que conocemos a través de todos sus artículos y trabajos. Entonces, en esos años se dedica a una amplia tarea no sólo de ser la cabeza directriz de los cambios y transformaciones económicas del país sino también de análisis crítico acerca de lo que debía ser el verdadero socialismo.
Yo no voy a extenderme mucho en este tema porque, en realidad, otros compañeros vendrán y profundizarán en el mismo, pero como es un tema que nos toca a todos y que en realidad el Che fue el eje central en este proceso, me parece que, por lo menos, algunas ideas quisiera dejar establecidas. En primer lugar, creo que uno de los méritos más grandes que tiene el Che como teórico de la revolución tercermundista y marxista en aquel momento es darse cuenta, que además lo deja bien estipulado y bien escrito, de que el socialismo estaba perdiendo, el existente, ése que se llamaba real, uno de los rasgos fundamentales que el propio Marx describió como un elemento vital para el socialismo. Es decir, que había perdido su concepción plenamente humanista. Y aquí retomo los cuatro rasgos iniciales que yo había planteado desde joven, es decir, hay una enorme preocupación del Che por decir que si el socialismo no sienta sus bases para crear un hombre diferente en un sistema diferente no se puede avanzar. Y él entendía que uno de los problemas más graves que planteaba el socialismo existente es que habían abandonado el verdadero desarrollo de la conciencia individual y colectiva del hombre en un sistema que devendría diferente y que, de no hacerse así, como él mismo expresa, podrá crearse un sistema de distribución quizá igualitario pero nunca un nuevo sistema. Si no se replantean y reformulan algunos criterios de ese socialismo real que existía, difícilmente se pueda llegar al verdadero socialismo. Allí él avanza en algunas definiciones acerca del socialismo. Pero hay algo que es interesante porque hay un elemento clave, que él llamaba una especie de motor interno que debía tener el individuo, y que él entendía que de no presentarse dentro del proceso de transformación de este hombre que requería la nueva sociedad, difícilmente se podría avanzar. Y aquí él plantea que el socialismo está combinado con dos elementos claves. Uno, lo que es la base material, la base productiva necesaria y vital para el desarrollo de la sociedad. Pero conjuntamente, y a la par del desarrollo material, había que desarrollar la conciencia del individuo para crear un nuevo hombre. La separación de uno y otro acarrearía problemas muy graves al socialismo. ¿Por qué razón él hace esta sumatoria de elementos?. Porque él planteaba lo siguiente: El socialismo, tal como él lo veía en su época, reforzaba mucho el concepto productivo, el concepto material, pero abandonaba el concepto verdadero y espiritual del hombre. Él decía si todos nos conformamos con que este sistema refuerce lo productivo, prácticamente caemos en una sociedad consumista, que estamos haciendo socialdemocracia, que estamos haciendo algo que paralelamente puede identificarse con un socialismo pero nunca estamos sentando las bases de una construcción nueva y de un nuevo sistema. Sólo a través de la continuación de lo espiritual con lo material, del desarrollo de la conciencia del individuo, es que se podrán sentar las bases para crear un nuevo sistema. Ésta fue la lucha constante que siguió el Che durante todos estos años, del 61 al 65, en que él entiende que, en primer lugar, que la Revolución Cubana ya estaba plenamente consolidada a partir de los principios socialistas que se habían desarrollado en la misma y, en segundo lugar, que había una necesidad real bajo el contexto histórico de la época de desarrollar la lucha tercermundista para cambiar el entorno de la realidad y forzar, como él dice, las bases de sustentación del imperialismo, en el «Mensaje a la Tricontinental», y hacer un proceso de subversión donde las masas que realmente, el Tercer Mundo, que es subdesarrollado pero que tiene condiciones reales para transformar y cambiar las estructuras mundiales, sentar las bases para esa lucha posterior.
Esto es lo que hace que el Che decida marcharse de Cuba en el año 65 y comienza ya un nuevo ciclo de su vida, que es la etapa internacionalista, dentro de lo que es la vida y la obra del Che Guevara. El internacionalismo del Che Guevara parte del 65, por no asumir todo lo anterior, primero en su presencia en África, que como ustedes conocen en el 65, en todo el año 65, él desarrolla una actividad militar en el Congo, que ya no es Zaire pero que fue hasta algún tiempo, ahora lo es otra vez, donde la fuerza revolucionaria africana pide colaboración a los dirigentes, sobre todo a Fidel Castro, para que con cuadros militares apoyaran esta lucha. Esa estancia de meses en África el Che la desarrolla pero, por supuesto, el movimiento africano no estaba lo suficientemente conformado, y este proceso inicial de revolución en el continente aborta, cuando el Che decide ya en noviembre del 65 retirarse del mismo. Y que está plasmado en un libro que aún es inédito, que se llama Los pasajes de la guerra del Congo, que pienso yo que próximamente puede editarse, y donde el Che escribe esta experiencia del Congo, incluso con ideas muy interesantes, porque no sólo analiza la realidad del país que le tocó convivir con ellos, sino también la realidad de África y cuánto se demoraría, según él, la consolidación de una lucha que devendría posteriormente en socialista. Y donde él consideraba que era en América Latina donde estaban las bases más seguras para desarrollar, posteriormente, la revolución socialista del Tercer Mundo.
Y es lo que hace que el Che, decida el Che, primero, pensar y replantear una idea que ya había estado estructurada ya desde tiempos muy lejanos, que es el proceso latinoamericano, y decidirse iniciar la lucha por un país concreto, que él decidió que fuera Bolivia. Que con respecto a esto hay bastantes especulaciones, porque si yo analizo la realidad latinoamericana de la época y las características de los movimientos revolucionarios en aquel momento, a mi modo de ver el país en el que pensó el Che en su momento determinado y por dónde iniciar la lucha no era precisamente Bolivia, sino era Perú. Porque en el año 63-64 había condiciones particulares para desarrollar una fuerte lucha revolucionaria. Este movimiento, obviamente, no lo continúa y el Che no participa, y no comienza su lucha en América Latina por Perú, porque fue un movimiento que abortó por diferentes circunstancias: parte de la dirección de la revolución muere en la lucha, otros son apresados y otros, por supuesto, continúan. Pero con la decisión irrevocable del Che Guevara de instrumentar una concepción de lucha continental y latinoamericana, pensando que nunca como antes había en América Latina condiciones particulares y objetivas reales para emprender la lucha, es lo que hace que su proyecto comienza en Bolivia. Pero no comienza en Bolivia como quizás se ha interpretado, que si se equivocó de lugar y que si las condiciones no estaban creadas, sino que Bolivia para el Che era una idea de base de asentamiento y de preparación previa para los diferentes países que conformarían posteriormente la lucha continental. Bueno, llegado el caso ya es conocida la historia de cómo se produce esta lucha y cómo además le falta un apoyo concreto y específico por parte de las fuerzas revolucionarias internas del país, que se comprometen a ayudarlos y que, sin embargo, no lo hacen, y esto explica parte de las circunstancias que se producen en Bolivia. Llega el año 67, el Che es asesinado y, bueno, hasta ahí se produce o se culmina una de las partes de lo que es el pensamiento y la acción del Che Guevara.
Bueno, ya han pasado casi 30 años, estamos en un momento en que llegamos a las puertas, y bueno, con una carga muy emotiva que tengo por haber participado durante este año y medio en lo que es la búsqueda, llegamos, propiamente, a la búsqueda de los restos del Che después de grandes interrogantes. Pero lo más importante, y la lección más grande que me parece que hay que sacar, es que, a pesar de que lo asesinaron, a pesar de todas las contradicciones y de las polémicas en que el Che tuvo que necesariamente adentrarse en ellas, lo más importante en el día de hoy no sólo es explicar la formación y el desarrollo de un dirigente que devendrá uno de los dirigentes más claros de América Latina, sino sobre la vigencia y la proyección tanto de su figura y de su obra en esta coherencia que lo caracterizó a lo largo de su vida. Podrán muchos estar de acuerdo o no en el método utilizado por el Che, podrán entender que se habrá equivocado o no en algunas cosas, podrán entender su marxismo más depurado o menos depurado, pero lo que sí está claro que esa forma tan coherente de entrega de vida y obra, ese anhelo por crear un mundo mejor, por transformar un mundo que está viciado y lleno de explotación, y que nos deja una fuerza, y que además nos da la posibilidad de pensar en un futuro mejor, éste es el verdadero ejemplo y el legado mayor que nos ha dejado el Che. Y creo que la presencia de todos ustedes, por supuesto, explica que el Che Guevara, aunque lo asesinaron en el 67, no sólo continúa vivo hoy sino que además continuará presente en la vida de todos nosotros. Muchas gracias.
Hay una pregunta que dice: ¿Podría explayarse sobre cómo se formó militarmente el Che?.
Bueno, lamentablemente no puedo explayarme con respecto a cómo se formó el Che militarmente. Yo no soy biógrafa de la vida del Che sino estudiosa, no quiero nunca pensar que soy biógrafa, porque realmente no es lo más importante desde mi punto de vista y mi inquietud. Sin embargo el Che, en los estudios que he hecho, aparte de todo el tesón que caracterizó su vida, es una persona que asombra constantemente, es uno de los rasgos que para mí son más peculiares de su personalidad. Y tesón es, justamente, lo que me parece a mí que hizo que el Che Guevara se convirtiera en todo lo que fue. Esto es uno de todos los rasgos de su personalidad. Tesón cuando desde niño trató siempre de vencer una enfermedad muy cruel que lo acompañó a lo largo de su vida, que fue el asma. Y esto le dio fuerzas y el impulso en determinadas actitudes para tratar de sobrellevar una enfermedad que es incurable, pero que no lo limitaba, y así lo marca a lo largo de su vida. Y creo que esto es un rasgo importante, aunque no creo, como han tratado de decir muchos, que muchas de las características del comportamiento del Che se deben a los rasgos de la enfermedad, pero me parece que es importante tenerlo en cuenta.
Desde el punto de vista militar, yo no conozco una etapa de formación como la que inició el Che en México, cuando los compañeros que se estaban preparando para la expedición del Granma junto con el Che, como miembro de la misma, empezaron ese entrenamiento en una finca de un lugar de México. Sabemos, porque tenemos las evaluaciones en Cuba, que desde aquella época el Che se distinguió como un excelente tirador que fue después a lo largo de su vida, pero también estaba realmente con toda esta disposición que él se autoimpuso de imponerse a la enfermedad, también se caracterizó por una fuerza física extraordinaria, comparada incluso con compañeros que no tenían ninguna enfermedad. Ya la capacidad militar del Che prácticamente es asombro para los propios cubanos cuando está en la Sierra Maestra, porque táctico y estratega se formó al calor de la lucha misma, y él en la Sierra Maestra, según yo tengo entendido, él comienza a estudiar algunos tratados militares, tratados militares clásicos como el de Clausewitz, por ejemplo, algunas teorías de la guerra de guerrillas, la de Mao Tse-tung, por ejemplo, sobre todo para reforzar los rasgos de lo que es la lucha en el campo. Pero, propiamente, escuela militar que yo conozca no la pasó, sino simplemente que toma atributos y cualidades que se refuerzan a través de los rasgos generales de su personalidad. Ya después del triunfo de la Revolución siguió entrenamientos de diferentes tipos como jefe militar, y en razón a lo excelente que era y como uno de los principales baluartes de la defensa de la Revolución en Cuba, y que posteriormente culmina toda esta etapa de preparación y formación cuando se decide emprender su siguiente (etapa).
Una pregunta para Latendorf: ¿Cuál cree usted que es la diferencia y las diferencias del Che con el marxismo-leninismo y con el llamado socialismo real?.
Bueno, yo creo que la compañera cubana explicó con mucha claridad, realmente yo la escuché con mucho agrado. No hay duda de la formación marxista del Che, y creo que tampoco existen dudas sobre cómo luchó para la formación de un socialismo en los países del Tercer Mundo, los países subdesarrollados, cómo lo vinculó con su idea del hombre nuevo. Creo que también fue muy claro el Che en cómo veía el desarrollo de los distintos países del llamado socialismo real, es decir, los países vinculados con la Unión Soviética en Europa.
Yo quisiera contarles una brevísima experiencia personal al respecto. Como ustedes saben, creo que fue mencionado acá la clase pasada, yo fui delegado a la Tricontinental de La Habana. La Tricontinental de La Habana se realizó en 1966, y en esa oportunidad tuve larguísimas conversaciones con John William Cooke, lo que puede también responder alguna pregunta que anda por ahí, que no sé si es para mí o para la compañera cubana, en la interpretación que tenía o que intentaba tener el Che sobre la situación argentina. Pero en aquel entonces para viajar a Cuba había que recorrer el mundo, es decir, se iba de Buenos Aires a París, de París a Praga y de Praga se iba cruzando el mundo por Irlanda del Norte, Groenlandia, Canadá, y después uno caía en paracaídas en La Habana, era algo más o menos así. Y la vuelta era más o menos similar. Después de haber tenido la experiencia refrescante de aquella reunión multitudinaria de los mejores líderes revolucionarios del mundo, conocer Praga y la situación que vivía Checoslovaquia en ese momento para mí fue un impacto muy grande. Y me pareció muy difícil el desarrollo del socialismo en un país volcado al consumismo, volcado a los peores defectos del capitalismo. Era una de las más bellas ciudades del mundo, sin dudas, y de alguna manera cuando en 1966 veía todavía por las calles de Praga circular mujeres con atuendos del más fino estilo occidental, pensé que ese socialismo no iba a durar demasiado. Efectivamente, después del 66 vino la Primavera de Praga, y muchos años después se deshizo la Unión Soviética y los países del mal denominado socialismo o, para mi juicio, mal denominado socialismo real. Es decir que el Che, que conoció primero al mundo subdesarrollado y después a los países del socialismo real, creo que tenía bastante claro la influencia de la burocracia, la falta de decisión de las masas en los asuntos del estado, y eso no significó, de ninguna manera, como parecería ser que hubiera acá en la pregunta, diferencias del Che con el marxismo-leninismo. En todo caso eran interpretaciones marxistas de la realidad de los países del Tercer Mundo.
Bueno, con respecto a los papelitos les voy a pedir que paren, porque acá tengo una montaña de papeles y no sé muy bien qué hacer. Tengo dos preguntas. La primera parte de una pregunta que dice: ¿Qué contactos tuvo el Che con la Argentina?, ¿con quién se relacionó, si lo hizo?. Y ¿Qué lugar ocupó la Argentina en la acción revolucionaria del Che?; ¿El Che pensó en la Argentina como un país preparado para un proceso revolucionario?. En la primera pregunta que mencioné hay otra que tiene que ver con la relación con la Unión Soviética, pero ésa la vamos a juntar con otra que me parece que hace referencia a lo mismo. Entonces, para los dos panelistas, la relación del Che con la Argentina.
Bueno, me imagino yo que en Argentina se relacionó con argentinos… No, era una broma. En realidad hay una página que todavía a mí me queda mucho por estudiar, y no sé si el compañero me podrá ayudar, que es el Che y la relación con los argentinos estando en Cuba. Es bien conocida la relación que mantuvo con William Cooke, y estrecha. Y es interesante porque cuando el Che se marcha de acá, de Argentina, en el año 53, es un joven que, aunque no tuvo una presencia militante ni se destacó como líder, sin embargo tenía una postura antiperonista, y así lo mantuvo a lo largo de mucho tiempo, y que sólo reflexionó en el papel del peronismo ya estando en Cuba, cuando conoce a figuras peronistas que tienen una postura y una óptica diferente. Y uno de los elementos que él utiliza para explicar esto es precisamente a partir del contacto de la figura de William Cooke y de otros dirigentes peronistas. Hay una cita muy pequeña, que yo estoy tratando de recordar, en una de las entrevistas que él hace, donde él no descarta los valores del peronismo ni mucho menos, pero dice que ya sobre, creo, en el año 63 ó 64, cuando dice yo critiqué siempre el peronismo, sin embargo me parece importante tener en cuenta, y esto lo está diciendo ya el Che como dirigente de la Revolución Cubana y como un marxista, dice es importante tener en cuenta el proceso de masas que desarrolló el peronismo, a pesar del peronismo mismo, que creo que más o menos ésta fue la expresión que desarrolló. Pero volviendo a William Cooke, y quizás a otros dirigentes peronistas, es interesante porque es William Cooke, y no soy muy estudiosa, creo que ésta es una de las lagunas que tengo y que quiero desarrollar, me parece importante tener en cuenta una cosa, que es un adelanto en cuanto a la concepción y conciencia política y un poco una fusión por entender que el peronismo no podía sólo quedarse en un nivel ideológico con una concepción simple, sino tratar de reformular y reforzar los conceptos del peronismo con algunos conceptos marxistas. Y esto es un intento, y aunque no acabado, pienso yo, que William Cooke y un grupo de peronistas trató de hacer, teniendo en cuenta y poniendo claro también el papel de la lucha de masas en la lucha revolucionaria.
También en Cuba mantuvo contacto con miembros del Partido Comunista argentino y de otras organizaciones que llegaban a Cuba, porque yo creo, y esto me parece imprescindible señalarlo aquí, no sólo para la relación del Che con los argentinos sino la relación del Che con todos los revolucionarios es, sin duda alguna, a la hora de valorar o apreciar a un revolucionario, si tenía un desarrollo y una formación marxista, por supuesto era mejor, pero en la concepción del Che no existía una concepción de exclusión, porque él partía del criterio del ejemplo que le transmitió la Revolución Cubana. Eso que yo les decía anteriormente: en Cuba ni todos los revolucionarios eran marxistas cuando, no sólo triunfa sino cuando se deciden a luchar, sino que él entendía que el propio proceso de la lucha hacía que el individuo se concientizara y llegara, a lo mejor, a un nivel en su conciencia diferente al inicio del planteamiento de la lucha revolucionaria.Y eso era para el Che imprescindible. Él decía la propia marcha de la lucha ayudará a que los compañeros adquieran conciencia revolucionaria y se elevara cada vez más el nivel hasta llegar algunos a ser marxistas, otros a llegar a ser seudomarxistas, o medio marxistas, y otros que evidentemente no llegarán y abandonarán la lucha. Pero en el proceso de decantación, el concepto que tenía el Che no es de exclusión sino de unidad revolucionaria. Y aquí perdónenme, no por aras de ser chauvinista ni por pensar que la Revolución Cubana es un ejemplo a seguir en todo, pero sí creo que uno de los elementos más claros que nos ha dejado la Revolución Cubana como ejemplo de revolución, y aquí están la directrices del pensamiento y las líneas de acción de Fidel, es desarrollar el principio de la unidad revolucionaria como un elemento clave para unir no sólo al pueblo sino también a los grupos fundamentales y más combativos. Esto es simplemente…
Alexis.
Quiero referirme a la contestación acá de la compañera, interesante contestación de la compañera cubana. Primero, recuerdo en este momento la carta del Che Guevara a su madre, después de la caída de Perón, en donde le dice con pena que el resto de América Latina era como un grupo de ovejas blancas, y que había caído la única oveja negra, al referirse a la caída de Perón. En cuanto a… si bien yo comparto la opinión de la compañera, yo les sugeriría a ustedes que cuando hable Envar El Kadri, que habla en la clase número 11, el sábado 1º de noviembre, le hagan esta misma pregunta. Él es un dirigente peronista revolucionario, no sé si lo conocerán, y su opinión es diferente. Él tiene todo un… acaba de viajar a Bolivia y estará haciendo un documental sobre el primer viaje del Che, que quizá la compañera conozca, pero él opina diferente. Él da una interpretación de la posición del Che con respecto al peronismo como, de alguna manera, simpatía al movimiento peronista desde sus orígenes.
Acá hay una pregunta para la compañera cubana. Dice: Explicar la relación existente entre la concepción del Che y la del PC soviético ruso. Explicar el papel o tipo de relación que mantuvo el Che con el PC boliviano. Y hay una pregunta que se conecta, que dice: ¿No temía el Che en su lucha contra el imperialismo norteamericano se cayera en un imperialismo soviético? ¿Cuál es su opinión sobre la Unión Soviética?.
Hay varias preguntas con respecto al tema del Che-el marxismo, el Partido Comunista de la Unión Soviética, y algunas otras más, pero voy a tratar de englobarlas. Si me falta, vuelven a preguntar. Y para ello creo que lo más importante es responderles por el Che mismo. Les voy a leer, precisamente de él, algunas observaciones que pronunció el Che estando en el ministerio de Industrias, y que no son muy conocidas porque realmente no se han publicado ampliamente, son textos de circulación limitada, y que tienen que ver con la preocupación ésta que yo les explicaba de lo que el Che revisó del 61 al 65, en cuanto a las críticas propias al socialismo real, y dónde estaba su verdadera falla. Creo que las propias explicaciones que él da nos pueden dar la respuesta a todo un sinnúmero de preguntas que tocan este tema, después más o menos trataremos de cerrar. Ésta que les voy a leer, expresada por el Che en el año 64, y justo porque aquí también me preguntan en otras qué pasó con el leninismo del Che Guevara, y creo que lo voy a englobar a partir de esta lectura que voy a hacer. Y dice el Che lo siguiente, en una reunión bimestral del ministerio de Industrias: Lo único que existe en estos momentos, a mi modo de ver, es la indicación de algunas aclaraciones que se producen, y yo creo que se producen porque la teoría está fallando. Y está fallando la teoría porque se olvidan que existió Marx y toda una época anterior, y se basan nada más que en Lenin, y en una parte de Lenin, se toma una última época y entonces se han tomado como verdades cosas que teóricamente no son verdades y que fueron impuestas por la práctica, pero que habrá que analizar esa práctica y estudiar además la economía política del período de transición, que es un período nuevo. De todo esto se dan una serie de aberraciones en Yugoslavia, en Checoslovaquia, como planteó el compañero, en una serie de países, tenemos una serie de países que van cambiando el rumbo hacia una democracia popular, reforzar el mercado y empezar la ley del valor, reforzar el estímulo material. Todo esto está sucediendo por fallas de principios que no son suficientemente analizados. Así pensaba el Che, y así se agarró la fama de polemista e incluso, para algunos, de revisionista, como él expresa en el diario de Bolivia cuando una acusación de un diario húngaro y checo lo acusaban de ser un aventurero, de que era además un anarquista. Aquí establece, en esta lectura hay uno de los rasgos que yo señalaba anteriormente, que es la lectura real y conciente que hace el Che en un momento de reflexión de que si no se abandonaban estas posturas el sistema socialista no iba realmente a culminar su etapa de desarrollo. Lo importante de aquí es que aunque estemos de acuerdo con esta cita es que la vigencia que tiene esto ha corroborado, después de más de 20 años, más de 30 años de ser escrita, que el Che tuvo una claridad mental suficiente, a partir de su propia concepción teórica, de interpretar, lamentablemente, porque creo que no se imaginó lo que iba a ocurrir en la práctica años posteriores.
E incluso nosotros tenemos en el archivo determinados materiales, todavía inéditos, donde hace críticas más profundas a través de que él pensaba y quería realizar una especie de manuales de economía política y de filosofía con lo propio de la realidad del Tercer Mundo, que sean marxistas pero que tocaran los problemas de la realidad tercermundista a través de otro enfoque de la teoría marxista-leninista. Todo esto, por supuesto, él lo dejó inconcluso por la urgencia de la lucha revolucionaria, porque entendió en su época y en su momento era tan importante tomar las armas que dedicarse a esto, cuando con el ejemplo práctico podía concientizar aún más todo este proceso. Pero, sin duda, en el Che estaba presente ya no una crítica sólo, y esto creo que me parece importante también tenerlo en cuenta, porque se estuvo hablando de críticas acerca de la Unión Soviética o de los países socialistas, con esto que les leo creo que hay una trascendencia mayor que es la lección que tenemos que asumir todos. No se trata sólo ya con la experiencia actual y, lamentablemente, con lo que ha pasado en los países socialistas de la Unión Soviética, a analizar los problemas que se generaron internamente, sino que además la proyección que tiene el Che en lanzar una idea mayor de una crítica a una concepción global del socialismo. Por qué fue mal y qué problema de independencia relativa tenía ese socialismo que existió y que, lamentablemente, culminó con su desaparición en la actualidad. Podemos estar aquí hablando ejemplos de Checoslovaquia, de Polonia, pero, lamentablemente, no es éste el problema de un ejemplo particular y concreto, sino la concepción general como mal necesario o no necesario, perdón, que tenía el socialismo que existía y que abortó lo mejor de la concepción del socialismo. Eso es lo fundamental a la hora de analizar esto. Sin duda que hay y hubo discrepancias a la hora de establecer discusiones internas con el Partido Comunista soviético, yo no las conozco en detalle porque, por supuesto, yo soy investigadora, no una funcionaria del partido, pero sin duda que existieron. Y existieron, sobre todo, partiendo de esta base, porque el Che fue un crítico muy agudo, de que los elementos claves, como son la instrumentación de los estímulos materiales que nada tenían que ver con el socialismo, toda una serie de aberraciones, como él llama, y que anunció que era un contraste con lo que verdaderamente podía ser el socialismo.
Pero no sólo, y aquí está el mérito del Che Guevara, sino que no sólo criticó desde la postura de un cubano hacia afuera sino también que criticó lo que estaba ocurriendo en Cuba en un momento determinado. Y les leo lo siguiente, ya de modo general, cuando él plantea: El socialismo económico sin la moral comunista no me interesa. Ésta es una entrevista que le hacen en Argel en el año 63. Marx se preocupaba tanto de los hechos económicos como de su traducción en la mente. Él llamaba a esto un hecho de conciencia. Si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de distribución pero deja de ser una moral revolucionaria. Y cuando se refiere a Cuba dice lo siguiente, vamos a ver si lo encuentro, dice, esto fue en un discurso del año 61, dice lo siguiente: Nosotros copiamos experiencias de países hermanos, no sé si ustedes saben que hubo un proceso contra el sectarismo y después contra la microfacción de comunistas del antiguo Partido Socialista, que tenían una postura muy dogmática, y que incluso hubo un enfrentamiento entre el grupo del Movimiento 26 de Julio y el Partido Socialista Popular, que hizo que se produjera una etapa contra el sectarismo en Cuba, primero en el año 61, y posteriormente de la microfacción en el año 67. Y esto hace que el Che afirme lo siguiente: Nosotros copiamos mecánicamente experiencias de países hermanos y eso constituyó un error, no muy grave, no de los más graves, pero de un error que frenó el desarrollo espontáneo, el desarrollo libre de nuestras fuerzas. A nosotros nos ha fallado un poco la práctica, los conceptos son un poco teóricos, falta el punto del conocimiento real del problema, no sólo es como dicen los libros, los libros no pueden representar la realidad de Cuba, muchos son escritos para otros medios o como sistema general de dar conocimiento. Cuba tiene sus peculiaridades que son cubanas, debemos aprender también a investigar estas modalidades de Cuba, algunas dadas por el espíritu nacional o por las condiciones específicas en que se ha desarrollado nuestra Revolución. Esto es importantísimo tenerlo en cuenta porque aquí no sólo está la percepción de lo que necesita hacer Cuba para alcanzar un verdadero socialismo, sino por la amplitud de miras que expresa el Che en esta cita, que no se trata de que tengamos que copiar al calco el ejemplo de la Revolución Cubana. El ejemplo de la Revolución Cubana puede ser un paradigma, y sin duda lo es, que lo fue y lo seguirá siendo, pero cada país tiene que buscar sus propias raíces, sus propios elementos autóctonos del pasado y en los principios fundamentales del marxismo-leninismo, y desarrollar por sus propias fuerzas la revolución que a cada país le compete desarrollar. Éste es el ejemplo real que nos dejó el Che, ésta es la materia esencial con la que debemos actuar y seguir juntos. Muchas gracias.
Tengo otra pregunta para la profesora cubana que dice: ¿Cómo concibe al Che, como un hombre de acción o de pensamiento? ¿Qué caracterizó al Che en su vida familiar, como padre y esposo?.
Bueno, si nos atenemos a lo que yo he explicado el Che tiene una combinación entre hombre de acción y teórico. Si lo juzgamos ya desde un punto conceptual de una elaboración más acabada, por supuesto ni es un filósofo acabado, ni es un economista acabado, ni es un político acabado, ni es un sociólogo acabado. Pero el mérito que tiene que supo integrar en su pensamiento todos estos lineamientos y pudo hacer algo que sin dudas está puesto a prueba, que es un sistema integral de pensamiento, que yo recomiendo a todos que se lean «El hombre y el socialismo en Cuba», que es una especie de testamento dado para todos los que quieren penetrar en el pensamiento, y lo tomó, a mi modo de ver, como una incitación y una provocación. Piensen que lo escribe en marzo del 65, ya vísperas de retirarse, de marcharse a la luchas internacionalistas por el Congo, y se lo da a un director de una revista uruguaya, la revista Marcha, para dejar de una vez por todas sintetizado su pensamiento.
Es por eso que yo pienso que aunque no tenemos por qué exigirle al Che que es un gran filósofo, un gran economista o un gran… cualquier de los tipos que existen en las ciencias sociales, sin embargo creo que tuvo el mérito histórico de combinar dentro de su actuar revolucionario la teoría lo suficientemente amplia para que lo hiciera no sólo un hombre de acción sino también un hombre con una integración de una formación teórica suficiente para realizar lo que propuso.
Como hombre de familia, en realidad si alguien amó a los niños se llamó Ernesto Che Guevara. Pero no sólo por su familia propia sino que incluso cada vez que salía al exterior siempre hay una foto del Che Guevara retratado con los niños. Amó mucho a los niños. Y si ése era su sentir, ya como hombre en general, a su familia la tuvo en el mismo plano, lo que por supuesto, como él mismo señala, a los revolucionarios muchas veces nuestros hijos sean más cercanos de los que los cuidan y le dicen padre y sin embargo a nosotros, en ese afán de desarrollar la revolución, quizás nos perdemos un acercamiento más directo. Pero que, sin duda, ese lamento por no sentirse totalmente padre por las urgencias de la revolución lo lleva a él, en los momentos pocos que tuvo, a tener un acercamiento muy estrecho y a dejar un mínimo de recuerdos a todos sus hijos. Aquí les voy a contar una anécdota que me parece que ilustra esto que me están preguntando. El Che Guevara antes de marcharse al Congo, sus niños cubanos, porque ya la hija que tuvo con la compañera peruana era más grande, sus niños cubanos eran muy pequeños. Y antes de marcharse tuvo el cuidado de grabar en un… por supuesto no existían todavía los casetes, sino en cinta de grabación, cuentos de su voz para que, cuando los niños crecieran un poquito más, la mamá se los pusiera y pudieran recordar su voz y cómo era su papá. Creo que esto distingue las cualidades humanas no sólo generales del Che Guevara sino también en su familia, como esposo o como padre.
Tengo tres preguntas que hacen un poco a la historia. Una de ellas dice: ¿Cómo se meritúa en Cuba, y sin desmedro de la figura del comandante Guevara, que habiendo coexistido en épocas de la Revolución Cubana movimientos populares que plantearon la lucha urbana se optara por insertar la expansión en la selva y a través del campesinado?. Otra: ¿Cómo era la estructura existente en el Movimiento que formaba junto a Fidel, Raúl, Camilo, Movimiento 26 de Julio?. Tercera: ¿Por qué no llevó ni Fidel ni el Che la revolución del 26 de julio a Guatemala cuando ésta era grande como revolucionaria para de ahí crecer?.
Bueno, acá no entiendo muy bien dice por qué no llevó ni Fidel ni el Che la revolución del 26 de julio a Guatemala cuando ésta era grande como revolucionaria para de ahí crecer, pero la Revolución Guatemalteca es anterior a la Revolución Cubana. En todo caso, estarían diciendo que hubiera convenido que hicieran la revolución en Guatemala para después hacerla en Cuba. Realmente tuvieron una relación, tanto Fidel como el Che, importante con Guatemala. Hasta hace pocos meses vivía en La Habana, si no me equivoco, el que fue el último ministro de relaciones exteriores de Guatemala, es decir siempre han tenido una actitud de gran comprensión de la revolución. Pero no entiendo cómo puede pretenderse que alguien intente una revolución previa en Guatemala cuando la Revolución Cubana está protagonizada por miles de cubanos, aparte del Che Guevara. Lo único que quisiera recordar sobre Guatemala, y que probablemente sea algo a lo cual haga referencia Envar El Kadri cuando hable, es que el gobierno peronista no siguió la política norteamericana con respecto a Guatemala. Ustedes saben que la Revolución Guatemalteca fue ahogada.
Cómo era la estructura existente en el Movimiento… yo siempre pensé que la materia caligrafía tendría que anularse en las escuelas secundarias, pero hoy dudo de esa posición que he tenido… que formaba junto a Fidel, Raúl, Camilo, Movimiento 26 de Julio. El 26 de Julio fue tomando fuerza, tenía una estructura en la sierra, en el campesinado, y otra estructura urbana. Creo que el Directorio Revolucionario fue perdiendo fuerza y parte de sus militantes, sus cuadros, sobre todo a partir del asesinato de muchos de sus dirigentes, pasaron a integrar el 26 de Julio. Por supuesto, existía además el Partido Socialista Popular, es decir el Partido Comunista de Cuba, con el cual sobre todo el Directorio Revolucionario había tenido fuertes diferencias. Yo no conozco… conozco sí la organización del 26 de Julio en el exilio, porque por razones muy personales me tocó estar en contacto con el 26 de Julio exiliado en la Argentina, específicamente en la ciudad de Buenos Aires, y conocer un poco, mediante papeles, la orden que da Fidel Castro, a todos los exiliados, de retorno inmediato a Cuba, a pocos días después del triunfo el 1º de enero del 59.
¿Vos querías decir algo sobre Guatemala?
Sí, yo estaba buscando porque quería leerles algunas citas que no se conocen mucho, de algunas declaraciones que hizo el Che con respecto al proyecto de Guatemala, y que las mencioné algo, pero con la pregunta que hicieron expresa se refiere a qué se hizo en ese proceso respecto a la Revolución Guatemalteca. El Che escribió en alguna carta y en su propio diario algunas cosas que me parecen importantes tener en cuenta como que estuvo interesado al respecto. Escribe lo siguiente: En Guatemala me perfeccionaré y lograré lo que me falta para ser un revolucionario auténtico. Es decir, con ese concepto él parte para Guatemala. Después cuando está en México, ya con la experiencia de lo que ocurrió en Guatemala, hace consideraciones, por ejemplo, del Partido Guatemalteco del Trabajo, que era el Partido Comunista, y dice, para ese entonces decide ya que su posición no es de ninguna manera la de un diletanti hablador sino que ha tomado partido decididamente junto al gobierno de Guatemala y, dentro de él, en el grupo del PGT que es además comunista. Incluso posteriormente afirma: Creo que los comunistas mantuvieron digna su actitud y que tarde o temprano estaré en el Partido. Es la primera cita que yo he encontrado, que ha escrito, donde él se define que en un momento determinado de su vida tendrá una pertenencia a un partido comunista. Y aquí aclaro, con muchas especulaciones que se han dado, que el Che oficialmente milita por primera vez en un partido comunista cuando llega a Cuba y se hace dirigente de la Revolución Cubana. Ahora, la apreciación que dio el Che en cuanto a lo que ocurrió en Bolivia, y que tiene que ver con la pregunta que hicieron, me parece muy importante tenerla en cuenta porque esto es lo que da contraste verdaderamente con lo que ocurrió en Bolivia. Y el Che señala lo siguiente: (…) Al producirse el derrocamiento del gobierno guatemalteco reflexiona profundamente y llega a la conclusión que la traición sigue siendo patrimonio del ejército, y una vez más se juega el aforismo que indica la aniquilación del ejército como el verdadero principio de la democracia. Y señala lo siguiente: Arbenz, que era el presidente guatemalteco, no pensó, fíjense bien, que un pueblo en armas es un poder invencible, y al no entregarle las armas al pueblo la revolución fue derrotada. Esto lo expresa el Che Guevara en el año 55, cuando sale… 54-55, en los escritos que hace posteriormente estando en México, de la valoración de la Revolución Guatemalteca. Ya a partir de aquí él entiende que la Revolución perdió toda su fuerza, que (se) generó un proceso que, prácticamente, era irreversible por la manera en que las fuerzas opositoras y el imperialismo cargó todo su ensañamiento dentro de la pequeña población de Guatemala y la asfixió desde el punto de vista militar, para que nunca más pudieran realmente ampliar su lucha, hasta que después con la influencia de la Revolución Cubana en la década del 60 es que proliferan los grupos de combatientes revolucionarios. Eso fue lo que en su momento expresó el Che.
Ahora, hay una serie de preguntas aquí, vamos a ver un poco el tiempo porque si no nos morimos… Yo voy a tratar de hacer… a unificar algunas de las preguntas con respecto a la lucha armada del Che y… Vamos a terminar de responder primero las preguntas. Aquí hay una pregunta que dice cómo se meritúa en Cuba, y sin desmedro de la figura del comandante Guevara, que habiendo coexistido en épocas de la Revolución Cubana movimientos populares que plantearon la lucha urbana se optara por insertar la expansión en la selva y a través del campesinado. Y aquí otra que tiene que ver con el Che y Guatemala, toda una serie de preguntas que se han ido diciendo aquí. Yo en aras de ganar tiempo, porque además me estoy metiendo en temas de la Cátedra que serán abordados posteriormente, pero quería tocar algunas cosas imprescindibles, porque me parece que nos estamos complicando mucho, no fui muy explícita en este tema y toqué sólo Bolivia de manera pasajera. Hay que pensar lo siguiente: En el «Mensaje a la Tricontinental» el Che es muy claro de que era un momento imprescindible en la realidad continental, e incluso del mundo, la urgencia de la lucha revolucionaria, recuerden el uno, dos, tres, muchos Vietnam, porque además no sólo existía la fuerza revolucionaria suficiente en América Latina, según entiende el Che, sino que había una situación muy peculiar en el mundo, y que era necesario, como él bien lo dice en el «Mensaje a la Tricontinental», socavar las bases de sustentación del imperialismo norteamericano. Por supuesto que ahí hay posibles lineamientos que han sido analizados, porque hay múltiples trabajos sobre el Che Guevara de cómo establecer la lucha revolucionaria. Ahora, muchos piensan que el Che excluía la lucha urbana y priorizaba la lucha en la selva. Hay que tener en cuenta lo siguiente: Hay una experiencia directa y práctica, que es la Revolución Cubana, que formó parte de la experiencia directa revolucionaria del Che Guevara y que le sirvió de patrón, pero no quiere decir que dentro del concepto de la lucha revolucionaria del Che Guevara estuviera excluida la lucha urbana. Porque si alguien sabía la importancia de la lucha urbana era el Che Guevara, porque en Cuba la lucha urbana no estuvo excluida, con independencia que se le podría o no haber dado prioridad a la lucha que dieran en el campo. Y eso en el Che Guevara estaba claro. Lo que pasa que había una necesidad de crear una base, un fortalecimiento militar, y justamente Bolivia lo que significaba era esto, era un campamento de formación, de asentamiento de revolucionarios a escala continental, para que cada uno en su país, a través de un grupo realmente formado, pudiera establecer la lucha armada y revolucionaria de las características y necesidades acordes con las peculiaridades de cada país. Se truncó la lucha, no pudo ser así, conocemos bien la historia, no quiero repetirlo porque me parece innecesario. Pero la dinámica y la dialéctica revolucionaria la tienen que entender de esta manera, e incluso se puede aceptar que el Che puede haber teorizado la lucha en la guerrilla y el campo en detrimento de la lucha urbana, pero también hay que analizar un contexto y un momento determinado de la lucha. Y podríamos también plantearlo, porque creo que la Revolución Nicaragüense, en su momento, que desarrolló en un modo inteligente, lamentablemente lo que ocurrió después, la lucha urbana, fue un ejemplo claro de que es válida la lucha urbana. Pero en el Che no hay una exclusión, lo que se trata es un problema de prioridades, dada la experiencia revolucionaria que tiene y dado el contexto histórico del momento en que lucha, que no quiere decir exclusión sino criterios de una urgencia y de una prioridad. Eso es…
Bueno, hay una pregunta que se la vamos a dar a Latendorf porque me parece que tiene que ver con la Argentina, creo que es el más indicado para contestar. Dice: En este nuevo orden y en particular en Argentina, ¿cómo se logra a partir de la figura del Che, su pensamiento político y filosófico, homogeneizar una alternativa única con vocación real de poder, antiimperialista, con visión de construcción del socialismo, cuando hay falta voluntad de integración de un proyecto único?.
Bueno, yo soy partidario de la refundación del socialismo en la república Argentina. Ustedes saben que el Partido Socialista fue fundado en 1896, el año anterior ya existía un centro socialista en Barracas, es decir fue el primer Partido Socialista de América Latina. Y también el primero en América Latina donde el Partido Comunista se forma como escisión del Partido Socialista. Yo milité muchos años en el socialismo, me echaron por una concepción marxista dentro de él, para abandonarlo ya también hace muchos años. Pero en este momento estamos trabajando en un proyecto que significaría la refundación del socialismo, con la unión de montones de grupos dispersos. Por supuesto, están fuera de este proyecto por ineficacias ideológicas, entre otras cosas, el denominado… la denominada Unidad Socialista o el denominado socialismo popular, en donde militan Polino, Bravo, Estévez Boero, La Porta, que están en el FrePaSo. En consecuencia, la idea mía es, sin perder las individualidades de los distintos partidos existentes, movimientos o grupos, integrar un movimiento, refundado, a partir de una interpretación de la realidad argentina, una firme posición antiimperialista, y de la recuperación, no es el momento de conversar sobre el tema, hay una revista en la cual yo colaboro que les repartí algunos ejemplares por ahí, siempre a partir, también, de rescatar nuestra identidad nacional y los grandes temas que hicieron grandes, también, ideológicamente a la Argentina.
El tema antiimperialista es un tema que estaba prendido en el país. Recuerden ustedes la negativa de Hipólito Yrigoyen, por ejemplo, a saludar a las tropas cuando estaban en Santo Domingo, y toda una actitud que llevó a la esperanza sobre el futuro argentino, desde José Martí, que fue un amigo de nuestro país, a Rubén Darío, que lo exaltó como alternativa del imperialismo.
Es decir, habría que… la segunda parte de la pregunta, que la perdí, hacer referencia a la falta de vocación de la izquierda por la unidad. Ustedes saben que para un izquierdista, generalmente, no hay nada peor que otro izquierdista. Ése sería el primer tema a soslayar para esta imprescindible unidad de las izquierdas. Pero parto de la necesidad de la refundación del socialismo, integrando a todos los grupos y todos los partidos marxistas con vocación de engrandecer, con vocación de poder, también. Nada más.
Hay algunas preguntas que hacen a la realidad de Cuba actualmente. Una de ellas dice: A la muerte del Che, ¿qué hizo Fidel para mantener la Revolución?. La otra dice… habla sobre cómo se aplica y cómo se estudia el marxismo en Cuba actualmente. Y la tercera habla con respecto de la ley Helms-Burton en el país.
Bueno, un día más podemos estar. Pequeños temas. Yo voy a unir el marxismo de Cuba, qué hizo Fidel para expandir la Revolución, otra pregunta que me hacen qué significa para la juventud cubana el legado de la figura del Che, voy a ver cómo combinamos para dar una respuesta, el estudio del marxismo.
Para la juventud cubana, yo voy a recordar una frase que leí ayer, que me parece importante, porque también ayer estuve conversando en la Cátedra de la UBA, me parece importante que se tenga en cuenta porque creo que eso en Cuba no se ha perdido, con respecto a los jóvenes. Un día el Che tuvo una conversación con jóvenes comunistas de mi país y les expresó lo siguiente: que siguieran siendo esencialmente humanos, sentirse angustiados cuando se asesina a un hombre y sentirse entusiasmados cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad. Yo considero, hoy por hoy, que la juventud de mi país, y todas las generaciones que hemos participado del desarrollo de la Revolución, ése es el espíritu que nos ha caracterizado, pero no sólo desde un punto de vista teórico, y simple, creo que la lealtad de sus principios está presente e inclusive en algo que no se ha hablado mucho, que es el principio internacionalista de la Revolución Cubana. No sólo para emprender las armas, como es el caso de Angola, que fueron miles y miles de hombres, sino para una misión internacionalista de médicos, de maestros. En todos los países tercermundistas están las huellas de estos jóvenes cubanos que bajo el amor y la formación en la Revolución Cubana han dado lo mejor de sí para dejar las huellas enteras de lo que es una verdadera revolución en el mundo. Creo que nos sentimos muy orgullosos, no sólo de lo que es la generación que precedió a la que existe ahora, desarrolló con la Revolución Cubana, sino estos jóvenes que emprenden en cualquier lugar (…) una postura netamente revolucionaria. Y esta postura netamente revolucionaria es índice de que en Cuba, como bien dijo Fidel en un momento determinado, ni se van a bajar las banderas del marxismo, ni se van a romper los bustos de Marx, ni se van a romper los bustos de Lenin, pero no como una entelequia, sino porque además el marxismo forma parte de la formación filosófica de todos los jóvenes y de todos los niveles de la educación cubana. Ni hemos abandonado a Marx, ni hemos abandonado a Lenin, ni vamos a abandonar la Revolución, ni mucho menos vamos a abandonar ni a Fidel ni al Che. Y éste es el ejemplo que queremos dar siempre, porque estamos convencidos que es el camino necesario en Cuba.
Por último quisiera ver… y juro que va a ser mi última respuesta, porque me dicen podría usted explicar los efectos de la ley Helms-Burton en Cuba. Esto es un tema de toda una noche, y de muchos días. Yo creo que el profesor me ayuda a dar la respuesta, y yo voy a ser bastante breve porque él recorrió todos los antecedentes de la historia de Cuba, de lo que significó la idea del anexionismo desde que antes que nosotros lográramos la independencia, que está bien ejemplificado en lo que él leyó. Independencia que fue cercenada, porque cuando nosotros iniciamos las luchas patrias y ya concluimos la segunda fase de las luchas independentistas nuestras a las puertas del siglo XX, ya nosotros teníamos ganada plenamente la guerra de independencia, y sin embargo, por la intromisión norteamericana de una invasión que nadie le pidió, nos cercenaron la primera independencia y la primera libertad. Es por eso que incluso, y yo remarco esto de un modo muy importante, que el espíritu antiimperialista en Cuba no es por las mañas ni el odio que tiene Fidel Castro concentrado contra el imperialismo, como muchos han querido ver. La concepción antiimperialista del pueblo cubano está presente desde los orígenes mismos de la formación de nuestra república, porque nos quisieron, y nos cercenaron nuestra libertad y nuestra independencia desde el mismo momento en que surgimos como nación y como república. No fuimos independientes hasta que no triunfó la Revolución Cubana en el año 59, y el odio imperialista, a través de la Enmienda Platt que señaló el profesor, donde además se daban el lujo de decir que iban a intervenir en Cuba cada vez que quisieran y que entendían necesario. Ésa fue Cuba antes del 59. Por lo tanto, lo que ocurre con la ley Helms-Burton es un intento de reforzar y de endurecer una idea muy lejana en la historia de Cuba, que después del desarrollo de la revolución socialista y de la ruptura del gobierno norteamericano con Cuba, porque Cuba se excedía a todo lo que ellos entendían que debían ser los gobiernos de América, se produce no la ley Helms-Burton, que es el último engendro, primero el bloqueo, después todo el ensañamiento militar y contrarrevolucionario para derrotar de una vez por todas la Revolución Cubana. El significado de la ley Helms-Burton es la última expresión para asfixiar la soberanía y la independencia de un pueblo que lucha cada vez más por encontrar un camino propio, y ser un ejemplo a sí mismo, y conformar una verdadera nación verdaderamente libre y soberana. Ése es el ejemplo de Cuba y eso es lo que la ley Helms-Burton trata de cercenar. ¿Por qué?. Por una sencilla razón. Cuando a mí me preguntan qué es el bloqueo, por qué ese ensañamiento de un país tan grande contra Cuba, yo sólo me limito a decir lo siguiente: porque somos un mal ejemplo. Somos un mal ejemplo porque ese pequeño país, que es una islita de 11 millones de habitantes, ha sido capaz, por encima de los índices de grandes países latinoamericanos e incluso del primer mundo, de desarrollar una educación que es ejemplo, de una salud que es ejemplo, de justicia social que es un ejemplo, y de elevar cada vez más la dignidad y soberanía de un pueblo, sólo en una revolución verdadera es que se conquista esto. Ese mal ejemplo de Cuba es el que molesta y molestará a los Estados Unidos, y por eso los ataques que nos seguirán lanzando.
Nos vamos a juntar la próxima semana para discutir el Che, «Teoría y lucha contra el imperialismo», y van a estar presentes Gabriel Fernández, Luis Bilbao y Claudia Korol. Los esperamos a todos ustedes.
Bibliografía
Revolución Cubana
1- Abel Alexis Latendorf. Cuba. Las vísperas. Buenos Aires, 1997.
2- Ernesto Che Guevara. Escritos y Discursos. 2. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985. Prólogo (pp. 1-2). «Una reunión decisiva» (pp. 231-237). «La ofensiva final. La batalla de Santa Clara» (pp. 238-252).
3- Ernesto Che Guevara. Escritos y Discursos. 4. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985. «Proyecciones sociales del ejército rebelde» (pp. 9-21). «Notas para el estudio de la ideología de la revolución cubana» (pp. 201-211).
4- Paco Ignacio Taibo II. Ernesto Guevara, también conocido como el Che. Editorial Planeta. 1996. «El primer día de la Revolución» (cap. 22). «El largo enero del 59» (cap. 23).
5- Rodolfo Walsh. Prólogo (Marzo de 1969), en: Jorge Ricardo Masetti. Los que luchan y los que lloran. Puntosur editores.
6- Rodolfo Walsh. «Fidel renuncia, Fidel se queda». (1959). En: El violento oficio de escribir. Obra periodística 1953-1977. Ed. Planeta. 1995.
7- Fidel Castro. José Martí. El autor intelectual. Editorial Política, La Habana, 1963. «Segunda Declaración de La Habana» (pp. 117-144).
8- Ernesto Che Guevara. Escritos y Discursos. 9. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1985. «Cuba ¿Excepción histórica o vanguardia en la lucha contra el Colonialismo?» (pp. 21-39). «Carta a Ernesto Sábato» (pp. 375-381).
9- Fidel Castro. «Revolución socialista y democrática en Cuba». Discurso del 16/04/1961. «De Martí a Marx». Discurso del 02/12/1961.
10- Emilio J. Corbiere. «Pensamiento Crítico. Socialismo y revolución en Cuba». V Simposio Internacional sobre pensamiento filosófico latinoamericano. Universidad Central de Las Villas. Cuba.
11- Discurso de Fidel Castro ante los 20 años de la caída en combate del Che Guevara. Ediciones 20 Aniversario «El Che vive».
12- Fernando Martínez Heredia. Rectificaciones y profundización del socialismo en Cuba. (pp. 11-50). Dialéctica, Colección Socialismo.
13- Entrevista a Fernando Martínez Heredia. «Cuba: una isla sin burgueses». En De mano en mano, Nº2, julio de 1997.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
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30/08/2007 a las 02:06 | Publicado en 08) Archivo: Cátedra Ernesto Che Guevara (1997-98) | Deja un comentarioCátedra Ernesto Che Guevara – Universidad Nacional de La Plata.
Sábado 13 de septiembre de 1997. 18 hs. Hall de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (48 e/6 y 7).
TEORÍA Y LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMO.
Luis Bilbao, Claudia Korol.
Guillermo Cieza:
Buenas tardes. Vamos a iniciar la tercera clase de esta Cátedra libre Ernesto Che Guevara. El tema de hoy es «Teoría y lucha contra el imperialismo». Será desarrollado por los docentes Claudia Korol y Luis Bilbao. Este tema lo vamos a continuar en la próxima clase con los docentes Manuel Gaggero, Luis Brunatti y Jorge Cardelli.
Quería decirles que en estos días de septiembre conmemoramos dos fechas trágicas. El 11 de septiembre de 1973, cuando se produjo el golpe que derrocó al gobierno popular de Salvador Allende, poniendo en marcha una de las dictaduras más feroces de América Latina, y también uno de los primeros experimentos neoliberales en el mundo. Conmemoramos, también, otra fecha trágica, en particular para nuestra ciudad. El 16 de septiembre de 1976 fue secuestrado un grupo de estudiantes secundarios. Esta fecha es conocida, tristemente conocida, como la «Noche de los Lápices». El día martes, a los 21 años, se realizará una marcha organizada por los estudiantes secundarios, a la que adherimos desde esta Cátedra.
Ahora sí entramos en tema. El tema es «Teoría y lucha contra el imperialismo», y voy a presentar a Luis Bilbao, director de la revista Crítica y el semanario El Espejo.
Luis Bilbao:
Buenas tardes. Quisiera comenzar esta exposición diciéndoles con toda franqueza que traía una idea de exposición y que la voy a cambiar completamente, viendo el tipo de concurrencia. Estoy sorprendido y con una profunda alegría por ver tantos jóvenes en esta Cátedra. Que las ideas de Ernesto Guevara atraigan hoy a tantos jóvenes es uno más de los muchos signos indicativos de que algo muy profundo que estaba, estuvo todo el tiempo, pero que no se veía, que no se sentía, empieza a aparecer en la superficie. Nosotros lanzamos la revista Crítica de nuestro tiempo precisamente un 8 de octubre, para que no quedasen dudas de cuál era nuestro compromiso con el pasado, pero en un momento muy difícil. Era el 8 de octubre de 1991. Se acababa de caer la Unión Soviética. Se nos decía desde todos los ángulos que había sido derrotado el socialismo, que el capitalismo había vencido para siempre, que las ideas del marxismo, que las ideas de la lucha anticapitalista no tenían más vigencia y, naturalmente, junto con todo eso que no existiría nunca más, también pasaba al olvido definitivo la figura del Che. A la vuelta de seis años el mundo ha cambiado tanto, en un sentido que no previeron ninguno de los que nos anunciaban el fin de las ideologías, la victoria del capitalismo, la inviabilidad del socialismo. Y una prueba más de ese cambio inmenso son ustedes aquí. Por eso voy a tratar, pensando que tal vez, y seguramente equivocándome porque a lo mejor saben más que las personas de mayor edad, pero ante la suposición de que los jóvenes tal vez haya algunas cosas que no han tenido oportunidad de conocer y de debatir, voy a hacer un leve cambio en lo que tenía pensado como exposición.
Ante todo, compañeras y compañeros, quiero decirles que esta reivindicación masiva del Che que está haciéndose en todos lados y que tiene una significación seguramente trascendental, seguramente trascendental, no puede dar lugar, no debe dar lugar, no debemos permitir que dé lugar a una pugna por la apropiación del Che. Nosotros, los que no creemos en la propiedad privada de los medios de producción, no deberíamos tampoco creer en la propiedad privada de este medio fantástico de producción de futuro que es el cuerpo teórico, político y práctico legado por Ernesto Guevara. Nosotros, por lo tanto, no vamos a tratar de decir que el Che decía lo que nosotros hacemos. Yo represento una corriente de pensamiento y una organización política. Nosotros vamos a explicarle cómo vemos basados en la enseñanza del Che, que a su vez era un exponente, uno de los máximos exponentes contados con los dedos de una mano en el siglo, del pensamiento científico del socialismo, del marxismo, del materialismo dialéctico.
Cuando el Che libró su último combate recién comenzaba la larga crisis de la economía mundial capitalista que hoy está en su apogeo. Claro que 30 años pueden parecer demasiado, y a muchas personas que han oído repetir a lo largo de todos estos tiempos que el capitalismo estaba en crisis, y al mismo tiempo protagonizar acontecimietnos como la caída de la Unión Soviética y el fortalecimiento extraordinario del imperialismo en el cuadro político mundial, esta idea de la crisis puede resultarles ridícula. Pero es que los tiempos de la historia no son los mismos que los tiempos de los individuos. Y si para un hombre, como algunos de los que estamos aquí, estos 30 años de victorias y de muchas derrotas, de lucha constante, pueden significar prácticamente toda la vida, para el desarrollo de una sociedad, para el desarrollo de una idea hacia el futuro, de libertad genuina, de fraternidad real, es muy poco tiempo, es muy poco tiempo. Y hace 30 años, hace muy poco tiempo, cuando caía el Che, cuando recién comenzaba a manifestarse una crisis estructural que hoy está en su punto de apogeo y que va a agravarse día a día, inexorable e inevitablemente en todo el mundo, digo, hace 30 años esa crisis no se manifestaba en los centros del imperialismo. En los centros metropolitanos del gran capital se manifestaba en el plano de la teoría, la podían ver quienes miraban a la realidad como debe mirarse, es decir, desde la totalidad del planeta y desde circunstancias que no aparecen a la vista. Pero como quiera que sea, era sólo el comienzo de la crisis, y los centros metropolitanos gozaban de un enorme poderío, porque fundamentalmente gozaban de una enorme estabilidad y de un altísimo estándar de vida en sus propios países. Esa estabilidad política, institucional, y ese altísimo nivel de vida era el resultado, como siempre lo fue, de la expoliación brutal, feroz, despiadada de los países subdesarrollados, de los países semicoloniales, de los países dependientes, como el nuestro. Pero como quiera que sea, esa expoliación, ese drenaje espantoso de riquezas desde los países semicoloniales hacia las metrópolis imperialistas les permitía a aquellos países tener un altísimo estándar de vida, tener comprada la conciencia y la conducta política de sus clases obreras, y a partir de allí aparecer ante el mundo con una enorme solidez denominada democracia. Falsamente denominada democracia.
Transcurrido este ciclo, y aunque en estos años nosotros podamos contabilizar innumerables derrotas, se ha ido manifestando de manera sistemática la progresión de aquella crisis, una crisis que la teoría marxista de la economía y de la sociedad capitalistas habían previsto con absoluta precisión, y que el Che como marxista había descubierto con absoluta agudeza, contra lo que se decía en aquella época. La derrota del Che por eso no puede ser entendida como lo que realmente fue, hoy día, por aquellos que se preguntan cómo es posible que el pensamiento del Che mueva a decenas y centenas de miles de personas, la mayoría de ellos jóvenes, en todo el mundo. Bueno, porque sencillamente aquella batalla que muchos dieron por concluida en realidad apenas ha comenzado, apenas ha comenzado.
Treinta años después, el imperialismo consiguió lanzar una contraofensiva a la que nosotros denominamos global y estratégica, a la mitad de este ciclo de 30 años, de tres décadas, y esa contraofensiva fue efectivamente exitosa en todos los terrenos, en el terreno económico, en el terreno militar, en el terreno religioso, en el terreno cultural, desde luego en el terreno político, pero también en el terreno ideológico. Nos convencieron a muchos de que no había más crisis del capitalismo y de que el capitalismo es inconmovible, que lo único que se puede hacer con el capitalismo es tratar de humanizarlo un poquito. Son incontables los intelectuales y los políticos que se quebraron ante esta fuerza ideológica arrolladora durante mucho tiempo, y hoy es absolutamente evidente la falsedad de esta noción. Absolutamente evidente es hoy que el capitalismo, tal como lo predice el estudio científico de sus leyes, de su movimiento normal, de su funcionamiento normal, atraviesa una profundísima crisis, después de haber vencido en su gran contraofensiva, después de habernos derrotado no sólamente en Bolivia, también en Granada, también en Nicaragua, también en Argentina, también en Chile, en Uruguay y para qué repetir lugar por lugar. Después de habernos derrotado, ¿qué tienen en el mundo?, ¿qué hay en el mundo hoy?. No quiero abrumarlos con cifras, pero todos saben, hace muy poco tiempo se hizo una reunión de jefes de estado, a la cual muy pocos jefes de estado asumieron porque no tuvieron el coraje de hacerlo, y uno de los muy pocos fue Fidel Castro. Se llamó Cumbre contra el hambre en Roma, y ahí los estudiosos de las Naciones Unidas respecto de cuánto hambre hay en el mundo dictaminaron que hay mil millones de personas en el planeta que viven permanentemente con hambre. En el planeta viven alrededor de cinco mil quinientos millones de personas, es decir que prácticamente una de cada cinco personas en la humanidad viven en hambre permanente. ¿Qué clase de sistema es aquel que no puede, no ya darle las grandes conquistas a las que ha arribado el ser humano hoy, a la población del planeta, no ya permitirle el acceso a la ciencia, el confort, al arte, a la libertad, no, no, esas ya son cosas excesivas para pedir, no les puede dar comida? ¿Qué clase de fortaleza tiene ese sistema que a uno de cada cinco seres humanos en el planeta no le puede dar comida?. Y después de una semana de sesión en Roma y de discutir profundamente los planes para acabar con el hambre en el mundo ¿saben a qué conclusión se llegó?. Que en el 2020 se podrá reducir la cifra de mil millones a 800 millones de hambrientos. Fíjense qué victoria, en 25 años vamos a poder reducir la cifra de mil millones a 800 millones, y es muy difícil pensar, hacerse la imagen en la cabeza de cuánto es mil millones de personas. ¿Qué clase de fortaleza tiene un sistema que está expoliando hasta niveles inconcebibles a los regímenes a los que domina, a los países a los que subordina económica y políticamente?.
No hace falta conocer la realidad internacional, fíjense lo que ha pasado en la Argentina en los últimos 30 años. Es otro país, es un país donde cada trabajador trabaja el doble y gana la mitad de lo que ganaba hace 30 años. Trabaja el doble y gana la mitad. Y además hay prácticamente entre un 40 y un 50% de la población económicamente activa o desocupada o semiocupada o con problemas gravísimos laborales. ¿Qué clase de fortaleza tiene un sistema que en lugar de producir el desarrollo, el mejoramiento del ser humano, destruye países y personas, como lo estamos viviendo en nuestro propio país?. ¿Cómo se pueden permitir los profesores universitarios, los periodistas de renombre, los teóricos al uso, decirnos que el capitalismo es fuerte?. ¿Cómo se pueden permitir los políticos que nos llaman a vencernos, a darnos por resignados, cómo se pueden permitir decir que hay un sistema fuerte frente a nosotros, cuando además de todo esto en los centros del imperialismo hay 38 millones de desocupados?. En los países altamente desarrollados, compañeros, hay 38 millones de desocupados. Y si uno multiplica esta cifra por un mínimo de cuatro personas, qué nos da: más de 150 millones de personas sobre un total de alrededor de unos 700 millones de personas que viven en esos países altamente desarrollados. Saquemos un poco de cuentas. Hay cinco mil quinientos millones de habitantes en el planeta. Unos 700 a 800 viven en los países altamente desarrollados. Quiere decir que viven en los países pobres, miserables, expoliados, vivimos alrededor de cuatro mil ochocientos millones de habitantes. Pero en los propios centros hay 150 o más millones de personas que viven en la miseria igual que los miserables del Tercer Mundo. ¿Cómo osan querer explicarnos que esto es un sistema fuerte?.
Tiene un único punto de fortaleza este sistema: nuestra debilidad. Ése es el único punto de fortaleza que tiene. Y yo diría que el principal punto de debilidad nuestro es ideológico, es el no tener claro lo que pasa en el planeta, es el no reivindicar con altivez, sin ninguna clase de altanería pero sin ninguna clase de complejo, las ideas científicas del desarrollo social, el marxismo. Y esto es el Che. El Che no era simplemente un luchador aguerrido. Era ante todo un luchador aguerrido, claro. Pero era un hombre que había estudiado el marxismo, que había asimilado las leyes científicas de la historia. Y cuando después de la lucha o de la primera fase de su lucha tiene una instancia de victoria y le toca ejercer el poder, aparece en toda su enorme magnitud el Che teórico. Todavía no están recopiladas todas sus obras. Hay la idea de que el Che es una boina con una metralleta en la mano. Claro que es eso, pero tiene más de diez libros escritos, y entre esos diez libros escritos el Che tiene algunas de las conquistas más finas del pensamiento económico marxista, tiene contribuciones absolutamente originales al pensamiento económico marxista. Lo fundamental de él es que ejercía precisamente un marxismo genuino frente a la falsificación absoluta del marxismo que significaban aquellos que ostentaban el papel oficial del marxismo. Frente al anquilosado pensamiento o falta de pensamiento teórico de todas aquellas instancias políticas, ideológicas o científicas en el plano de las humanidades que tenían su meta en Moscú, el Che tenía un pensamiento que era original porque era marxista, porque hundía sus raíces en la obra marxista. Frente, por ejemplo, al tema de los incentivos materiales en la construcción de una sociedad nueva, el tema de los temas del Che, frente a la idea de cómo se construye el hombre nuevo, mientras en los países de la órbita soviética y en las fuerzas políticas que reproducían estas ideas falsamente marxistas se decía que eran los incentivos materiales, es decir más cantidad de dinero, más cantidad de bienes, más cantidad de prebendas, lo que permitiría la construcción de una nueva sociedad, el Che decía son los incentivos morales los que producen un hombre nuevo, y son los hombres nuevos los que fundan sociedades nuevas. Algunos pretenden ahora entender que esto era un signo de idealismo del Che. Nada más falso, compañeros y compañeras, nada más falso que esto. Es la esencia del pensamiento materialista y dialéctico la que descubren algunos textos antológicos sobre economía del Che, sobre la ley del valor, en disputa con los teóricos del stalinismo de entonces, mostrando que es en la materialidad del proceso de trabajo donde se forman las ideas, y es en la lucha de las ideas donde se transforma la materialidad del proceso de trabajo. No hay un signo más claro de la profundidad del pensamiento materialista dialéctico de Ernesto Guevara que precisamente su combate en torno a la ley del valor. Yo invito a todos los jóvenes a que lean esos textos, que les pueden parecer un poco dificultosos, les pueden parecer un poco áridos, pero ya que han tenido la inteligencia y la sensibilidad para acudir al llamado de los organizadores de esta Cátedra, súmenle a eso el esfuerzo del estudio, porque no está separado el estudio de la militancia y de la lucha, y no está separada la lucha del estudio.
Decía al comienzo que creo, estoy absolutamente convencido, que el único punto de fortaleza del capitalismo en el mundo es nuestra debilidad. Y nuestra debilidad no se soluciona con vacíos llamados a la unidad. Claro que tenemos que unirnos, por supuesto, si todo nos empuja a unirnos, si nos están destruyendo el país, nos están destruyendo nuestros viejos, nos están destruyendo a nuestros hijos y nos están destruyendo a nosotros. ¿Cómo no nos vamos a unir?. Pero cómo vamos a unirnos. ¿Con invocaciones a la unidad o con proyectos de futuro, y con qué clase de proyecto de futuro, cómo se arma un proyecto de futuro para un país, para un continente, para un planeta en crisis?. Se lo arma con personas capaces de pensar, de entender, y se piensa y se entiende con certeza, cuando se tienen instrumentos para ello. Y esos instrumentos los ha forjado la humanidad a lo largo de su historia y han sido consumados en un cuerpo doctrinario y teórico que es el marxismo, y tiene héroes y mártires, y tiene figuras señeras en la lucha contra el imperialismo.
En aquel momento el Che Guevara no contaba con un aliado fundamental con que hoy contamos nosotros. Ustedes tal vez no lo han leído porque estas noticias no tienen lugar en las páginas de los diarios, ni en los canales de televisión, ni en los noticieros de radio, pero acaba de llevarse a cabo una huelga de dos meses en Estados Unidos; 185 mil obreros llevaron a cabo una huelga y la ganaron, y la ganaron. Aquello que parecía como inconmovible, como absolutamente monolítico en la época del Che, las sociedades altamente desarrolladas, no son más eso. Ustedes saben lo que le pasó al presidente francés Chirac cuando llamó a elecciones, y ustedes saben que los que ganaron no van a dar respuesta a la demanda de los que votaron masivamente contra el programa llamado neoliberal. A dónde va a ir toda esa fuerza, a dónde va a ir toda esa fuerza que en Inglaterra barrió con el gobierno conservador, y a dónde va a ir toda esta fuerza que está acá, compañeros. Es nuestra responsabilidad encontrar un camino para toda esta fuerza, y es nuestra responsabilidad decir que si en aquel momento la batalla antiimperialista, cuyo punto más alto fue la muerte del Che, tuvo una circunstancia de derrota, estamos 30 años después en condiciones infinitamente más favorables desde el punto de vista objetivo para librarla con una perspectiva cierta de victoria. No hay exitismo acá. No los quiero abrumar con cifras y datos, pero si ustedes los piden luego del debate puedo darlos. El capitalismo está atravesando una crisis enorme. En los países de la ex órbita soviética no se volvió al capitalismo, no se volvió al capitalismo, se destruyó la economía planificada pero no se pudo afirmar el capitalismo, y aquello es una inmensa masa geográfica y humana en el más absoluto caos. Y en los países capitalistas dependientes están peor de lo que estamos en Argentina. El gran desafío de hoy en adelante, el gran desafío que ustedes, los más jóvenes que están aquí, van a protagonizar en su máximo nivel es el de la revolución mundial, la revolución anticapitalista. No estoy diciendo palabras grandilocuentes. Hay datos objetivos que aquel sueño del Che no tenía nada de sueño, que el Che no era un mero utopista, que jamás luchó por utopías, luchó por la realidad de la perspectiva de la revolución. Y que su caída no es nada más que un mero, pequeño, aunque muy doloroso, pero un mero, ínfimo momento de la historia. Y yo creo que eso es lo que debemos rescatar en este momento.
Que nadie se apropie de la figura del Che. Que nadie se apropie de la figura del Che. Hemos estado en distintas Cátedras en distintos puntos del país y es muy sano, muy rico lo que han conseguido los organizadores de esta Cátedra. Es trascendental, como dije al comienzo. Y creo que una de las cosas que tenemos que plantear es que esta tarea extraordinaria no puede ser tergiversada por la idea de tergiversar al Che. Porque el Che era su lucha. El Che está en sus textos y está en sus actos, no puede ser transformado en beneficio de ningún partido ni de ninguna corriente hoy día, tiene que ser transformado en una reivindicación de la decisión, la voluntad de cambio anticapitalista basada en la ciencia de la revolución, que es el marxismo. Nada más compañeros, gracias.
G. Cieza:
Vamos a presentar a Claudia Korol, secretaria de redacción de la revista América Libre, coordinadora de la Cátedra del Che en Rosario.
Claudia Korol:
Quiero, en primer lugar, agradecer a los organizadores de la Cátedra la invitación, y decirles que en todos los lugares donde estamos participando de cátedras como ésta -vengo ahora de una cátedra en Salta-, se está produciendo esta misma situación, este mismo fenómeno de expansión, de multiplicación del pensamiento y del ejemplo del Che. Y uno se pregunta y se preguntan en las cátedras por qué se da esto ahora, sin intentar responderlo, en todo caso agregando algún argumento más a este debate. Entiendo que es un momento en que el Che está volviendo junto a todos los que fueron negados en todos estos años en los que se pretendió que había triunfado el imperio, que habían triunfado los poderosos, que habían triunfado a sangre y fuego los que impusieron el modelo que hoy está en curso en nuestros países. A mí cuando yo estudiaba en la Universidad de La Plata tenía la noticia cotidiana de los compañeros caídos, de los compañeros desaparecidos, tuvimos esa terrible noticia de la Noche de los Lápices, entonces es realmente impresionante estar acá donde uno siente que junto al Che vuelven todos esos compañeros, vuelven a estar junto a nosotros todos los caídos, todos los que dieron su sangre, todos los que entregaron sus vidas para tratar de seguir, no el ejemplo de una sola persona sino, en todo caso, el compromiso con una causa, con un ideal de justicia, de libertad y de dignidad. Y creo que entonces es más difícil hablar, por lo menos a mí se me hace más difícil hablar, porque me siento frente a ustedes pero también frente a esa historia que nos golpea y que nos recuerda permanentemente las dificultades que hemos tenido para forjar algo que el Che sí llamó en el único «Mensaje» que él escribió a los argentinos, en donde convocó a la unidad, a formar un frente para luchar contra el imperialismo. Es decir, todavía esta multiplicación del ejemplo de la imagen del Che tal vez no tenga su correlato en la necesaria unidad, en todos los esfuerzos que debamos hacer para construir profundamente el frente que él hablaba cuando decía que todo es parte de una sola lucha y que es verdad cuando el imperialismo nos llama con un denominador común porque aún cuando las ideologías cambien, aún cuando uno se reconozca comunista o socialista o peronista o de cualquier otra ideología política en determinado país solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios. Esto lo dijo el 25 de mayo del 62 y creo que todavía estamos en deuda en esta gran tarea.
Quiero referirme, en todo caso, a una parte del temario de hoy que es cómo entendió el Che, cómo desde el marxismo del Che se entendió el tema del imperialismo y de la lucha antiimperialista. Y quiero señalar muy brevemente, en todo caso, que el marxismo del Che se formó, fundamentalmente, a partir de tres experiencias muy importantes que son el estudio, como acá se ha dicho, del marxismo, de los clásicos del marxismo, de los que han analizado el funcionamiento del capitalismo, han tratado de desnudar sus contradicciones, los que han analizado el imperialismo, es decir de estudios. En segundo lugar, de sus viajes por América Latina, donde él fue reconociendo la miseria, el dolor, la pobreza, es decir, las consecuencias prácticas que tiene el ejercicio de la dominación imperialista para nuestros pueblos, y se lo fue chocando en las calles de Bolivia, en las minas de Chile, en Perú, en Guatemala -donde pudo ver la intervención imperialista para derrocar al gobierno de Arbenz-, en México, es decir, a lo largo de todo nuestro continente. Y también, y creo que de manera decisiva, en su encuentro con los revolucionarios cubanos y particularmente con Fidel Castro, que venían formados en la tradición antiimperialista que lleva el sello de José Martí, que hasta el día de hoy es no sólo el autor intelectual, como ha dicho Fidel, del Moncada, sino también uno de los padres de la Revolución Cubana. Desde estas tres, diría, la integración de estas tres experiencias el Che analiza el imperialismo.
Yo no quisiera hacer citas extensas, pero voy a leerles algunas porque me parece que es bueno que el Che hable también en estas Cátedras a partir de lo que él escribió, por ejemplo, cuando en la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas, representando al gobierno cubano, imaginémosnos representante de un gobierno en el foro de las Naciones Unidas, él dice: La naturaleza misma del sistema capitalista desarrollado en plena expansión traslada hacia los países dependientes las formas más abusivas y menos enmascarables de la explotación. Es la penetración de los capitales de los países desarrollados la condición esencial para establecer la dependencia económica. Esta penetración adquiere formas diversas, se presenta como préstamos en condiciones onerosas, bueno acá podría estar hablando no hace tantos años ¿no?, préstamos en condiciones onerosas, inversiones que sujetan a un país dado a los inversionistas, dependencia tecnológica casi absoluta del país dependiente hacia el país desarrollado, control del comercio exterior por los grandes monopolios internacionales, y en último extremo, dice él, utilización de la fuerza como potencia económica para reforzar las otras formas de explotación. Ésta es la denuncia que en nombre del gobierno cubano y de la Revolución Cubana él hacía en los foros internacionales como las Naciones Unidas. Y decía también que a veces esta penetración adquiere formas más sutiles, como la utilización de los organismos internacionales financieros crediticios y de otro tipo, mencionaba al Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, el GATT, como ejemplos, decía él, de organismos internacionales puestos al servicio de las grandes potencias capitalistas, fundamentalmente del imperialismo noerteamericano. Y decía, entonces, que en última instancia se preparan para reprimir, y decía los imperialistas se preparan para reprimir a los pueblos americanos y están formando la internacional del crimen.
No voy a seguir con la cita. Simplemente quería decir que denuncias que hoy podríamos suscribir en cuanto a las formas de dominación económica sobre nuestros pueblos, las formas de agresión, al chantaje que significan los supuestos créditos y ayudas financieras de parte de los países capitalistas, eran denunciados en los foros internacionales ya por el Che Guevara. Y el resultado era el subdesarrollo, que él lo trató de explicar de esta manera, dice: ¿Qué es subdesarrollo?. Un enano de cabeza enorme y tórax henchido es «subdesarrollado» en cuanto sus débiles piernas o sus cortos brazos no articulan con el resto de su anatomía; es el producto de un fenómeno teratológico que ha distorsionado su desarrollo. Eso es lo que en realidad somos nosotros, los suavemente llamados «subdesarrollados», en verdad países coloniales, semicoloniales o dependientes. Somos países de economía distorsionada por la acción imperial, que ha desarrollado anormalmente las ramas industriales o agrícolas necesarias para complementar su compleja economía. El «subdesarrollo», o el desarrollo distorsionado, conlleva peligrosas especializaciones en materias primas, que mantienen en la amenaza del hambre a todos nuestros pueblos. Nosotros, los «subdesarrollados», somos también los del monocultivo, los del monoproducto, los del monomercado. El latifundio, a través de sus conexiones con el imperialismo, plasma el llamado «subdesarrollo» que da por resultado los bajos salarios y el desempleo. Es decir, también estamos hablando de situaciones actuales y que estamos viviendo cotidianamente.
Si tuviéramos que resumir, que sintetizar, algunos de los enfoques que el Che hizo, entonces, sobre qué es el imperialismo, que es esta forma de dominación, podríamos realizarlo de esta manera. Por un lado, él denunció esta forma de explotación de los países capitalistas hacia los países dependientes, que no repito porque lo leí en la cita. Menciona y denuncia, también, el papel del latifundio, como parte de las estructuras que refuerzan esa dominación. Y hace hincapié, en varios textos, en un tema que es las burguesías locales como socias del imperialismo. Las burguesías de cada uno de nuestros países y sus gobiernos como factores que han permitido que se estableciera en todos los países, en particular de nuestro continente, esta forma de dominación. Esto en debate con las posiciones que argumentaban posibilidades de que las burguesías nacionales enfrentaran, fueran parte del frente que luchara contra el imperialismo. Él decía que si en algún momento pudo haber sido, ya se demostró que a la hora de decidirse las burguesías nacionales se aliaban o eran presionadas por los gobiernos imperialistas y terminaban trabajando para ellos.
Esta definición, esta búsqueda de conclusiones, lleva también a denunciar algunos temas: la acción militar del imperialismo como sangrientas agresiones contra nuestros pueblos. Lo hizo hace 30 años. Después nosotros vivimos otras sangrientas agresiones con el apoyo imperialista, como puede haber sido Chile, que ahora en estos días se recuerda un nuevo aniversario de ese golpe sangriento, financiado por la CIA, por la ITT, es decir, por los monopolios norteamericanos. Pero también hemos vivido lo que ha hecho el imperialimo en Panamá, y su sangrienta agresión e intervención para aplastar los deseos de soberanía de un pueblo. Hemos visto cómo ha financiado a la contra en Nicaragua, y cómo ha sido factor de bloqueo y de agresión contra la Revolución Sandinista. Y vemos hasta el día de hoy cómo el imperialismo, a través del bloqueo económico, a través de la ley Helms-Burton, a través de innumerables instrumentos, pretende ahogar y acorralar a la Revolución Cubana e imponerle su forma de economía, de política, de vida, a los propios cubanos, avasallando su dignidad y su capacidad de autodeterminación.
Me parece, entonces, que alguno de estos argumentos que el Che da, si bien como se explicó recién, muy bien, el mundo ha seguido desarrollándose e incluso ha habido transformaciones, muchos de estos elementos nosotros los podemos, hasta el día de hoy, analizar como vigentes. Y en todo caso, los cambios que han habido y las derrotas que aquí se han mencionado, que yo no voy a repetir, lo que han hecho es agravar la situación y las posibilidades de explotación, por un lado, del imperialismo, han permitido agravar las condiciones de agresión del imperialismo, y no han logrado resolver uno solo de los problemas y los dramas que ya se denunciaban hace 30 años.
Este análisis que hace entonces el Che del imperialismo, el Che, como Fidel, como los revolucionarios de ese entonces cubanos, también lo lleva a formular un enfoque de la lucha antiimperialista. Es decir, no sólo dicen ésta es la situación, vivimos explotados, sino que plantean que así como el imperialismo es un factor de dominación global, político, económico, cultural, militar, también la lucha antiimperialista tiene que ser global. Y que la lucha antiimperialista no se puede resolver sólo desde un solo país, sino que debe ser parte de una estrategia mundial, y especialmente hablando de nuestro continente, de una estrategia continental de los revolucionarios. Y así como el imperialismo tiene sus bases económicas, por un lado, pero también sus bases militares y su acción de dominación en todo el mundo, hay que ir socavando esas bases que ellos tienen de apoyo, golpeando en cada uno de los países. Y en esta perspectiva la liberación de un país él la ve como parte de una batalla por la liberación mundial, por la revolución mundial.
En ese contexto es que él escribe su último «Mensaje» que fue enviado a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental, donde él señala así: Sinteticemos así nuestras aspiraciones de victoria: destrucción del imperialismo mediante la eliminación de su baluarte más fuerte: el dominio imperialista de los Estados Unidos de norteamérica. Tomar como función táctica la liberación gradual de los pueblos, uno a uno o por grupos, llevando al enemigo a una lucha difícil fuera de su terreno; liquidándole sus bases de sustenatción, que son sus territorios dependientes. Y dice más adelante ¡Cómo podríamos mirar el futuro de luminoso y cercano, si dos, tres, muchos Vietnam florecieran en la superficie del globo, con su cuota de muerte y sus tragedias inmensas, con su heroísmo cotidiano, con sus golpes repetidos al imperialismo, con la obligación que entraña para éste de dispersar sus fuerzas, bajo el embate del odio creciente de los pueblos del mundo!
Traigo esto porque, entonces, entender la batalla del Che es la propuesta de la elaboración de una estrategia continental y mundial de lucha antiimperialista por parte de las fuerzas revolucionarias y de los pueblos. Y en ese contexto se inscribe el viaje del Che a Bolivia. Acá ha habido tremendas tergiversaciones desde las biografías oficiales, desde las que están en curso como la de Castañeda, como las que se han escrito antes como la de Ricardo Rojo, que se llama Mi amigo el Che, desde distintos escritos que pretenden que el Che se fue de Cuba porque estaba enojado con la Revolución Cubana, porque estaba enojado con Fidel. Yo digo que es hablar en contra del pensamiento del Che, que desde el comienzo de la Revolución formuló, por un lado, sus deseos de continuar la lucha revolucionaria pero que, sobre todo, elaboró una estrategia que es ésta que menciona en el «Mensaje de la Tricontinental», que es la de abrir nuevos Vietnam en todo el continente. ¿Con qué objetivo?. Con el objetivo de dispersar las fuerzas del imperialismo, que no sea tan fácil y tan sencillo para el imperialismo primero concentrar todas sus energías sobre Vietnam, para después concentrar toda su energía sobre Cuba, para después concentrar toda su energía sobre tal o cual país que intenta liberarse. Decía, nosotros estamos intentando llevar luchas de liberación separadas, aisladas, y eso favorece la estrategia del imperialismo; creemos simultáneamente dos, tres, muchos Vietnam, obligando al imperialismo a dispersar sus fuerzas. Éste era el sentido de Bolivia, digo, me parece que es importante decirlo una y otra vez, sobre todo por las grandes tergiversaciones que se han realizado.
Y también decir, ya que estamos en este tema, que Bolivia no era sólo Bolivia, también Perú, era Argentina, era un plan para el Cono Sur de América Latina, donde luego de formar el núcleo fundamental del ejército revolucionario en Bolivia, la idea que una columna fuera para Perú y que otra columna viniera para Argentina encabezada por el Che. Y de alguna manera, digo, el Che volvía para la Argentina en sus planes, ésta era su idea, y volvía para hacer realidad esto que se dijo en los primeros años de la Revolución Cubana, de convertir a la Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América Latina. Me parece que esto también es importante que lo conozcamos. Porque la otra gran tergiversación fue que, bueno, el Che se fue de Argentina y no volvió nunca más, el Che a los argentinos no nos dio nada, y en todo caso dio como un hombre ajeno que estuvo en la Revolución Cubana y que estuvo después posteriormente en Bolivia. Yo creo que también tener en cuenta que sí, que el Che era un hombre latinoamericano, era un internacionalista, era un hombre que podría haber dejado su sangre en Cuba, en primera instancia, pero también en el Congo, y bueno, no hubiera llegado nunca a poder realizar este plan, y que dejó en Bolivia, pero que dentro de sus planes de participación ya personal estaba aportar a la lucha de liberación de la Argentina. Quisiera, entonces, señalar que esa batalla que quedó inconclusa con su detención y posterior asesinato en Bolivia, y acá también hay que decir, tal vez fue uno de los primeros desaparecidos, porque trataron celosamente de ocultar su cuerpo durante tantos años, y hoy tal vez también vuelve por esto de que están volviendo muchas cosas en el 30 aniversario, pero ese combate inconcluso yo entiendo que tiene posibilidades y tiene necesidad de ser continuado en la medida que nosotros logremos, por un lado, interpretar los nuevos sucesos, las nuevas características que asumen la lucha en el mundo actual. Y obviamente yo no me voy a extender porque comparto buena parte del diagnóstico de cómo se expresa hoy el capitalismo en el mundo actual que hacía Bilbao. Pero creo que hay que señalar en todo caso, o junto con esto, que así como los Estados Unidos ha logrado, a partir del fin de la bipolaridad, un nivel de hegemonía militar, tecnológica, económica, fundamentalmente también a través de los medios de comunicación, que se ejerce a través de la formación de opinión pública, que se ejerce también a través de la cátedra universitaria, que se ejerce también a través de la formación ideológica que se da en la escuela primaria y secundaria, es decir, utilizando todas las formas de reproducción ideológica conocidas, yo comparto esta idea de que de todas maneras el capitalismo no resolvió ninguno de los problemas de la humanidad. Y no lo resolvió porque no se plantea resolverlos, porque la lógica del capitalismo no es resolver los problemas de los pueblos, sino acumular ganancias para los grandes capitales. Y entonces la tendencia, por más que pudiera haber un momento de florecimiento, digamos, de la economía, va a ser que cualquier innovación tecnológica, cualquier buena cosecha, cualquier beneficio posible que surja de la economía, lo que hace es engordar más las ganancias de los capitalistas y agrandar más la brecha entre los que tienen y los que no tenemos nada.
Entonces, me parece que en este marco plantearnos la posibilidad de articular un frente de lucha contra el imperialismo, la posibilidad de intentar superar las diferencias para poder ir construyendo la fuerza social necesaria que libre la batalla en todos los terrenos, que pueda disputar esa hegemonía ideológica, que pueda disputar a la acción política, que pueda disputar la batalla en el terreno que se plantee la batalla, sobre la base del protagonismo, de la movilización, de la participación popular, es uno de los grandes desafíos. Y en esto creo que nos podemos inspirar perfectamente en el Che, en su «Mensaje» y en su última palabra llegada a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental, cuando decía: Toda nuestra acción es un grito de guerra contra el imperialismo y un clamor por la unidad de los pueblos contra el gran enemigo del género humano: los Estados Unidos de norteamérica. Ojalá nosotros logremos, superando todas las diferencias, construir la unidad de nuestro pueblo y aportar a la unidad de los pueblos de América Latina, y a la unidad de todos los que en cualquier lugar del mundo levantamos las banderas de la liberación y de la dignidad. Muchas gracias.
G. Cieza:
Vamos a pasar ahora a la parte de las preguntas y a los aportes que se quieran hacer. Una pregunta que me acercaron, que estaba planteada a los dos expositores, que era que desarrollaran el concepto de estímulos materiales.
L. Bilbao:
Bueno, como dije anteriormente, el problema de los estímulos materiales fue motivo de una polémica muy profunda, que en última instancia hacía a la esencia del pensamiento económico marxista, pero también, y yo diría, fundamentalmente al pensamiento filosófico marxista. La forma pública de esta polémica era si para que un obrero trabajara mejor se le debía o no dar incentivos materiales, sea esto en forma de un aumento salarial o cualquier forma de beneficio material. Quienes no ponían el acento en los incentivos materiales de ningún modo negaban la necesidad de un mejoramiento material permanente de los tranajadores y del conjunto de la población, esto está claro. Pero, decía, el problema para nosotros no está planteado sencillamente en la idea de producir más en términos de bienes producidos, sino de que ésta producción, además de un bien material, produzca un bien inmaterial. Es decir, que el modo en que se relaciona la autoridad económica, la autoridad política, la autoridad de una determinada área de la producción, con el productor directo, es decir, con el obrero, no tiene que atender sencillamente a obtener un resultado numéricamete mayor en términos de bienes materiales, sino que tiene que estar preocupado con qué pasa en la conciencia de esa persona que trabaja. Para los economistas soviéticos, que se llamaban marxistas y no lo eran, como me parece que ahora está largamente probado, porque son los mismos los que defienden el intento fallido hasta hoy de retorno al capitalismo, para estos economistas y dirigentes políticos, se trataba de superar, decían ellos, al capitalismo en cuanto a la cantidad y calidad de producción. Lo de la calidad era una palabra, porque en realidad nunca ponían el énfasis en esto, sino sencillamente en la cantidad, y dejaban por completo de lado el problema de qué pasa en la cabeza de un obrero, de un trabajador, cuando produce. La idea, entonces, acá tiene una manifestación económica, pero tiene una matriz de orden filosófica. Y por eso decía yo que la noción materialista, profundamente materialista del Che, le permitió comprender que aquello que el obrero pensara iba a depender de aquello que el obrero hiciera, y a la vez, y ahí la otra parte de la filosofía marxista, la concepción dialéctica, aquello que el obrero hiciera iba a depender de lo que el obrero pensara.
Vamos a ver si traducimos esto un poco más sencillo. Si los compañeros organizadores de la Cátedra hubiesen propuesto una concurrencia a esta Cátedra diciendo, en la entrada, vamos a entregar una boleta con un número y vamos a sortear un Ford Fiesta, ¿es lo mismo que decirle a los jóvenes vengan a escuchar a dos personas que van a hablar del Che, pongan plata para pagar el sistema de sonido, vengan a trabajar con las sillas, como hizo el compañero?. ¿Es lo mismo?. Claro que no es lo mismo. Quién sabe. Vamos a suponer que con la rifa del Ford Fiesta viene más gente. De qué nos sirve. De qué nos sirve esa gente cuando sale de aquí. Y de qué nos sirve, cuando digo «nos» estoy hablando del futuro de la humanidad, no estoy hablando ni de personas, ni de partidos, ni de nada, estoy hablando del futuro, de la sociedad. De qué le sirve a la sociedad alguien que ha venido a ver si se gana un Ford Fiesta y de qué le sirve alguien que ha venido a ver qué diablos pensaba este hombre que llevo puesto en mi camiseta.
Ésta es, en sustancia, la polémica sobre los incentivos materiales, y está profundamente arraigada en ideas filosóficas, aunque se manifieste y se presentara en aquel momento en el terreno de una disputa ideológica en torno a la ley del valor, cosa demasiado complicada para resumir en pocas palabras aquí. Pero lo que estaba en disputa es si el trabajador en una sociedad no capitalista tenía que ser incentivado a producir más con más salario, o diciendo, mirá, tenés que producir más porque tenemos que mandar esto que vos producís a Angola, donde lo necesitan porque están luchando contra el imperialismo. Vas a producir más, vas a trabajar más, te vas a esforzar más y no te lo vamos a dar a vos, y no te vamos a pagar más para que trabajes más, lo vamos a mandar a Angola. ¿Estás de acuerdo?. Y discutir esto en una asamblea de fábrica. Esto se hacía, esto propugnaba el Che, y lo contrario propugnaban los economistas soviéticos. Y claro, ustedes no se preguntan por qué se equivocaron tan escandalosamente, tan escandalosamente, personas que posan de serios y de inteligentes, cuando al día siguiente de la caída de la Unión Soviética, con una sonrisa de conmiseración, dijeron mañana se cae Fidel. ¿Por qué se equivocaron?. Y miren que no eran solamente los de la derecha. Una buena cantidad de genios progresistas de todo el planeta y de este país dijeron, sin ningún lugar a dudas, Fidel se cae mañana, Cuba se cae mañana. Y durante varios años nadie abrió la boca en torno de esto, muy pocos eran los que abrían la boca para decir que esto no se cae. ¿Por qué no se cayó?. Se morían de hambre los cubanos después de la caída de la Unión Soviética. Pasaban hambre todos los días. ¿Por qué no se dieron vuelta contra su gobierno?. Los cubanos tienen armas en las fábricas. ¿Por qué no usaron las armas contra su gobierno?. Porque tenían una cosa acá adentro, y la tenían porque producían de una manera diferente. Por eso decía que no se puede ni tomar el poder, ni mantener el poder, ni construir una sociedad diferente si no se tienen instrumentos científicos para hacerlo, y ésa es la lección extraordinaria del Che. Probablemente la más rica de todas. Escúchenlo ahora, leánlo a Fidel cuando reivindica el pensamiento del Che en esto. ¿Y por qué los obreros soviéticos votaban con las dos manos para el retorno al capitalismo?. Porque eran explotados, porque trabajaban en sus fábricas como se trabaja en una fábrica capitalista. Y sin ninguno de los beneficios que se tienen en las sociedades capitalistas desarrolladas, aunque sí muchos beneficios en el plano material, ninguna duda, que han perdido ahora de manera total. Pero estaban en contra porque no habían entendido qué cosa era el hombre nuevo. Es un tema muy difícil. No quiero ocupar el tiempo que le corresponde a Claudia, así que termino aquí.
G. Cieza:
Hay otra pregunta: En esta lucha contra el imperialismo planteada por el Che, ¿adónde queda el imperialismo ruso y qué plantea el Che sobre la Unión Soviética en su momento?.
C. Korol:
Yo voy a tratar de responder volviendo de nuevo al Che y no haciendo interpretaciones de lo que el Che pensaba. Primero, el Che nunca se refirió a la Unión Soviética como imperialismo ruso. Y yo diría que hubo dos momentos, para simplificar, en el análisis que hizo de lo que sucedía allá. El primero se los voy a leer. Les voy a leer un párrafo de un discurso que hace a las juventudes el 28 de julio de 1960, donde él dice: Que países como Cuba en este momento, países revolucionarios y nada moderados, pueden plantearse la pregunta de si la Unión Soviética o si la China Popular es amiga nuestra, y no pueden responder en una forma tibia. Tienen que responder con toda la fuerza que la Unión Soviética, la China y todos los países socialistas, y aún muchos otros países coloniales o semicoloniales que se han liberado, son nuestros amigos, y que en esa amistad, en la amistad con esos gobiernos de todo el mundo es que se pueden basar las realizaciones de una revolución americana, porque si a nosotros se nos hubiera hecho la agresión que se nos hizo con el azúcar y el petróleo y no existiera la Unión Soviética que nos diera petróleo y nos comprara azúcar se necesitaría toda la fuerza, toda la fe y toda la devoción de este pueblo que es enorme para poder aguantar el golpe que eso significaría. Esto lo dijo en el 60.
Él después hizo varios viajes, participó a nombre del gobierno cubano de la discusión de numerosos tratados de intercambio, y en ese proceso él pasó a una posición crítica, por lo menos mucho más crítica de lo que decía en este momento, que se expresa, sobre todo, en un discurso en Argel, que él hace en 1965, en el que dice, hablando de la relación de los países llamados socialistas y los países que se liberan: Cómo puede significar beneficio mutuo vender a precios del mercado mundial las materias primas que cuestan sudor y sufrimientos sin límites a los países atrasados y comprar a precios del mercado mundial las máquinas producidas en las grandes fábricas automatizadas del presente. Si establecemos este tipo de relación entre los dos grupos de naciones debemos convenir en que los países socialistas son en cierta manera cómplices de la explotación imperial. Se puede argüir que el monto del intercambio con los países subdesarrollados constituye una parte insignificante del comercio exterior de estos países. Es una gran verdad pero no elimina el carácter inmoral del cambio. Los países socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad tácita con los países explotadores de occidente. Y después dice: Si nos preguntan cuáles son los métodos para fijar precios equitativos no podríamos contestar, no conocemos la magnitud práctica de tal cuestión, sólo sabemos que después de discusiones políticas la Unión Soviética y Cuba han firmado acuerdos ventajosos para nosotros mediante los cuales llegaremos a vender hasta cinco millones de toneladas a precios fijos superiores a los normales en el llamado mercado libre mundial azucarero. La República Popular China también mantiene los precios de compra.
Después de este discurso de Argel hay otro momento en que él se refiere a la Unión Soviética y a China, que es lo que antes yo mencionaba en el «Mensaje a los pueblos del mundo» que realiza a través de la Tricontinental, y donde él lo que hace, se los voy a leer también, es una crítica a las consecuencias de la división entre la China y la Unión Soviética para los países que luchan por su liberación. Él dice así: La solidaridad del mundo progresista para con el pueblo de Vietnam semeja la amarga ironía que significaba para los gladiadores del circo romano el estímulo de la plebe. No se trata de desear éxitos al agredido sino de correr su misma suerte; acompañarlo a la muerte o a la victoria. Cuando analizamos la soledad vietnamita nos asalta la angustia de este momento ilógico de la humanidad. El imperialismo norteamericano es culpable de agresión… ¡Ya lo sabemos, señores! Pero también son culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam un pacto inviolable del territorio socialista, corriendo, sí, los riesgos de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los representantes de las dos más grandes potencias del campo socialista.
Quería leerlo porque me parece que es la forma más clara de decir qué es lo que él pensaba. Efectivamente, él fue crítico hacia la Unión Soviética. No fue una visión, en todo caso, que la ubicara dentro del campo del imperialismo, pero sí ubicaba que la falta de la solidaridad, el deterioro del internacionalismo, eran elementos que golpeaban y que agredían a las fuerzas que luchaban por su liberación. Y fue particularmente crítico del significado que tenía, digamos, la contradicción entre la Unión Soviética y China para el conjunto del movimiento revolucionario mundial.
G. Cieza:
Acá tenemos una pregunta para Luis Bilbao, que dice: ¿La propiedad de los medios de producción soluciona desigualdades, quién distribuye, por qué modelo marxista deberíamos pelear, por el ruso, el cubano, etc. o uno superador?. Dentro del comunismo, ¿cómo se entienden las libertades?. Cuando Marx realiza su análisis del sistema capitalista en 1848 aproximadamente no tiene en cuenta la inclusión de los individuos en la sociedad de consumo, ¿cómo se puede analizar esto?. Son varias preguntas.
L. Bilbao:
Bueno, dos palabras, sin embargo, antes, respecto de la pregunta anterior. Me parece que lo leído por Claudia es categórico respecto de que la crítica del Che a la Unión Soviética era muy cruda, muy cruda, pero fíjense que no habla de imperialismo soviético. Y una de dos: o la corriente política que hace esta pregunta o que sostiene esta posición y que genera, digamos, esta pregunta, cree que el Che era un cobarde y un hipócrita y que por eso no decía las cosas como las pensaba; o concluye definitivamente que el Che no pensaba que la Unión Soviética era un imperialismo. Mi interpretación es muy clara. El Che no pensaba que fuera el imperialismo, porque el Che era marxista. El Che era marxista, y el pensamiento marxista está muy elaborado en torno de la teoría del imperialismo, y realmente hay que desconocerlo, o desecharlo, o manipularlo, para pretender poner en el cuadro del pensamiento marxista la noción de que la Unión Soviética era un imperialismo, como el imperialismo estadounidense. Es una vieja polémica que llevamos con estos compañeros, a los que respetamos y aun estimamos, como estimamos a cualquier luchador. Pero es hora de que los compañerros que esgrimen esta posición saquen conclusiones acerca de las horribles deformaciones políticas que ellos mismos han tenido, de las tremendas desviaciones políticas concretas que han tenido en los últimos 30 años, por aferrarse a una categoría acientífica, antimarxista, como ésta, que además tiene hoy, en el terreno político, nada más y nada menos que la intención de separar a Fidel del Che. No se puede permitir esto, no se puede permitir, es muy grave. Lo discutimos con tranquilidad, pero la verdad es que tendríamos ganas de usar argumentos más crudos, porque es mucho lo que está en juego y no es inocuo intentar separar al Che de Fidel. No lo vamos a permitir, compañeros.
Bueno, las preguntas del compañero son muchas y son muy profundas. No sé si voy a tener tiempo para desarrollarlas convenientemente. La primera es si la propiedad, la propiedad colectiva, supongo que quiere decir, de los medios de producción soluciona las desigualdades. Bueno, yo creo que la pregunta está mal planteada. Sin la propiedad colectiva de los medios de producción no se pueden solucionar las desigualdades. Esto no presupone que se colectivizan los medios de producción y al día siguiente las desigualdades se terminan. El proceso de restauración o el proceso de, como diría Marx, pasaje de la prehistoria a la historia de la humanidad no puede ser un acto automático, pero la condición para poder hacer ese pasaje, para acabar con las desigualdades inhumanas que nos separan hoy, es la propiedad colectiva de los medios de producción.
Pero el compañero pregunta, inmediatamente después, quién distribuye. Y aquí está el problema, porque toda esta idea nosotros la tenemos distorsionada a partir de que identificamos a la experiencia socialista, o como llama el compañero que escribe esto «el modelo», con lo que vimos en la Unión Soviética. Y realmente si hay algo distante de una sociedad socialista es lo que nosotros vimos en la Unión Soviética. La Unión Soviética había dejado atrás el capitalismo, había terminado con el capitalismo, había abolido totalmente el capitalismo, y esto de por sí significaba un salto impresionante en la historia de la humanidad, y un mejoramiento de las condiciones de vida material e intelectual de toda la población. Pero no era una sociedad socialista, porque le faltaba algo esencial para el socialismo que es el protagonismo de las masas en las decisiones, en todas las decisiones. Esto es justamente lo que discutíamos en torno del problema de la ley del valor, en torno del problema de los incentivos materiales. Las masas no participaban en la toma de decisiones, no ya para distribuir algo, sino también para producir, no participaban en la decisión de nada. En la Unión Soviética, y escuchen lo que voy a decir porque alguno va a saltar de la silla, y me va a poner números delante, en la Unión Soviética no había partido, no había sindicatos, no había organizaciones sociales de ningún género. Eran todos aparatos burocráticos donde no había la más mínima vida interna. Podían venir acá y decirnos los representantes soviéticos «vengo en representación de 250 millones de afiliados a la federación sindical soviética». Mentira. Claro que había 200 millones de afiliados, pero esos afiliados lo único que hacían era pagar una cuota que se la descontaban obligatoriamente, no había ninguna vida sindical en ningún lado. Entonces quién distribuye. Con el socialismo esto no tiene ninguna duda, para la teoría marxista no hay ninguna duda: distribuyen las masas, porque las masas hacen todo, ejercen democráticamente el gobierno. Quién distribuyó la miseria en Cuba en los últimos años. La espantosa miseria, quién la distribuyó, quién votó las leyes para permitir o no permitir tal o cual ingreso del capital extranjero. Ustedes me dirán el congreso. Es cierto, la Asamblea Nacional cubana votó todas esas leyes. Pero antes que la votara la Asamblea Nacional, es decir los diputados elegidos por un proceso tan democrático, tan minuciosamente democrático que no lo puedo explicar porque me llevaría mucho tiempo, pero que es verdaderamente democrático; esos diputados, sin embargo, muy democráticamente electos, no resolvían sino después de que todas esas leyes fueran estudiadas, debatidas y votadas en lo que se llamó los parlamentos obreros, asambleas de fábricas, asambleas estudiantiles, asambleas barriales, asambleas en el campo. Quién distribuye: el pueblo organizado. Entonces éste, yo no diría que es el modelo ideal, está preñado de deformaciones lo que se llamaría, no me gusta la palabra modelo, el régimen político cubano está preñado de deformaciones. No es gratuito haber estado tantos años en una feroz dependencia como explica el texto que recién leía Claudia respecto de la Unión Soviética, penetraron muchísimas ideas del stalinismo en Cuba. Y en 1984, Fidel hace un doble movimiento. En primer lugar, produce una serie de hechos para intentar rescatar el pensamiento económico del Che y ponerlo en discusión ante las masas ubanas. Y en segundo lugar, lanza un proceso, parte del mismo fenómeno, que se llama «Proceso de rectificación de errores y desviaciones». Es decir, la principal autoridad del Partido Comunista de Cuba está diciendo hay errores y desviaciones muy graves en la sociedad cubana. Entonces no se trata de se nos cayó el modelo, insisto, uso la palabra modelo porque me lo ponen en la pregunta, no es mi léxico, pero bueno, se nos cayó el modelo soviético, ahora el modelo cubano. No, no. El modelo cubano es el fruto de una suma de fuerzas positivas y negativas, como lo será cualquier sociedad que podamos construir en el futuro.
Y lo que nosotros tenemos que luchar y para que esa relación de fuerzas, que en principio siempre es favorable al imperialismo hasta que se les quiebre el espinazo, para que esa relación de fuerzas pase por el eje de la democracia de los trabajadores, de la participación masiva de la población en la toma de decisiones. Y cuidado, cuando decimos democracia de los trabajadores, y acá vamos en contra de también una deformación ideológica de los últimos tiempos, estamos diciendo dictadura del proletariado. La palabra dictadura para nosotros tiene una carga tan negativa que muchos no la quieren usar, pero estamos hablando de ciencia política. Y en la ciencia política, dictadura del proletariado es lo contrario de la dictadura de la burguesía, porque la democracia burguesa es la dictadura de los capitalistas que nos permiten mientras no les hacemos mella. Es claro que no es lo mismo poder o no poder estar haciendo esta charla aquí. Pero dejen ustedes que esta charla se transforme en miles de charlas, y que los que están escuchando se transformen en millones de luchadores por el socialismo, y vamos a ver qué pasa con la democracia burguesa, vamos a ver cuán generosos son, y cuántos micrófonos nos van a prestar. Venimos a hablar acá pero no nos dan los micrófonos que les dan a los torturadores y a los asesinos. Podemos publicar nuestros periódicos con plata nuestra, con plata de los que no tienen dinero, pero no podemos escribir en Clarín, no podemos publicar en La Nación. Qué clase de democracia es ésa. Y qué pasa cuando los trabajadores y las masas populares, la mayoría inmensa de la población, toma el poder, ¿le va a dar a los que hoy ostentan el poder y ejercen su dictadura el derecho a que sigan haciendo lo que hacen?. Para ponerlo negro sobre blanco, el dueño de Clarín, ¿podrá seguir haciendo el Clarín que hace hoy?. No. Taxativa, absolutamente no. Ésa es la dictadura del proletariado. Se les permitirá la democracia, no habrá tortura, no habrá prisión injusta, habrá juicio derecho, justo juicio para cualquiera, pero no tendrán derecho a atentar contra la sociedad nueva los agentes de la sociedad vieja, y mientras esto sea necesario habrá una cantidad de problemas en la sociedad porque no es lo óptimo, no queremos esto, ellos nos lo imponen, porque ellos no ceden voluntariamente lo que tienen, y lo tienen todo. Excepto el futuro lo tienen todo. Bueno no sé si le habré respondido…
G. Cieza:
Hay una pregunta que se le ha hecho para Claudia Korol que dice: ¿Cómo se hace para crear un espacio de lucha diferente y contemplativo de la participación de los que decimos representar, todavía ajenos a cualquier forma de discusión o participación, y no quedarnos en meros encuentros de militantes y nada más?.
C. Korol:
Cuando tengamos la respuesta vamos a estar mucho más cerca de la victoria. Pero, en todo caso, sí una reflexión que me parece importante sobre esta pregunta, y es que entre las consecuencias del modelo neoliberal hay dos o tres elementos que tenemos que señalar. Una es que este modelo neoliberal lleva a la fragmentación de la sociedad. Es decir, el capitalismo en su etapa actual tiene como una de las consecuencias la fragmentación social, la fragmentación de los pueblos, la fragmentación de los trabajadores. Tiene como otra característica la exclusión, es decir, la marginación de la economía, de la cultura, de la política, de vastos sectores de la sociedad. Suma a la lógica tremenda de la explotación, la lógica de la exclusión, el capitalismo en esta etapa. Y otra de las consecuencias que podemos señalar es que favorece, desarrolla, promueve, una gran crisis de identidad, la crisis de identidad nacional, la crisis de identidad de los pueblos como pueblos, como trabajadores, como clase obrera. Entonces, a mí me parece que estamos necesitados de ir generando prácticas políticas que nos permitan superar la fragmentación, superar la exclusión, superar esta crisis de identidad. Y en tal sentido, con relación a la pregunta, creo que una de las claves va a ser no delegar las representaciones ni creer que se representa a nadie, sino constituir verdaderos sujetos colectivos que se presenten en la lucha de clases, no que se reperesenten por otros sectores, y en donde se pueda además de reivindicar, como decía, el pluralismo, la unidad, el protagonismo, ir vinculando más enérgicamente la unidad de teoría y práctica. Es decir, cómo hacemos para combinar las distintas formas de lucha que se vienen desarrollando en nuestro país. Y podemos hablar de Cutral Co, podemos hablar de Jujuy, podemos mencionar con estos espacios también de debate y de acción política y de lucha ideológica como pueden ser las Cátedras, cómo va naciendo un nuevo protagonismo, que yo entiendo que tiene que ver, además, con un factor generacional, es una nueva camada generacional que se va incorporando a las luchas y va nutriendo esta nueva ronda de la historia con sus factores propios y específicos. Entiendo que una política de creación de espacios de poder popular, donde se afirme el protagonismo, la democracia de base, la construcción de estos sujetos colectivos, puede ayudarnos a avanzar en esta pregunta que era decir, bueno, un camino de lucha diferente. Diferente y parecido. Parecido en tanto que retoma todas las viejas tradiciones de lucha, retoma la memoria, retoma nuestra historia de combate; y diferente en la medida que trata de superar los límites que podemos haber tenido, como la división, como la del sectarismo, como los dogmatismos, y que aún todavía nos están pesando. Entonces, superar todo eso, unirnos, me parece, superar la fragmentación y avanzar sobre la base de creer en nuestras propias fuerzas, creando espacios de poder popular, de construcción de una contrahegemonía que pueda ir desafiando a esta hegemonía que hoy ejerce el imperialismo. Entiendo que por ahí se puede ir haciendo una búsqueda.
G. Cieza:
Tengo otra pregunta para Luis Bilbao: Si a 30 años el marxismo pudo preveer la crisis del capitalismo actual, ¿cómo no previó su propia crisis y la caída de la Unión Soviética?.
L. Bilbao:
Creo que hay un desconocimiento de la literatura marxista. El marxismo previó con una precisión escalofriante la caída de la Unión Soviética. En 1935 fue publicado un libro titulado La revolución traicionada. Léanlo y asómbrense del poderío del pensamiento marxista. Y de entonces a ahora innumerables autores que tenían un problema, estaban contra el capitalismo y estaban contra el Partido Comunista de la Unión Soviética y los partidos comunistas que lo seguían en el mundo. Entonces no existían. No existían para los medios de difusión, no existían para las grandes masas. Pero ese pensamiento existe. Ese libro, La revolución traicionada, 1935, autor León Trotsky, que no es responsable de sus sucesores, como no lo es Marx de quienes se llaman marxistas. Lean La revolución traicionada y después discutimos a ver si el pensamiento marxista previó o no la caída de la Unión Soviética.
G. Cieza:
Les recuerdo que la próxima clase vamos a seguir viendo «Teoría y lucha contra el imperialismo». Va a ser el próximo sábado a partir de las seis de la tarde, casi seguro en este mismo lugar. Aparentemente hay problemas en la universidad, hoy parece que había una reunión en donde se juntaron 40 personas en la otra sala, y bueno, nosotros nos tenemos que amontonar acá. Esos son los problemas de funcionamiento. Cuando decíamos el otro día con respecto a esta Cátedra, a la universidad no le hace ninguna gracia esta Cátedra, es una conquista esta Cátedra, por eso hacemos todo lo posible por defenderla. Entonces a veces también pedimos disculpas por las incomodidades, pero creemos que éste es un lugar que estamos conquistando, no solamente por los temas que se presentan sino porque mucha gente que no viene a la universidad se hace presente acá.
Bueno, una pregunta. Es para Bilbao y dice: Piensa que seguir planteando sobre si el imperialismo ruso o no esto es encontrar alternativas o voluntad real de actividad política. No se entiende bien la pregunta.
Pregunta:
No, si piensa si seguir planteando sobre el imperialismo ruso o no, es por no querer encontrar voluntad de querer avanzar sobre otras cuestiones.
L. Bilbao:
En realidad, ya dije lo que pienso sobre eso. Puede ser falta de voluntad o puede ser otra cosa, no lo sé. No juzgo voluntades o conductas subjetivas, juzgo hechos objetivos. El hecho objetivo, como dije fue grave.
G. Cieza:
Bueno, si no hay más preguntas damos por terminada esta tercera clase. Los esperamos el sábado que viene. Muchas gracias a todos.
Bibliografía
Teoría y lucha contra el imperialismo
1- Ernesto Che Guevara. Obras escogidas. 1957-1967. Tomo II. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991. «Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana» (pp. 493-506).
2- Paco Ignacio Taibo II. Ernesto Che Guevara, también conocido como el Che. Planeta. Joaquín Mortiz. 1996. Cap. 35: «El redescubrimiento de África» (pp. 510-517).
3- Ernesto Che Guevara. Obras escogidas. 1957-1967. Tomo II. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991. «En la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas: discurso y contrarréplica» (pp. 541-571). «Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental» (pp. 584-598).
4- C. Wright Mill. Escucha, yanqui. La Revolución en Cuba. Fondo de Cultura Económica. México-Buenos Aires. VIII. «¿Qué significa “yanqui”?» (pp. 168-186).
5- Jean-Paul Sartre. Prefacio, en: Frantz Fanon. Los condenados de la tierra. (pp. 7-29). Fondo de Cultura Económica. México-Buenos Aires.
6- José Gabriel Vazeilles. «Economía e ideología en la crisis de fin de siglo». Seminario «Marxismo y capitalismo hoy: Modernidad y crisis». Montevideo, mayo de 1996.
7- Juan José Hernández Arregui. Nacionalismo y liberación. Metrópolis y colonias en la era del imperialismo. Corregidor. «Los organismos internacionales financieros» (pp. 262-279).
8- Gabriel Fernández. «Década del 60: Juan José Hernández Arregui. El combate contra el coloniaje cultural». En periódico Madres de Plaza de Mayo. Noviembre de 1990. (pp. 15-18).
9- Texto completo del reportaje que la revista argentina Che le efectuara en La Habana a John William Cooke en setiembre de 1961. «Hoy somos un apéndice del imperialismo». En periódico Madres de Plaza de Mayo. Octubre de 1990. (pp. 17-18).
10- Fernando Martínez Heredia. «El mensaje 30 años después». (A propósito del «Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental», del Che Guevara). En Tricontinental, año 31, abril de 1997.
11- Fernando Martínez Heredia. «Balance y recreación del socialismo». En América Libre, Nº 10, enero de 1997.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
Anexo
EL PENSAMIENTO DE JOHN WILLIAM COOKE
John William Cooke nació en 1919 en La Plata.
En 1945 se unió al peronismo, integrando posiciones nacionalistas y antiimperialistas con los rasgos democráticos y populares de su tradición radical. A los 26 años es elegido diputado nacional. En el Congreso sostuvo la necesidad de la planificación, criticando al liberalismo económico, apoyó la nacionalización del Banco Central y de los depósitos bancarios, así como la repatriación de la deuda externa.
Las disidencias y críticas a burócratas le imposibilitaron acceder a un nuevo período como legislador. En 1954, desde la revista De Frente, se opone a los contratos petroleros, apoya críticamente el proceso de liberación nacional, condena el imperialismo y ratifica sus posiciones latinoamericanistas.
Luego del golpe de 1955, es uno de los principales referentes de la Resistencia Peronista, impulsando acciones para lograr la vuelta de Perón y retomar el poder. Es detenido pero se fuga del penal de Río Gallegos y se traslada a Chile. Perón lo nombró su representante.
En 1958 apoyó una importante huelga petrolera y en 1959 participó de la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre, contra su privatización, convocando a una huelga general.
En 1960 viajó a Cuba y conoció al Che. Allí defendió a la Revolución de la invasión de los yanquis en la Bahía de los Cochinos. En su pensamiento se observa un salto desde el nacionalismo revolucionario al socialismo latinoamericano, y plantea que la cuestión nacional está unida a la cuestión social.
Regresó en 1963 con una concepción claramente marxista. Es partidario de un socialismo adecuado a las circunstancias latinoamericanas. Sostiene que para lograr el triunfo de los movimientos de masas son necesarias una teoría revolucionaria, organización y métodos de lucha revolucionarios. La falta de una teoría adecuada a la situación fue un déficit que le costó la caída al peronismo y es una dificultad para la toma del poder. Escribe sobre el papel de la lucha armada en relación con la lucha de masas, criticando el espontaneísmo y el vanguardismo desconectado de las bases.
Mantuvo una extensa correspondencia con Perón, señalándole que en el movimiento coexistían proyectos distintos y que tarde o temprano estallarían las contradicciones. Cooke no acuerda con Perón sobre el papel de los dirigentes partidarios y le transmite la invitación para trasladarse de Madrid hacia Cuba.
Insiste reiteradamente en el problema de la falta de organización política y de una definición ideológica: el peronismo es un gigante invertebrado y miope. Cuestiona a la burocracia oportunista y se pregunta qué significará ser peronista cuando Perón no esté. Señala que el peronismo es el hecho maldito del país burgués y que, aunque se trata de un movimiento policlasista, es la clase trabajadora la que lo debe conducir.
Cooke se relacionó con diferentes sectores de la línea combativa del peronismo y desde Acción Revolucionaria Peronista trabajó en la formación de militantes.
Presidió las delegaciones argentinas a conferencias de solidaridad con Cuba. En nuestro país fue el hombre de confianza del Che para su proyecto político que comprendía a toda América Latina.
Murió el 19 de septiembre de 1968, a los 48 años. Ese día, un contingente guerrillero de las Fuerzas Armadas Peronistas es sorprendido por la represión cuando se entrenaba en Taco Ralo, Tucumán. Muchos militantes revolucionarios tuvieron una estrecha relación con el «Gordo» o el «Bebe», y Cooke fue el referente ideológico de la izquierda revolucionaria peronista de la década del 70.
COOKE POR COOKE
* Cuando los pueblos pugnan por liberarse, ahondan en el escrutinio de su pasado… En el pasado buscamos afirmación, antecedentes, claves. Pero sabiendo que los desafíos históricos son constantes y renovados, y que cada generación debe responder a los suyos. La historia no está escrita por anticipado y el mundo se nos ofrece como inacabado para que lo construyamos en medio de la contingencia y el riesgo: está en nosotros que deje de ser un mundo de ignominia.
* Donde el liberal ve un mundo de armonías, el revolucionario ve un caos de desigualdades; donde el liberal ve una sociedad que debe preservarse, el revolucionario se propone reparar las desigualdades destruyendo el sistema que las origina… La democracia capitalista alega ser un orden natural. El revolucionario la considera un orden histórico y como tal modificable por el esfuerzo de la voluntad humana. La ideología liberal burguesa no es, por lo tanto, una inmanencia conocida por la revelación, ni el resultado último del proceso racional: es tan contingente como el mundo cultural del que nació y debe ser superada como prerrequisito para la eficacia revolucionaria.
* No se puede contentar a los pueblos con declaraciones en el sentido de asegurarles una igualdad política que contrasta con la desigualdad económica y menos aún, hacerles creer que para conservar la primera deben mantener la segunda. La famosa igualdad de oportunidades de las viejas teorías es un mito que sólo aparece en tránsito fantasmal de formulación teórica. Yo quisiera que alguien le dijese a los obreros de Tucumán, a los mensús, a las clases proletarias, que ellos tienen igualdad de posibilidades porque nadie les impide veranear en Mar del Plata o especular en la Bolsa.
* Toda revolución es el final de un proceso, y hasta que llega ese triunfo total, solamente se anotan éxitos parciales y algunos, que parecen fracasos, también aportan al triunfo final. Pero mientras una concepción burocrática renuncia al triunfo total, resignándose sólo a los pequeños éxitos parciales, la línea pseudo revolucionaria busca sólo apoteosis totales, por encima de las condiciones –cualesquiera sean– que se den en un momento dado: tampoco concibe la revolución como proceso, la concibe como suceso fulminante sin que antes medien los sacrificios y las tareas revolucionarias que no lucen, la acción anónima de miles de militantes.
* La lucha por la liberación parte de la determinación del enemigo real: el imperialismo, que actúa a través de la oligarquía nativa y de los engranajes políticos, económicos y culturales a su servicio. En primer plano aparecen, indisolublemente unidas, la cuestión nacional y la cuestión social. Una no puede resolverse sin la otra.
* Nosotros no tenemos ningún deseo de ser reprimidos. Nos gustarían las soluciones pacíficas y sin víctimas. Pero no somos quienes hemos cerrado esa posibilidad: es la oligarquía, el imperialismo, los gendarmes de la explotación… No llamamos a ninguna aventura desesperada. Llamamos a la lucha que comienza por esclarecer conciencias, proclamar las verdades y hablar por los que callan cuando deberían orientar a la masa.
* El pensamiento latinoamericano no puede ser sino revolucionario. En cuanto deje de serlo, se niega a sí mismo, porque admite como inmutable la situación que nos oprime.
* El imperialismo prefiere que persistan los carcomidos andamiajes de la democracia sin pueblo, porque sus presidentes de cotillón, sus parlamentos de kermese y sus jueces sordomudos, son la mejor garantía de que todo seguirá igual para los pobres y para los ricos.
* El pueblo tendrá que ir encontrando su estrategia propia, que sea común a todas las fuerzas que desean un país liberado… que asegure la justa distribución de la riqueza, una auténtica democracia, la liberación frente al imperialismo. Los obreros están en esta lucha, junto con una parte de la clase media y la burguesía no vinculada al imperialismo. Hay muchos que desean participar e incorporarse activamente. En medio de la tormenta, nos iremos reconociendo.
* El régimen no puede ser cuestionado desde sus mismos valores… Una de las condiciones para que la clase obrera asuma la conducción del proceso nacional… es el rechazo de las formas ideológicas que corresponden a la organización económica social vigente y la creación de una visión del mundo propio: eso es la teoría revolucionaria… conocer el mundo a través de sus propios valores y no de valores ajenos. La teoría revolucionaria es lo que junto con la organización revolucionaria y los métodos de lucha dan el triunfo a los movimientos de masas.
* Una concepción nacional es aquella capaz de plantear originalmente la revolución sin trasladar mecánicamente conclusiones que fueron válidas en otro cuadro histórico-social; a nadie se le ocurre que tenga que ser una construcción hecha con elementos conceptuales surgidos como productos nativos. Lo que hace que una ideología sea foránea, extraña, exótica, antinacional, no es su origen sino su correspondencia con la realidad nacional y sus necesidades. El liberalismo económico era antinacional no porque lo inventaron los ingleses, sino porque nos ponía en manos de ellos.
* Somos peronistas porque está Perón. Cuando Perón no esté, ¿qué significará ser peronista? Cada uno dará una respuesta propia y esas respuestas no nos unirán, sino que nos separarán. Tal vez nos encontremos en los homenajes recordatorios, pero entre un partidario de las «conciliaciones» que propugnan los obispos y un revolucionario, no hay otro campo de entendimiento: estamos en diferentes barricadas y como la lucha es muy aguda, no nos saludaremos como caballeros medievales sino que nos degollaremos, como corresponde a enemigos irreconciliables.
* El peronismo de pura figuración y cálculo, de caballeros, ese peronismo sin angustia, sin el pensamiento puesto todo el día y todos los días en el drama argentino, es un merengue decorativo que sería útil si adentro de la torta hubiese una bomba, pero cada vez hay más merengue y no va quedando sitio para la bomba. Tenemos líder revolucionario y una masa revolucionaria pero, también, una capa burocrática –sindical, política y administrativa– que actúa de aislante y no de mecanismo de transmisión, de freno y no de ejecutora de la política revolucionaria.
* No sabemos si este movimiento es «subversivo», eso es una cuestión de terminología y en los países coloniales son las oligarquías las que manejan el diccionario.
* Yo viviré, como recuerdo, durante el tiempo que me tengan en su memoria las personas que de veras me han querido; y en la medida en que he dedicado mi vida a los ideales revolucionarios de la libertad humana, me perpetuaré en la obra de los que continúen esa militancia.
APUNTES SOBRE EL CHE
A los revolucionarios nos debe turbar la presencia del Che Guevara, que encarna la conciencia moral de los hombres de América, y enfrenta consigo mismo a cada uno de nosotros… América está demasiado llena de varones prudentes, administradores prolijos del buen sentido y la verdad revolucionaria por igual… Y
que están tan muertos como las ideas que exponen con la seguridad de los que jamás ven nada.
Rechazamos la actitud de singularizar a Guevara como el propugnador del «foco guerrillero» y basar en ello su valorización como teórico revolucionario. Lo que enseñó con la palabra y la acción fue mucho más amplio y trascendente: la urgencia de la lucha armada para conquistar la libertad; la posibilidad que se le abre hoy a muchos continentes subdesarrollados para terminar con las estructuras de la dominación colonial y la injusticia social; la concepción de una estrategia común contra un enemigo que universaliza su opresión y debe ser combatido por medio de frentes de lucha que se vayan abriendo en todos lados («hay que crear dos, tres, muchos Vietnam»); el papel de las vanguardias, definidas en función de sus praxis y encaminadas a
desatar las energías de los pueblos para oponer su violencia a la de las clases dominantes; la falacia de confiar a procesos ajenos a nuestra voluntad el advenimiento de un nuevo orden político-social; la formación del Hombre Nuevo estimulando el desenvolvimiento de los valores morales alienados en la deshumanización de la sociedad clasista; la solidaridad como base de la convivencia en la construcción del socialismo y de las relaciones entre movimientos y países revolucionarios.
Era un hombre común, surgido de nuestro medio: rosarino, estudiante, asmático, jugador de rugby, ciclista, lector de El Gráfico, con una visión de la realidad argentina donde se mezclaban aciertos y alienaciones distorsionantes… Mantenía, con respecto a sí mismo, una actitud crítica, algo sobradora y burlona, como correspondía a su idiosincrasia cordobesa-porteña que rechazaba lo ampuloso y solemne. La Revolución Cubana es el heroísmo pero, también, la alegría y la irreverencia, porque para construir lo nuevo hay que perder el respeto a los ídolos del viejo orden y arrasar con las fachadas que encubren su avaricia. El
Che ponía su mordaz acento rioplatense en ese desprecio a los prejuicios y convencionalismos. Como presidente del Banco Central tuvo que firmar los nuevos billetes que sustituyeron a los de la emisión previa y estampó su rúbrica: «Che».
En ese atroz vacío de octubre, nuestra vida clamaba contra la injusticia de que el Comandante Guevara hubiese caído cuando aún no era su tiempo de morir… Sin embargo, a través del mundo las voces revolucionarias coincidían en afirmar una sola verdad esencial, que rescataba el sentido del luto colectivo: vibraba en las conciencias la convocatoria del Che para los compromisos totales de la lucha liberadora.
El Che seguirá formando parte de nuestra circunstancia mientras haya quienes compartan ese proyecto para la transformación del mundo, que él enriqueció teóricamente y sirvió hasta las últimas consecuencias.
John William Cooke
En: Boletín “Cátedra Che”, Nro. Especial a 30 años de la muerte de Cooke – 19/9/98
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30/08/2007 a las 02:05 | Publicado en 08) Archivo: Cátedra Ernesto Che Guevara (1997-98) | Deja un comentarioCátedra Ernesto Che Guevara – Universidad Nacional de La Plata.
Sábado 20 de septiembre de 1997. 18 hs. Aula 1 del ex Jóckey Club (48 e/6 y 7).
TEORÍA Y LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMO.
Manuel Gaggero, Gabriel Fernández, Jorge Cardelli, Luis Brunatti.
Iniciamos la cuarta clase de esta Cátedra Ernesto Che Guevara. El tema de hoy es «Teoría y lucha contra el imperialismo». Este tema es continuación de la charla que dimos el sábado pasado. Los docentes que van a participar hoy de esta charla son Jorge Cardelli, Gabriel Fernández, Manuel Gaggero y Luis Brunatti.
Empezamos esta charla en este mes de septiembre, recordando que un 23 de septiembre de 1850 moría uno de los pensadores y dirigentes más importantes que tuvimos en el Río de la Plata, que se llamó José Gervasio de Artigas. Y que un 19 de septiembre de 1968 moría uno de los dirigentes más brillantes y más lúcidos que tuvimos en nuestro país, que se llamó John William Cooke.
Iniciamos esta Cátedra con quien es profesor titular de esta Cátedra, Manuel Gaggero.
Yo voy a dividir la exposición, como somos varios, vamos a tratar de hacerlo lo más sintéticamente posible las exposiciones, y después iniciamos la ronda de debate. Cuando se mencionó el aniversario de la muerte del Gordo Cooke, modifiqué algunos de los temas a plantear hoy y pensé en hacer una exposición breve de cuáles eran los ejes en debate en la elaboración de la teoría de la lucha contra el imperialismo en América Latina, y especialmente en la Argentina. Y en una segunda parte de la exposición, contar la experiencia y la relación, la experiencia nuestra y los debates en la relación Cooke-Ernesto Che Guevara.
Yo creo que lo primero que tenemos que tener en cuenta es que en la cuestión del imperialismo hay un antes, por lo menos en América Latina, y en el debate en América Latina, hay un antes y un después de la Revolución Cubana. Y digo un antes y un después porque, evidentemente, en todas las luchas previas a la Revolución Cubana el componente nacional antiimperialista estaba presente, aún cuando era muy fuerte la impronta democrática. Porque recuerden ustedes que en las décadas del 40 y 50 hubo, fundamentalmente en muchos países de América Latina, dictaduras del tipo de Trujillo en la República Dominicana, Pérez Jiménez en Venezuela, Rojas Pinilla en Colombia, Batista en Cuba, Somoza en Nicaragua, Castillo Armas en Guatemala, es decir, que había un conjunto de dictaduras, que planteaban la cuestión de la lucha anticolonialista, la lucha antiimperialista, como un segundo aspecto, y planteaban como una primera cuestión la reivindicación democrática en los movimientos previos al triunfo de la Revolución Cubana. Además, en todos los partidos comunistas y socialistas de la década de entre el 30 y el 40 se había producido todo un debate en torno a la cuestión, cuando aparece como un elemento a tener en cuenta en la política internacional la presencia del fascismo, aparece el planteo de Dimitrov de los frentes populares antifascistas, entonces, de alguna manera la cuestión del imperialismo estaba contenida en la cuestión más amplia de la lucha democrática o de la lucha por la democracia antifascista. Entonces, esa era la característica hasta la Revolución Cubana.
La Revolución Cubana, en el conjunto de los países latinoamericanos, plantea dos cuestiones centrales en este debate. Introduce dos cuestiones centrales. Por un lado, introduce la posibilidad cierta, real, de derrotar a los ejércitos enemigos, a los ejércitos que respondían al imperialismo, y a las dictaduras, la posibilidad cierta de derrotarlos, y de iniciar un proceso de liberación nacional y social, sin etapas. Hasta ese momento se planteaba en la discusión en el campo revolucionario que había como dos etapas. Una primer etapa que era fundamentalmente anticolonialista, antiimperialista, democrática, y una segunda etapa del proceso revolucionario que era socialista. En la primera etapa, y está contenido en este programa, se pensaba que había que hacer alianzas con fracciones de las burguesías patrióticas de cada país, que eran antiimperialistas, y que en la segunda etapa serían expropiadas por el nuevo poder a construir, por el nuevo poder revolucionario. La Revolución Cubana, entonces, volviendo al planteo, introduce estos dos elementos. Por un lado, le dice al conjunto del movimiento popular, al conjunto del movimiento revolucionario latinoamericano, la revolución es posible, y por otro lado, plantea la cuestión de la relación entre revolución anticolonialista, antiimperialista y revolución socialista. Porque ustedes recuerden que fue muy rápido, hubo prácticamente un período de un año, y ya en el 61 la Revolución Cubana se declara socialista.
Esto introduce, además del tema de la unidad entre lucha antiimperialista y lucha por el socialismo, plantea el problema de la confrontación, la confrontación por la vía armada, no por la vía pacífica, parlamentaria, es decir, es posible derrotar al imperialismo pero con las armas en la mano. Segundo tema en debate. E introduce también el tema de quién vanguardizaba esta lucha, porque plantea también, pone en discusión la Revolución Cubana la tesis del partido, de la necesidad de un partido revolucionario, marxista-leninista, que dirigiera el proceso revolucionario. Y plantea la posibilidad de que esta dirección estuviera en manos de un frente de liberación mucho más amplio que un partido, que incluso contuviera, tuviera componentes ideológicos diferentes, marxistas, cristianos, nacionalistas revolucionarios, y que además tuviera como centro de la lucha, y ésta es la tesis del Che, como realmente elemento que vanguardizaba este frente, al ejército guerrillero. Ésta era la tesis que levantaba Ernesto Che Guevara.
Todos estos temas se debatían ampliamente en los 60, y en la Argentina este debate tenía otros ingredientes. Porque además de que se debatía lucha armada o lucha pacífica; si lucha reformista, lucha parlamentaria o lucha armada; se planteaba acá una discusión que tenía que ver con el papel de la burguesía, y con el carácter de la revolución, y con la características de la estructura de país de la Argentina. ¿Por qué?. Porque, en general, había dos concepciones. Por un lado, los sectores más ligados a la izquierda clásica, que tenían como teórico, de alguna forma, a Fush, planteaban que la Argentina era un país que conservaba formas feudales, era un país capitalista pero no integralmente capitalista, donde subsistían formas feudales. Entonces, planteaba que el carácter de la revolución en la Argentina de los 50, 60, era fundamentalmente agraria, democrática, antiimperialista en el camino hacia el socialismo; ésa era la característica. Planteaba que había en el país componentes semifeudales y le daba, le otorgaba a la burguesía y al ejército, incluso, a los sectores patrióticos del ejército, un papel en este proceso, digamos, de cambio revolucionario. Por otro lado, en la nueva izquierda que va surgiendo en los 60, se plantean dos concepciones, diría yo a grandes rasgos, había muchas más. Pero las dos concepciones más fuertes eran, en general coincidíamos todos, peronistas revolucionarios y no peronistas, marxistas, etc., de esta nueva izquierda, coincidíamos en el carácter capitalista de la estructura argentina. Decíamos, evidentemente hay un error, no hay ningún resto de feudalismo en la estructura económica argentina, la Argentina completó el ciclo de la construcción de la nación, en términos de nación capitalista, y además la burguesía ha cumplido su papel transformador. Eso sosteníamos nosotros, esencialmente los que militábamos en el peronismo. Ha cumplido su papel transformador en el período 45-55, es decir, durante el período del peronismo, y más de eso no puede dar. O sea, que la revolución evidentemente que se tiene que dar, este proceso revolucionario, no va a tener un carácter democrático-burgués sino más bien va a tener un carácter antiimperialista y socialista, en razón de que el país es un país de estructura capitalista y la burguesía ya ha cumplido su ciclo, y se requieren transformaciones más profundas de las que la burguesía llevara a cabo en este período 45-55. Pero había otro sector dentro de esta nueva izquierda, que planteaba directamente el carácter socialista de la revolución. Reconocía en el proletariado, pensemos, estamos hablando de los 60, la clase obrera en los 60 tenía un componente industrial muy fuerte en Argentina, estábamos en el tercer período de sustitución de importaciones, era un país con desarrollo industrial importante; éste proletariado era el que iba a encabezar las luchas y además le iba a dar, evidentemente, un contenido clasista al proceso revolucionario. Es decir, planteaban una confrontación de clase contra clase. Directamente eran las fracciones que reivindicaban, fundamentalmente, al foquismo en los años 60. Entonces en ese marco estaba el debate.
El debate del método, el debate del carácter de la lucha, era otro de los debates que se introducía en los grupos, las organizaciones revolucionarias de la década del 60. Del 60 estamos hablando, no del 70. Eran muy pequeños los grupos, y también se introducía el tema del método. Y en general, la nueva izquierda planteaba con fuerza que no había otro camino que el camino de la lucha armada, de la lucha revolucionaria, y de ahí se dividía en dos grupos o dos corrientes o dos posiciones. Una, que reivindicaba el papel o la característica urbana de la Argentina, marcaba la necesidad de que la guerra tuviera como escenario las ciudades, y que la lucha fuera inminentemente urbana. Y otros que planteaban, levantando la tesis de Guevara de la necesidad de una acumulación de carácter militar en el campo, sin perjuicio que la guerrilla desarrollara acciones en las ciudades. Éste era, más o menos a grandes líneas, los ejes divisorios del movimiento revolucionario en los 60, y de cómo se veía el papel del imperio o del imperialismo en nuestros países, y en nuestro país en concreto.
En esta concepción del imperio, las características del país, si bien nosotros decíamos que el país era capitalista y que había completado su ciclo de construcción del capitalismo, también decíamos que era un capitalismo dependiente. O sea, que efectivamente había una relación de la construcción capitalista con el imperio que hacía que la revolución tuviera un carácter, si bien tuviera un carácter fundamentalmente antiimperialista, y a la vez también socialista, en la medida que había que expropiar a sectores de este capitalismo para generar el proceso de acumulación y las transformaciones revolucionarias que se planteaban.
En esa situación, en los 60, y ya para terminar, se da uno de los tantos intentos que hubo en esta década, de construcción de un proyecto revolucionario, de un frente de liberación, que fue el que, de alguna manera, pilotean desde La Habana John William Cooke y Ernesto Che Guevara. Cómo se arma esta relación. Yo este tema lo introduje ahora, fundamentalmente, porque es el aniversario del Gordo y me parece muy importante señalarlo. La relación del Gordo con Ernesto Che Guevara fue muy fuerte, fue una relación donde, en todas las relaciones políticas de ese período, de cualquier período, cada uno recibe del otro. El Che de alguna manera le incorpora a Cooke una visión del proceso revolucionario de carácter mundial, de cómo el Tercer Mundo estaba viviendo en los años 60 todo un proceso de crecimiento de las revoluciones: Argelia, Vietnam, los pueblos árabes, los pueblos africanos, los movimientos anticolonialistas en Mozambique, Angola. Y por otro lado, el Gordo Cooke, que había participado como uno de los protagonistas claves de toda la experiencia peronista, y que tenía muy claro el papel del peronismo en ese período, le incorpora este elemento, es decir, la necesidad de tener en cuenta en cualquier proyecto revolucionario al peronismo. Digamos como de alguna manera, gigante miope e invertebrado que hablaba Cooke, este hecho maldito del país burgués, como él decía, había que tenerlo en cuenta en cualquier proyecto revolucionario.
Cooke y el Che coinciden en la formulación de un frente de liberación que iniciaría efectivamente las acciones revolucionarias a través de un núcleo guerrillero en la montaña, pero que tendría como escenario central las ciudades. Para eso convoca un conjunto de grupos que en ese momento estaban planteándose la lucha revolucionaria, que estaban inmersos en este debate que yo señalaba. Fue un sector del Partido Socialista que encabezaba en esos años Ernesto Semán, que después desaparece en el año 76, es secuestrado por la dictadura militar; otro grupo, un grupo de Palabra Obrera que se llamaban Peronismo Obrero Revolucionario; un grupo trotskista que encabezaba el Vasco Bengochea; un grupo que se definía como LN, que tenía como ideólogo a Abraham Guillén; y después grupos peronistas independientes. Todos estos son convocados por Ernesto Guevara y por Cooke, año 61, finales del 61, principios del 62. La experiencia, lamentablemente, fracasa.
Esto termina, digamos, se profundizan las diferencias, pero de alguna manera esto instala este debate y muestra dos cosas, para cerrar. Por un lado, que es mentira lo que dice Castañeda respecto a que el Che se va de Cuba en 1966-67 por diferencias con Fidel. El Che se planteaba en 1961, y esta experiencia lo muestra, ya la necesidad de trabajar en un proyecto revolucionario en el Cono Sur, sobre la base de la concepción que él levantaba como elemento rector de su planteo, que era la Revolución Cubana, la revolución en un solo país, no puede subsistir, y es necesario extender el proceso revolucionario, y el Cono Sur efectivamente es un escenario para este proceso. Esto desmiente la tesis de Castañeda, muestra la fuerza y la decisión del Che. Y por otro lado, la relación que se estableció entre el Che y John William Cooke, una relación muy importante que después se canaliza en el apoyo al intento de Masetti en el 63, y después sigue con un intenso intercambio epistolar entre el Che y Cooke. Yo creo que, con esto concluyo porque somos varios y son muchos los temas, lo que quiero señalar como síntesis es que estos debates de la década del 60 fueron, de alguna manera, y dieron origen a después lo que se siguió debatiendo durante el 70, y a la formación de las organizaciones revolucionarias, del ascenso revolucionario de la década del 70. Nada más.
Le damos la palabra a Gabriel Fernández. Gabriel Fernández es coordinador de la Cátedra en la UBA, es también coordinador en esta Cátedra, y es uno de los autores o mentores de la Cátedra Che Guevara en la Argentina. Además, es periodista del diario de Madres de Plaza de Mayo.
El tema teoría y lucha contra el imperialismo en modo alguno queríamos transmitir desde la Cátedra, esto lo habíamos señalado en la clase inaugural, la concepción de Guevara como algo más extraordinario de lo que él fue. Es decir, estamos hablando de un revolucionario extraordinario y al mismo tiempo queremos insertarlo dentro de procesos de transformación en los cuales la lucha antiimperialista es determinante. Yo pensaba, para tirar algunos datos muy brevemente, que valía la pena pensar en voz alta, reflexionar un poco entre todos acerca de los antecedentes de elementos de ruptura existentes en la sociedad argentina, y desconocidos por muchas generaciones de militantes, no tomados en cuenta, y que inciden como clima cultural social sobre el Che Guevara, aún cuando él no abrevara necesariamente sobre tal o cual autor. En este sentido la Argentina, hoy al comienzo Guillermo Cieza hablaba de Artigas, no vamos a ir tan lejos pero creo que es un dato relevante a tomar en cuenta, la Argentina tiene ejemplos de ruptura de tradiciones políticas y de rupturas hacia adelante muy, muy importantes. Vamos a nombrar a modo de ejemplo a unos pocos para no hacer extensa la exposición.
Pero vamos a recordar, por ejemplo, sobre fines del siglo pasado, para arrancar con el período actual, a un alemán que se llamaba Germán Ave Lallemant, quien llega con su ideología revolucionaria, su ideología marxista, a la república Argentina. Participa de la fundación del diario El Obrero, que es el primer diario marxista. Y fíjense cómo introduce un elemento central. El tipo anda, pelea junto a los trabajadores aquí, se vincula con el conjunto de las colectividades que llevan adelante, desde el anarcosindicalismo, el anarquismo, el socialismo y el colectivismo, las distintas luchas y dice, bueno, es evidente que aquí se observa con claridad la disyuntiva trabajadores y explotadores, en la cual nosotros creemos integralmente a nivel mundial. Pero aquí hay algo más. Aquí hay una opresión nacional por parte de Gran Bretaña que merece ser elucidada. Esto lo señala Lallemant, de manera periodística, si se quiere, en el diario, y de manera sindical en las reuniones de trabajadores, antes que Lenin señalara lo propio de una manera más teórica, más desarrollada, en Rusia. Desde ese momento Lallemant desarrolla su vida, colabora activamente con las corrientes de izquierda de la Unión Cívica Radical, porque señala hay que unir el campo nacional con el campo marxista, sin definirlo en esos términos, que son mucho más contemporáneos, como lo recordaba recién Manuel. Pero desde que termina su vida política casi no es reivindicado por la izquierda argentina, que toma o uno u otro camino como elementos excluyentes, si nos damos cuenta. Sobre todo en la izquierda tradicional, donde Juan B. Justo y el llamado Partido Socialista Internacional entran a pesar de manera decisiva.
Siguiendo. Manuel Ortiz Pereira, para que veamos de distintos afluentes. Manuel Ortiz Pereira es radical y hace el camino inverso al de Germán Ave Lallemant, ya sobre comienzos de siglo. Él señala el problema de la Argentina es la falta de soberanía frente al imperio. Él señala el problema de la Argentina es, bueno, somos un país encadenado, pero empieza a observar que existen latentes, debido a ese encadenamiento, una serie de condicionantes sociales internos que genera colonialismo cultural, lo cual hace que las clases sociales, en lugar de desenvolverse según sus intereses, se desenvuelvan según los intereses que les hacen creer que tienen. ¿Qué hace entonces?. Preanuncia las zonceras de Arturo Jauretche en un libro, entre otros, que se llama La tercera emancipación. Y desde el otro perfil confluye, confluye en un nivel general, no generacionalmente, con el planteo previo de Lallemant.
Posteriormente, Arturo Jauretche. Arturo Jauretche rompe con la Unión Cívica Radical en el año 42. Dice están tan manoseadas nuestras banderas dentro del radicalismo que, por más que nosotros sigamos siendo radicales, más vale irnos porque el alvearismo ha copado esta estructura. El que quiera ver alguna relación con la actualidad, con otros movimientos históricos, la puede tomar, porque creo que Jauretche pensaría así. Y señala que la posibilidad de transformación integral de la Argentina pasa por desestructurar los elementos de colonialismo mental, al igual que lo decía Manuel Ortiz Pereira, que existen en este país. Pero avanzan lo suficiente en un tramo desconocido de Jauretche como para en los años 70 plantear el apoyo a la juventud insurgente en ese momento. Y él se dirige a sus compañeros, a sus viejos peronistas, y les dice no hay que quedarse en viudos tristes, no hay que quedarse con la casa vieja, porque la casa nueva se está construyendo y la están construyendo estos jóvenes revolucionarios. En la casa vieja, como la conocemos, aunque sea una porquería nos parece que está adecuada y que es cómoda; en la casa nueva que se está realizando hay tachos de pintura en el medio, en las escaleras, nos hacen tropezar, se cae el revoque que se acaba de poner, hay que lanzar una construcción muy fuerte. En ese sentido, Arturo Jauretche plantea la ruptura con la tradición absoluta del nacionalismo revisionista para integrarla a la tradición que estaba refundando la Juventud Peronista y las distintas corrientes transformadoras en ese momento.
Agustín Tosco. Agustín Tosco marca, junto con John William Cooke, desde ambos perfiles diferenciados que confluyen, algo así como el proceso de maduración social que vive el pueblo argentino, y que es cortado con el golpe de 1976. Agustín Tosco, a partir del problema evidentemente social, plantea la necesidad de unidad, después de un largo proceso que va desde el peronismo antiburocrático hacia el marxismo, la unidad con los sectores como los encarnados por Atilio López, que permitan configurar un frente que aúne la liberación nacional con la liberación social. En todos estos casos, y Tosco también es un paradigma, hay ruptura con los elementos tradicionales de cada una de las vertientes.
Y John William Cooke, que evidentemente transgrede, aún sintiéndose más peronista que ninguno, absolutamente todos los cánones tradicionales del peronismo. Y se lo puede bucear en la definición y la descripción que él hace con respecto al tema de la burocracia.
En todos estos casos hay un recorrido común que tiene que ver con por qué decíamos el Che Guevara como producto de un clima social cultural aún cuando no abrevara en uno o en otro elemento, y es el tema de la forma de construcción del conocimiento. El problema del conocimiento implica desde dónde se mira la realidad. Y a través de todos los compañeros, apenas hemos mencionado algunos, podríamos mencionar a otros, a Hernández Arregui, a Milcíades Peña desde un perfil completamente distinto, a Silvio Frondizi, a Walsh, a Mario Roberto Santucho, todos esos compañeros señalan que hay que estar parado en algún lado sin perder la dinámica. Es decir, hay que estar parado en una zona geoeconómica desde donde se mira el mundo para no flotar en la indeterminación, como decía Cooke, y estar parado en una clase social determinada para no mirar el mundo desde cualquier lugar, donde aparecen intereses confluyentes debido a la región geoeconómica pero que no son claros, en cuanto a la determinación social, sobre qué tipo de transformación se necesita en el país.
No voy a ir mucho más lejos pero, simplemente para cerrar, señalo que en los 60, y en esto creo que Jorge va a hablar al respecto, se abren dos grandes vertientes que son herederas de todas estas tradiciones de ruptura, que es la nueva izquierda y el peronismo revolucionario. Entiéndase las denominaciones como denominaciones amplias y aglutinantes, y en modo alguno referidas a una organización en particular, aún cuando haya tomado tal o cual nombre. Todas estas tendencias, y eso es lo que hay que recuperar, por eso decía lo de la maduración social cortada en el 76, porque el golpe del 76 es económico en el sentido que Martínez de Hoz le imprime a este proceso, pero sobre todo es político para cortar un proceso de maduración que era muy trascendente para la sociedad argentina; hay un desmentido integral muy fuerte, muy sólido, a las iglesias en la política. El Che Guevara, que condensa como revolucionario extraordinario este tipo de planteos, hace hincapié en la desdogmatización y no sólo en sus escritos o, yo diría, no tanto en sus escritos como en su accionar concreto. El Che es una esponja del saber latinoamericano, el Che es una esponja del clima cultural argentino, el Che aprehende de los distintos países que va conociendo lo mejor del saber local, lo mejor del saber popular que anda circulando en boca de la gente en ese momento, y no lo desprecia en ningún momento ni lo compara con el saber teórico de los libros. Él sabe que hay que estudiar, él sabe que los grandes clásicos del marxismo merecen ser leídos, pero él dice aquí tenemos una realidad latinoamericana a transformar, y esta realidad latinoamericana la vamos a transformar con estos tipos que están peleando acá. En ese sentido, la tradición de ruptura argentina, la tradición de ruptura de las tradiciones latinoamericanas se fusionan en el Che Guevara, como uno de los ejemplos máximos de revolucionarios en nuestro continente. Gracias.
Voy a presentar al próximo expositor que es Jorge Cardelli. Es dirigente de CTERA y con él tuvimos el placer de participar en esta Cátedra Che Guevara cuando se dio en la UBA, en una clase que dimos en la Carpa Docente.
Bueno, yo voy a tratar de continuar en el marco de problemas que planteaban los compañeros, señalando una cosa que me parece importante. Cuando nosotros hablamos de los debates de la década del 60, del 70 o todo el período hasta la dictadura militar, entramos en esa etapa habiendo salido de dos guerras mundiales. Es decir, hay un mundo de posguerra, y ese mundo de posguerra, que normalmente se lo suele presentar como cosa separada, fue todo el larguísimo proceso a través del cual el sistema capitalista terminó de resolver su crisis. Y realmente la crisis la resolvió no propiamente de una manera pacífica y armónica, sino realmente de la manera más salvaje. Nosotros no debemos olvidar que los Estados Unidos, la potencia líder del mundo actual, no vaciló en tirar la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki para terminar la segunda guerra mundial. O sea que para aquellos que piensan de que porque no hay dos bloques en este momento posiblemente tengamos más seguridad de paz, yo diría que no es para pensarlo de esa manera. Pero el mundo que surge en la posguerra, digamos, esquemáticamente hay tres bloques: el mundo capitalista, el mundo socialista y los países del Tercer Mundo. Y muchas veces nosotros, en los análisis de esa época, olvidamos la fuerza y el valor que tenía lo político inclusive en el propio desarrollo económico, valor que inclusive hoy nos hace mirar mal muchas de las situaciones que viven algunos países en particular. Un debate fuerte que giró alrededor de toda nuestra militancia fue el tema del papel que jugó Argentina en la segunda guerra mundial. Y el papel que jugó Argentina en la segunda guerra mundial está ligado al surgimiento del movimiento peronista que tuvo, realmente, más allá de cualquier discusión, un papel dominante en la vida política argentina desde los cuarenta y pico en adelante. Y quiero señalar un poquito algunos elementos de ese debate.
En principio, vistas hoy las cosas, uno puede decir que en la segunda guerra mundial se debatieron varias cosas. Uno de los temas que se debatió era la contradicción capitalismo con el socialismo, que la expresaban Alemania, por un lado, y la Unión Soviética, por el otro. Pero también era cierto que era una guerra interimperialista porque Alemania, Japón e Italia discutían con los Estados Unidos e Inglaterra la nueva redivisión del mundo, y querían recuperar colonias porque habían quedado afuera. Alemania porque perdió la primera guerra e Italia y Japón porque no habían quedado para nada en el reparto de colonias. Y hay una tercera cuestión que también se jugaba en la segunda guerra mundial, que era el avance de China y la lucha por la liberación nacional contra los japoneses, en este caso en China. O sea que era una guerra donde había una cantidad enorme de aspectos. Y una guerra en la cual, por diferentes razones, América Latina no estaba participando de esa guerra.
América Latina estaba a distancia de esa guerra. Lo cierto es que, producida la guerra, la primera cuestión, aflojada la presión imperialista, ya sea por la crisis del 30, ya sea por la cuestión de la guerra, se produce un marco de condiciones para que aquí surja un desarrollo nacional con una cierta burguesía, que hizo bastantes cosas, y por el otro lado una gran cantidad de conquistas por parte del movimiento trabajador. Esto fue el hecho objetivo, y es cierto que en la dirigencia que conducía ese proceso, la dirigencia hegemónica, ni de lejos tenía una posición socialista, era claramente, tenía la idea de un desarrollo nacional, de una independencia, y especulaba con la guerra. E inclusive más, Perón, una buena parte de su tiempo, pensó que la guerra que había terminado en el 45, había posibilidad de que hubiese una nueva guerra mundial, particularmente en Corea, y eso le diese nuevo espacio a nuestro país para un nuevo desarrollo nacional. Es decir que, como burguesía nacional, indudablemente tuvo un carácter independentista.
Lo cierto es que de una forma o de otra, después de la segunda guerra mundial y ya por los 50, hay un cierto clima optimista desde la perspectiva del desarrollo. Desde la perspectiva de desarrollo, digo, porque en los países capitalistas básicamente funciona toda la ideología keynesiana, todo el estado de bienestar, hay un conjunto de teorías que dicen que el capitalismo iba a crecer de manera indefinida y no iba a tener ningún tipo de problema. Pero también hay una posición optimista en los propios países socialistas. E inclusive está el discurso del Che en Montevideo donde dice nosotros vamos a crecer al ocho por ciento anual, e inclusive le contrapone en los debates a la posición que tenían los demás ministros de relaciones exteriores, le contrapone el plan. Y les dice nuestro plan es tan fuerte que nos va a permitir crecer al ocho por ciento anual, y no solamente eso, vamos a lograr lo que lograron ustedes, lo que logró el capitalismo, en mucho menos cantidad de años y con mucho menos sufrimiento. Es decir, la idea de lograr el crecimiento y lograr toda la riqueza y lograr toda la posibilidad económica que tenían los países desarrollados era una posibilidad que se planteaba desde el socialismo, pero por un camino diferente. Y también, y es importante decir, desde diferentes ideologías desarrollistas que existían en los países del Tercer Mundo, particularmente en África, y también desde posiciones peronistas, se planteaba que era posible hacer la liberación nacional, hacer un desarrollo con cierta independencia y con cierta planificación tener altas tasas de crecimiento y alcanzar los mismos niveles que los países desarrollados en muchos menos años y con mucho menos sufrimiento.
A mí me parece importante, de esta idea, yo le llamaría a esto el mito del alcance, lo quiero poner porque hoy vuelve a estar presente. En aquel momento el mito del alcance estaba presente por la vía de la industrialización. Íbamos a resolver nuestros problemas si nos industrializábamos. Industrializarnos era hacer lo mismo que tenían, alcanzar el mismo nivel de desarrollo industrial que tenían los países desarrollados. En ese marco, un aspecto importante del debate que nos ligó a nosotros, y con Manuel en ese sentido, uno de un lado, otro de otro, hay una cosa importante que se saldó por los 60, que un poco lo dice Manuel, la idea de que el mundo capitalista era un solo mundo. No había varios mundos, no había un capitalismo que se daba en los países desarrollados y después se iba expandiendo hacia los países periféricos, y que en todo caso nosotros, Argentina y América Latina, éramos una etapa de ese proceso, es decir, ahora estábamos en la etapa feudal y después iríamos avanzando a otras etapas superiores. Ya había un solo mundo capitalista, y en ese mundo nosotros éramos una parte. Es decir, el Tercer Mundo, América Latina y los países desarrollados eran parte de una misma articulación. Los países periféricos éramos los países explotados y los países desarrollados crecían gracias a la explotación que tenían los países periféricos. Pongo esto en la mesa porque también esta es una idea que hoy ha desaparecido del mapa. Ha desaparecido la idea de explotación y ha desaparecido la idea de industrialización. Éstas son, me gustaría volver al final de la exposición.
Pero esta idea se impuso, de alguna manera, en la cual después venían las diferencias, si había espacio para un proyecto de liberación nacional con la alianza con la burguesía nacional, que era lo que planteábamos los que militábamos en el movimiento peronista, y los que tenían muy poca esperanza de que hubiese posibilidades con la burguesía nacional, que son los otros compañeros que estaban en la izquierda. Estoy hablando de toda la izquierda que era no Partido Comunista. Y la denomino así porque el debate de los 60-70 está muy signado por un debate peronismo-antiperonismo, y donde el protagonista fuerte del debate antiperonismo en el campo popular era el PC. Y lo digo así no porque hoy podamos decir quién tenía razón, porque creo que a los peronistas nos cabe la necesaria autocrítica de decir que el movimiento peronista que estuvo en la década del 40-50 no era un dechado de virtudes, que hubo enorme cantidad de elementos autoritarios y que, bueno, que tuvo una cantidad de cosas importantes. Pero todas esas cosas que nosotros no veíamos y que muchos nos lo decían son las que después terminaron imponiéndose, y que son la explicación del Menem que tenemos ahora. Es decir, el Menem que tenemos ahora, no nos olvidemos, no creció en un repollo, creció en un movimiento peronista que indudablemente tenía enorme cantidad de limitaciones. Y la dirigencia obrera, hoy traidora, que tenemos y, concretamente, la UOM, los demás sindicatos, tampoco crecieron en un repollo, también crecieron en un marco de condiciones que son las de las concepciones que terminaron imponiéndose, y que estaban como germen pero estaban en el movimiento peronista. Es decir, que estos aspectos creo que son así. Esto lo que me toca a mí. Creo que a los compañeros de la izquierda les toca un profundo gorilismo, un profundo sentido antipopular, y una profunda falta de respeto por la experiencia que estaban viviendo nuestros pueblos. Porque las movilizaciones fueron objetivas, nadie se puede olvidar lo que significó el 17 de noviembre cuando viene Perón al país, de que masas de gente salían a esperar a Perón bajo la lluvia, en las condiciones más imposibles. Ni la dictadura militar jamás hubiese pensado el fervor popular que tuvo Perón. Y para qué decirles cuando murió. En fin, toda la historia de movilizaciones que significó el peronismo.
Yo quiero, finalmente, en el tema de la violencia, camino por el cual avanzamos todos… ah, antes que eso, hay otro tema que quedó saldado, que hoy me parece que también saldamos en esa etapa, es que América Latina es una especificidad. América Latina, más allá de ser un país del Tercer Mundo, América Latina no es Asia y América Latina no es África. América Latina es un país que alcanzó la independencia nacional el siglo pasado. Y nosotros, cuando juntábamos todo el Tercer Mundo, juntábamos todo como si fuéramos todos los países del Tercer Mundo igual, y la realidad es que no visualizábamos el tema. Uno de los temas importantes que no visualizábamos es la fuerte tradición democrática de lucha por la democracia, el voto y todas estas cosas que en América Latina ya tenían mucha historia. América Latina no era exactamente el mismo continente que los demás y, en ese sentido, una creo de nuestras incomprensiones, desde esa perspectiva, es no haber visualizado estas características particulares del propio continente, y que deberían haber sido desarrollados más en profundidad. Por ejemplo, el tema de la valorización, en este caso, de la democracia. Pero también es cierto, y lo digo por la positiva, que en ese momento se entra a desarrollar la teoría de la dependencia. La teoría de la dependencia es una teoría de origen latinoamericano. Y lo importante de la teoría de la dependencia es que dice sí, es cierto que el sistema capitalista es único, es cierto que hay una economía mundial, pero también es cierto que América Latina no es de palo en ese proceso, que no solamente hay una expansión imperialista de allá para acá, también hay entregadores de acá, y también el proceso de articulación del dominante y del dominado tiene especificidad histórica y hay que verla en sus diferentes características, y la forma que adopta depende de la historia de cada uno de esos países. Es decir, la teoría de la dependencia planteó la necesidad de estudiar la especificidad de la dominación que se daba en América Latina. En ese sentido fue un avance importante. A partir de ahí después vienen un conjunto de discusiones, unos con una posición, otros con otra posición.
Yo, para ir terminando, a mí me parece que hay cosas, yo creo que muchas cosas han quedado en el camino por lo bien y otras que nos quedan todavía por seguir debatiendo. Creo que una de las cosas que se va disolviendo en nuestro país es el debate peronismo-antiperonismo. Creo que lo que nos ayuda que se vaya resolviendo es que, entre otras cosas, creo que el peronismo ha cumplido definitivamente el ciclo histórico, digamos, cumplió una tarea muy importante y hoy no creo, para mi gusto, que tenga más posibilidades de aportar más a la transformación de la realidad de nuestro país. Pero lo cierto es que hoy leemos y miramos para atrás con un poco más de generosidad, e inclusive hay muchas posiciones de muchos intelectuales de izquierda que los que venimos de un lado las estamos releyendo de manera diferente. Y también creo que, como decía Gabriel, muchos militantes y pensadores que vinieron del movimiento peronista como John William Cooke, como Arturo Jauretche, hoy están siendo leídos con un criterio diferente. Es decir, hay un criterio de mayor unidad y eso me parece una cosa importante.
Finalmente, me quiero referir un tema que sí creo que no termina de estar saldado en el debate, y a mí me parece un tema trascendente. Digo dos temas, primero el tema del mito del alcance. Hoy nos dicen que la solución de nuestros problemas es alcanzar el desarrollo tecnológico, que si nosotros tenemos el conocimiento y el desarrollo tecnológico que tienen los países desarrollados, seguramente nuestros problemas se solucionarán. Entonces, nuestra tarea principal vuelve a ser alcanzarlos. Y a mí me parece que cada vez que los queremos alcanzar, los alcanzamos menos y nos hundimos más. Quizás hay que pensar que no hay que alcanzarlos y que en el nuevo mundo que nosotros queremos hacer hay muchísimas cosas, casi una gran parte de lo que hay en los países desarrollados, que no necesariamente tienen que estar, no todo lo de allá es necesario. Éste que me parece que es un tema trascendente para ahora. Y el segundo tema trascendente es la clase trabajadora, compañeros, no ha desaparecido. Hay una transformación muy grande entre los trabajadores en aquellos tiempos y los trabajadores de hoy, pero hoy también los trabajadores existen. La Carpa Docente es un ejemplo, la lucha de los periodistas por lo de Cabezas es un ejemplo, además de los cortes de calles, además del MTA y además de todas las luchas obreras, y además de todo lo que ha sido la Marcha Federal. O sea, estamos ante una situación nueva. Nuevos trabajadores y ante condiciones internacionales nuevas.
Creo que debemos volver a mirar las cosas del pasado porque el pensamiento que hoy tenemos que construir tiene que ser una continuidad crítica de lo que hicimos antes. Creo que los objetivos, en líneas generales, no se han modificado. Nada más.
Quería decir que está presente José Luis Rumbau, un periodista de la televisión cubana. Pido un aplauso para él y para una república de Cuba que está sufriendo atentados terroristas, que repudiamos en la primera charla y hoy queremos seguir repudiando, sobre todo para que este compañero pueda llevar, de alguna forma, la solidaridad que sentimos por el pueblo hermano.
Voy a terminar las primeras exposiciones de los docentes presentando a Luis Brunatti, un hombre que fue ministro de gobierno, diputado nacional, y que renuncia al Partido Justicialista a partir del indulto. Creo que en un momento en que se bajan banderas, en que se bajan posiciones políticas pensando en los cargos, Luis Brunatti es un ejemplo de que más importante que los cargos, más importante que las pertenencias que puedan dar, que permitan hacer negocios políticos, está en defender determinadas ideas.
Bueno, en primer término un agradecimiento a los organizadores de esta Cátedra por la invitación. Y voy a tratar de complementar, de algún modo, todo lo que se ha dicho, para dejar elementos que probablemente se puedan esclarecer más en el futuro debate. Y quiero partir en estos seminarios, yo no es el primero que participo con respecto a la figura del Che, se hace mucho hincapié en la necesidad de no caer en los modismos en que el Che quede convertido en una camiseta, en una banderita de moda. Y si bien esto es así, no se puede negar que hoy el Che está de moda. El Che está de moda con todo lo positivo que esto tiene y con todo el compromiso que obliga a desarrollar. Porque una de las cosas que no hay que perder de vista que un modo más de convertirlo al Che en un póster es separarlo de la Revolución Cubana y separarlo de la figura de Fidel. Creo que el Che, la Revolución Cubana y Fidel Castro, que sigue peleando desde esa isla por los ideales de la humanidad, son una sola cosa que deben ser pensadas de ese modo y valorizada en ese sentido. No hacerlo así, tratar de ver en el Che una figura descollante, al margen y por arriba del proceso que posibilita su generación y desarrollo, es una forma de convertirlo en un póster.
Para nosotros, los que venimos de origen peronista, la Revolución Cubana y la figura del Che tiene una importancia central. Yo me desarrollé en el movimiento cristiano y en aquella época comenzamos a ver en la Revolución Cubana un ejemplo que había que seguir, que de algún modo había que emular. Esto fue lo que nos llevó a pensar en aterrizarlo, de algún modo, en la realidad argentina, y uno lo aterrizaba idealizando los procesos. Fue así que idealizamos el peronismo, lo digo con todo lo meritorio y lo contradictorio que esto tiene, idealizamos el peronismo porque pretendíamos aterrizar en esa realidad un proceso de transformaciones que llevaría tiempo, que necesariamente llevaría lucha, pero que era necesario implementar, desarrollar en este suelo. Esa idealización del peronismo le dio una gran vitalidad. Viéndolo en el tiempo creo que estuvo bien que esto fuera así. Fue importante, fue positivo que fuese así, teniendo en cuenta, claro, las contradicciones de un movimiento como el movimiento peronista.
Ustedes comprendan que el peronismo se había formado de una manera muy distinta en Capital Federal, el conurbano, las provincias industrializadas, y el resto del país. En Capital Federal, el conurbano, las provincias industrializadas, el peronismo se formó con una gran participación de la clase trabajadora, desprendimientos de la izquierda, radicales que no transaban con la alvearización del radicalismo. Pero en el interior del país el peronismo se conforma con sectores conservadores que adhieren al nuevo movimiento. Es por eso que, a través del tiempo, y como correlato de la desindustrialización, aquellos sectores que habían permanecido agazapados dentro del movimiento van cobrando importancia. Y hoy los apellidos que tienen que ver con el Partido Justicialista son apellidos conservadores, como los Saadi, los Rodríguez Saa, los Romero de Salta, y tantos otros peronistas y neoperonistas. Sin olvidarme del presidente de la nación. Ellos, que formaban parte del contradictorio, complejo mosaico del peronismo, fueron disciplinados de tal modo por la realidad que se vivía, que bailaban al compás de lo que en esa época se daba. Para los más jóvenes, algunos datos pueden llegar a hacer entender hasta qué punto. No hay que olvidarse que, en aquellos años, dos terceras partes de la humanidad se encontraban en el socialismo o en camino hacia el socialismo. Se asumían dos terceras partes de la humanidad de ese modo. Esto llevaba a que, por ejemplo, en un debate entre sindicalistas, Agustín Tosco, que fue bien recordado, discutiera por televisión con José Ignacio Rucci. Sin pretender hacer una calificación de Rucci, sino describirlo, yo lo veo hoy como un Daer de estos tiempos. Y ambos discutían por televisión pero parados desde el socialismo. Para agudizar más, para reflejar más claramente qué eran esos tiempos, quiero recordar para los más viejos y comentar para los más jóvenes, que el actual presidente como gobernador de La Rioja en el año 73 declara a La Rioja primer estado socialista de la república Argentina. Esto da una idea de cómo era el clima y por qué es importante analizar las cosas en ese contexto. Es el contexto el que permite tener una idea de cómo era el pulso social, hacia dónde se movilizaba la sociedad, qué cosas la motivaban. Y esto es verdaderamente importante, porque van desarrollando, sobre todo hacia el interior del peronismo y en el seno de la sociedad argentina, vinculaciones con lo que de alguna manera el metamensaje de la Revolución Cubana.
Es decir, todos los debates que acá se reflejaron son ciertos a nivel teórico, y era lo que debatía la juventud en aquel momento. Pero también es cierto que el pueblo vibraba al compás de una sentida transformación que se percibía que se iba a desarrollar. Por decirlo de alguna manera más simple: la revolución se olía, se percibía, las cosas iban a cambiar. Se tiraba un cargo de diputado al aire y caía al suelo, porque no se podía ser parte de la burocracia, ya que se iba a ser socio de las transformaciones de la sociedad, ya que se iba a ser parte de un futuro revolucionario. Esto es sustancialmente distinto a lo que se vivió luego a través del tiempo. La revolución se percibía. Durante los largos períodos de dictadura que hubo en todos aquellos tiempos, los jóvenes percibíamos la posibilidad de desarrollar el idealismo natural de la juventud hacia adentro de las organizaciones revolucionarias y la política en general. Y esto es una cosa muy importante, sobre todo hoy que la política está más consustanciada con el modelo económico y muy pocos, y la verdad que con un esfuerzo de voluntad terrible, ven hacia adentro de la política la posibilidad de desarrollar verdaderos ideales con respecto a la humanidad, a la sociedad.
Entonces, más aún, ustedes habrán escuchado hablar de la clase política, y esto para colmo de males no se lo menciona hoy en estos días, no se lo menciona de forma peyorativa, ustedes van a escuchar por radio y televisión hasta figuras progresistas hablar, desde la Alianza, desde aún partidos o sectores más de izquierda, de hablar de clase política. Ya no la política representativa de clases sociales, sino la política como clase en sí misma, que por lo tanto tiene cosas que defender, tiene metodologías, sistemas, que hacen a su propia subsistencia. En estos tiempos los partidos políticos no ofrecen a la juventud la posibilidad de aterrizar la idealización que nos ofreció a nosotros. Nosotros sentíamos en las expresiones revolucionarias, en el movimiento político de los más diversos sentidos, y aun debatiendo aspectos secundarios y a veces muy importantes, la posibilidad de estar desarrollando, participando en la construcción de los ideales más sentidos. Esto es una enorme diferencia con lo que hoy se vive.
Yo creo que asistimos a un vaciamiento tremendo de la democracia. Creo que el sistema representativo está en crisis. Está en crisis y no la veo como una crisis negativa. Afortunadamente, para que el ser humano participe, y para que la juventud participe nuevamente en la acción política, va a haber que ofrecerle protagonismo, ya no representatividad, ya va a haber que ofrecerle posibilidades de participar en serio y no de trabajar para ser representados, y esto me parece una cosa positiva que se va a desarrollar con el tiempo.
Lo cierto es que la Revolución Cubana jugó para la sociedad argentina, y la figura del Che, un papel central. Para los peronistas fue la posibilidad de reactivar todo el proceso que tenía que ver con el retorno de Perón, como dije, idealizando todo eso con sus pro y sus contras, y la posibilidad de aterrizar los ideales en esta tierra. Por supuesto que el tiempo, la lucha que se dio, la aniquilación que se produjo de la juventud, estuvo dirigida a terminar con aquella semilla peligrosa para el imperialismo, peligrosa para los intereses no sólo de nuestro país sino en el continente. Por eso una vez más se puso en marcha una matanza, y por eso hoy el mérito que tenemos es haber pertenecido a una juventud que entregó lo más valioso que tiene la juventud, que es su sangre a la tierra en función del desarrollo de su sociedad, en la generación de ideales, de principios, la forma de buscar el desarrollo del ser humano, la promoción del ser humano. Una vez más el 76 vino cruelmente a desarmar las posibilidades que se habían generado. Una vez más, digo, porque como sabrán, en nuestro país las matanzas fueron muchas. Nuestro país, que por televisión aparece como pacífico, es un país de grandes matanzas. Primero matamos a los indios. Después borramos a los negros. Un puerto de esclavos, como es Buenos Aires, ustedes saben, no tenemos negros porque nos encargamos de aniquilarlos. Después vino la matanza de los trabajadores en la Semana Trágica y los fusilamientos de la Patagonia, y que llegó hasta después del 55. Y por último, la matanza de los jóvenes, como para que quedara grabado a sangre y fuego que estas cosas no se hacen, que la posibilidad de atentar contra el sistema de intereses económicos y políticos establecidos se paga caro. Para dejar grabado a fuego esto, no tanto por los errores, que sí los tuvimos, sino por los aciertos, es que sobrevino el Proceso y la tremenda aniquilación.
Bueno, pero cómo aterrizar hoy todo el idealismo. Porque estas cosas que recordamos no tienen que ver con la nostalgia, como dice Menem, sino que tienen que ver con el mandato de la humanidad. Se trata de desarrollar una sociedad más justa, y en estos momentos percibimos, percatamos que las cosas no van en esa dirección. Muy probablemente haya que desarrollar la forma, y para mí, creo que tiene que ver fundamentalmente con el protagonismo de la gente, con el protagonismo de la sociedad, y dejar a un lado el sistema democrático representativo. Hoy al sistema democrático se lo condena por derecha. No son pocos los que piensan al final las dictaduras no eran tan malas. Es decir, por derecha se cuestiona a esta falsa democracia. Yo creo que por izquierda, con la profundización de la democracia, con el protagonismo de la sociedad, con dejar de elegir representantes y elegir protagonismo. ¿Ustedes se han puesto a pensar cómo la tecnología, que todo lo puede, no ha logrado que el ser humano se exprese en cuestiones políticas en forma directa? ¿Por qué, es que no se puede lograr esto?. Pero por supuesto que se puede. A ese tipo de transformaciones me refiero, una transformación más de fondo. No se trata, les decía yo a los compañeros en la época en que buscábamos desarrollar una alternativa política, no se trata de buscar diputados buenos. La Revolución Francesa no se hizo con marqueses buenos, se hizo con otra cosa. De este mismo modo, hoy la transformación de la sociedad hay que pensarla no en función de la moralización de la política sino el protagonismo de la sociedad, el protagonismo de la gente y la acción directa de la política. Creo que estamos grandes ya para eso. Hay que dejar de lado los paternalismos, que son útiles en una etapa de la vida del ser humano, pero que si se extienden demasiado en la vida del ser humano, de la sociedad, terminan castrándola. Esta sociedad tendrá que encontrar esos caminos.
El Che, después de tantos años de haber sido un desterrado, un desconocido, un ignorado, un ninguneado en su propia tierra, alcanza el reconocimiento más alto que se le puede brindar, que cientos o miles de jóvenes, a veces en los más distintos puntos del país, se escuchen hablar, se sienten, se reúnan a escuchar a hablar o a opinar sobre su figura. Esto habla de que los ideales de la humanidad están vivos, están presentes en la juventud. La juventud, ustedes saben que es la garantía biológica de la evolución de la sociedad, hoy la juventud transgrede por donde puede, transgrede por donde es posible. Tampoco es constructivo ni útil transgredir tirando piedras o siendo funcionales al modelo, exponiéndose a invalidar los procesos de protagonismo popular. Hoy la juventud transgrede por donde puede, y una forma de transgresión profunda es la revalorización de una figura como la de Guevara, la de que sea posible reunir tanta gente para hablar, para escuchar, para opinar sobre temas como éste.
Y para terminar, esta sociedad que, como decía, en la cual lo político ha sido lentamente vaciado de contenido hasta convertirlo en una cáscara hueca, con todas las formas pero sin nada de esencia, es como un huevo al que se lo ha vaciado, sí hay cámaras, sí funciona todo el sistema institucional, pero la gente no se siente participando, no se siente defendida, este sistema, que se encargan en promover el sentido humanitario, y está bien que lo hagan, hace pocos días murió la madre Teresa de Calcuta, y yo que vengo de origen cristiano y veía todas las honras que tuvo, pensaba en la hipocresía de este sistema que se encarga de exaltar una figura que tiene que ver con la dádiva a los pobres; pero ha ignorado, repudiado sistemáticamente a los que han hecho transformaciones profundas que lograron que gran parte de la humanidad viva en forma digna. Y como ejemplo de esto, como un simple ejemplo de esto menciono a Guevara y a Fidel Castro y a la Revolución Cubana. Gracias.
Bueno, me están empezando a llegar algunas preguntas.
Voy a decir que: Exigimos justicia a siete años del asesinato de Andrés Núñez. Jornada cultural de protesta, radio abierta, grupos en vivo. El sábado 27 a las 15 horas en plaza Italia. Invita la Coordinadora Sur.
Tengo algunas preguntas. A Jorge Cardelli: ¿Desde dónde se explica la formación antiimperialista del Che en la Argentina, puesto que ésta fue por fuera del peronismo?.
En verdad no conozco cómo ha llegado a la formación antiimperialista el Che, pero he escuchado una exposición hecha por el Cacho Envar El Kadri que la recomiendo, está grabada en la Cátedra de Buenos Aires, donde entre otras cosas muestra cuán fuerte fue el impacto de las conquistas y de los logros del movimiento peronista en el país mientras estaba en el gobierno. Hay una cantidad importante de hechos que muestran de que, en el caso del Che, muy lejos estaba de tener una posición contraria al peronismo, y al contrario muestran de ser una persona que fue impresionada por los logros del peronismo en la etapa 45-55. Más detalles, lamentablemente, no conozco. Pero la segunda cuestión, y esto sí lo digo, ya que me parece realmente una posición bastante simplista pretender explicar las ideas de una persona solamente por el contexto global que existía en el país.
Tengo otra pregunta que habla de la relación de Guevara con Masetti. ¿Se propuso Guevara acompañar esta experiencia guerrillera?. Creo que es para Gaggero.
Bueno, la impresión general es que efectivamente Guevara se proponía acompañar la experiencia de Masetti, con el cual habría establecido una relación muy fuerte durante el período anterior al triunfo de la Revolución Cubana. Los más viejos recordaremos que, antes del triunfo, antes de 1959, algunas radios argentinas, me acuerdo de radio El Mundo, pasó un largo reportaje que hizo Masetti en Sierra Maestra a los guerrilleros que estaban en ese momento combatiendo a la dictadura de Batista. Y en ese reportaje había una larguísima intervención del Che. Año 57, 58 más bien. A partir de ahí Masetti se relaciona con los revolucionarios cubanos, vuelve a Cuba luego del triunfo y es el fundador, junto a otros periodistas argentinos como Walsh, Paco Urondo, Verbitsky, fundan la agencia Prensa Latina, que aún hoy es la agencia cubana de noticias.
La impresión y la certeza que tenemos de que Cuba y el Che apoyaban firmemente la experiencia de Masetti se basa en dos elementos. Una, sin duda, el hecho de que Masetti se autodenomina Comandante Segundo. Algunos dicen que se llama Comandante Segundo porque tenía una gran simpatía literaria por Ricardo Güiraldes. Pero los más dicen que era Comandante Segundo porque reconocía como Comandante Primero a Ernesto Che Guevara. Y la otra es la presencia en la guerrilla de Masetti, en la guerrilla del EGP, de tres compañeros cubanos, que combatieron junto a la guerrilla de Masetti, que estuvieron presentes, y que eran de la columna de Guevara, de la columna que había tomado Santa Clara, y eran uno de los compañeros guevaristas de la corriente guevarista del movimiento cubano de esos años. O sea que, efectivamente, la relación era muy fuerte. Y sin duda Masetti contó con el respaldo de la Revolución Cubana, y contó o pensó en la posibilidad de que si esta guerrilla se instalaba efectivamente en Salta pudiera convertirse en el escenario de la lucha del Che.
Yo quería completar un poquito esa pregunta, con respecto al Comandante Segundo. Hace muy poco se publicó en Montevideo una entrevista a un funcionario cubano, que es más conocido como Barbarroja. No recuerdo el apellido, ¿cuál es?
Piñeiro.
Piñeiro. Que era jefe del departamento de América, que en ese momento manejaba toda la cuestión de la solidaridad con América Latina. Y los fierros, acota Gaggero, en este caso. Este Barbarroja comenta, y creo que esa es una primicia, que en realidad, confirma que en realidad esto del Comandante Segundo era porque el Comandante Primero era Guevara. Y que, en realidad, el plan, que eso lo habían discutido con Masetti, él y Guevara, era que Masetti estableciera una base operacional, y a partir de que se dieran determinadas condiciones el Che iba a participar en esa experiencia. Que además esto tenía que ver con una posición que tenía Fidel desde hacía bastante tiempo de no exponer a sus jefes militares en la primera etapa de la guerrilla, es decir, a los jefes más importantes. Lamentablemente, la experiencia de Masetti fracasó, entonces es por eso que el Che no viene a la Argentina y sí lo hace a partir, sigue con esa idea, porque además Guevara siempre tenía esa idea de volver a la Argentina, a partir de la experiencia boliviana, que también era una experiencia que se iniciaba en Bolivia pero, realmente, a partir de eso la idea del Che era armar una columna para bajar a la Argentina. Eso era lo que quería completar.
Tengo otra pregunta. Dice: Más allá del reconocimiento a las expresiones locales de la lucha revolucionaria, ¿cuál era la opinión del Che en referencia al movimiento peronista y la tercera posición en general y respecto de su líder en particular?. A Gaggero o Fernández.
Como decía Jorge recién, vale tomar en cuenta la correspondencia personal del Che para enterarse de eso. Está prácticamente a disposición de todos, hay varios libros que las reproducen. Uno de ellos es el de Norberto Galasso, donde en la correspondencia personal del Che Guevara aparecen opiniones muy nítidas, por ejemplo, sobre el golpe del 55. Entre otras cosas, Guevara dice: la Argentina era una mancha diferente en un continente dominado por los norteamericanos, y quisieron acabar con esa mancha porque fue ofensiva para ellos. La visión que tenía de Perón era bastante mala, aparentemente era bastante crítica, creo que por razones que seguramente van a quedar muy claras. Pero con respecto a la tercera posición, la definición socialista revolucionaria creo que era absolutamente clara. El tema era que, aparentemente, siguiendo la trayectoria, la obra y la vida del Che Guevara, uno observa el asentamiento de sus posiciones sobre el interés popular latinoamericano resultaba determinante. Esto implica que, más allá de la adscripción socialista, él intentaba la construcción de un socialismo efectivamente referenciado sobre esas clases populares, al cual si le convenía circunstancialmente el alineamiento con la Unión Soviética, estaba de acuerdo con hacerlo, y si le convenía tomar en cuenta el alineamiento con China, estaba dispuesto a hacerlo, y si le convenía el alineamiento con el movimiento de países no alineados, estaba dispuesto a hacerlo. Este tipo de tesitura, basada en preceptos revolucionarios pero básicamente referenciado en el interés popular revolucionario latinoamericano, está planteado en la OLAS, está planteado en la iniciativa de Tricontinental.
Y con respecto a la dualidad que se pueda abrir acerca de la formación del Che, yo reitero lo que señalaba antes, y esto cada uno lo puede percibir en sí mismo. Rastrear la influencia ideológica de alguien según necesariamente los textos que ha leído no siempre nos brinda una pauta clara del conjunto de los saberes que lo han ido aprovisionando. Se sabe que el Che Guevara tomaba muy en cuenta los textos de Lukács, y que tenía previsto leer a Gramsci, es probable que lo haya leído. Lo que es seguro que, por ejemplo, Cooke coincidía con esas lecturas, lo cual nos brinda un dato sobre su formación. Y obviamente tenía un gran conocimiento de los clásicos del marxismo. Pero no era un estudioso estricto, en un sentido académico de eso, y todas las lecturas las combinaba con literatura, las combinaba con la mejor literatura que podía encontrar. Es famosa, y es tal vez emblemática, una foto de Korda del Che leyendo a Goethe en la sierra, ¿no?. Creo que ahí nos permite trazar un cuadro de quién era el Che Guevara. Si nosotros pretendemos encasillarlo vamos a tener un Che que está un poquito desvirtuado con respecto a la influencia global que él tenía. Un tipo ayer, un compañero en la Cátedra en Buenos Aires señalaba esto, la inteligencia del Che, es decir, el Che no era un hombre romántico en un sentido irracional, la racionalidad del Che puede considerarse una racionalidad bastante avanzada con respecto a su tiempo, era bastante comprensivo con respecto a que los textos que él leía estaban permanentemente acompañados por elementos vivenciales, y sin esos elementos vivenciales no hubieran sido las mismas las conclusiones que él hubiera sacado de esos textos.
En ese sentido, también se diferencia del modo de estudio de lo que yo señalaba como iglesias. Yo sé que a lo largo de muchas exposiciones y de muchas charlas suena lindo, y ustedes lo han escuchado, posicionarse desde la ciencia. Entonces alguien se posiciona por encima de todos los demás pensamientos y dice lo mío es científico. Y si bien vamos a coincidir en que hay diagnósticos globales de la sociedad que se pueden comprobar a nivel estadístico, nos vamos a encontrar con que, curiosamente, es muy poco dialéctica la observación, porque se intenta amarrar el pensamiento político popular y la construcción de una política popular a elementos cerrados. Si algo es científico en un sentido político de construcción, se está planteando como inmóvil, y automáticamente se sube a un pedestal que descarta el resto de los saberes que se van construyendo en la práctica misma y que han demostrado, en muchos proceso revolucionarios, entre otros el cubano, por qué no en el Movimiento 26 de Julio, por ejemplo, que tienen tanto valor como otros saberes relacionados más con el aprendizaje directo a través de los textos, etc. En este sentido, el Che también es un ejemplo a seguir, y tomarlo unilateralmente creo que puede ser empobrecerlo.
Una pregunta para Luis Brunatti: ¿Cómo lograr lo que él llama profundizar la democracia y la acción directa de los políticos?.
Bueno, la idea de profundizar la democracia tiene que ver con una apuesta a la vida, a la evolución de la sociedad. No se puede pensar que el esquema en el que estamos funcionando sea, verdaderamente, como se dijo, el fin de la historia, y que de este modo concluyen las posibilidades del ser humano de participar en forma épica por la transformación de la sociedad.
Hoy en la política no hay poder. Y no lo dice alguien que ha pasado marginalmente por la política. Yo he tenido espacios de protagonismo político de cierta envergadura, y les puedo asegurar que en la política no hay poder o, mejor dicho, hay poder para ir en una dirección, y todo lo otro va a confrontar con las posibilidades de acción. Dónde está el poder hoy. Hoy el poder está en los medios de comunicación, el sistema de comunicación, y lo económico. Pero el sistema de comunicación es parte de lo económico. No se puede aceptar que la humanidad, de aquí en adelante, va a ser espectadora. Del mismo modo en que la tecnología llega con su mensaje a todas partes, es posible pensar en la implementación de la tecnología al servicio del pueblo. Llevaría mucho tiempo desarrollar esta idea más en profundidad. De todos modos, próximamente va a aparecer un trabajo que refleja todo este debate, y creo que aquí conviene terminarlo en este punto porque esta es una Cátedra vinculada al Che Guevara, y yo comenté esto porque me parece que, desde la izquierda, tiene que haber una alternativa al discurso que se levanta hoy valorizando los gobiernos fuertes y las dictaduras.
Para Cardelli, dice si puede explayarse sobre el tema del gorilismo en la izquierda.
Sí, por ahí a veces uno con la forma simplifica un poco. Pero hay frases históricas como, por ejemplo, que el movimiento peronista era un movimiento fascista, por ejemplo; o la actitud que se tuvo con respecto al golpe del 55; o por ejemplo, el creer que las luchas obreras o las luchas populares habían empezado en los 60 y la Resistencia Peronista no había sido una lucha de los trabajadores y una lucha del pueblo; el desconocimiento de la importante cantidad de dirigentes peronistas que eran dirigentes combativos; la experiencia de la CGT de los Argentinos. Y que, en todo caso, se les valoraba su combatividad, y se les decía que su peronismo era una especie de malformación que le quedaba en la cabeza. En fin, hay una cantidad de actitudes que eran de no reconocimiento al papel protagónico que habían tenido los trabajadores durante la etapa peronista, que es lo que no se puede dejar de reconocer, y también la cantidad enorme de teorías que se elaboraron de por qué los trabajadores y el pueblo adherían a Perón. Yo creo que eso está plagado de teorías de lo más exóticas, pero que en la realidad terminaban no explicando nada, o que a la hora de las elecciones terminaban dando para cualquier dirección. Yo creo que, y uno de los temas centrales, vuelvo, fue uno de los debates más fuertes, fue el tema de los debates alrededor de la segunda guerra mundial, que fueron realmente debates bastante poco acertados en muchas cuestiones. E inclusive yo quiero señalar, inclusive había posiciones tan pero tan cerradas que, inclusive, la propia valorización de la lucha revolucionaria de muchos compañeros peronistas tampoco fue comprendida.
Creo que las posiciones fueron tan cerradas que, inclusive, toda la práctica revolucionaria del Che no fue comprendida por vastos sectores de la izquierda. Hoy el Che es una figura que nos unifica a todos, pero debemos decir que en la década del 60 el Che no era una figura que nos unificaba a todos. Todos aquellos que planteábamos la lucha revolucionaria y que planteábamos que el único camino posible era el camino de la violencia, encontrábamos en el Che una bandera guía, es decir, la bandera guía como parte del hombre nuevo y la bandera guía por la metodología de lucha. Pero también es cierto de que, en ese sentido, también en lo que es la izquierda se partía.
Yo creo que hoy, eso tengo la impresión, que las cosas están bastante más aclaradas, y por el hecho de que el tema del socialismo y el tema de la transformación es un problema que excede al país, que implica la participación latinoamericana, que implica una lucha internacional, que implica una lucha contra el capitalismo y que implica, por sobre todas las cosas, el reconocimiento de la especificidad de cada uno los países, de cada uno de los continentes, y de las propias historias. Creo que esto es algo que hemos ganado en todo este camino, por eso lo hago, esta crítica, en todo caso, la hago fraternalmente y asumiendo también autocríticamente no haber sido bastante crítico con muchas cuestiones profundamente negativas y autoritarias que tenía el movimiento peronista.
Acá Manuel me pide para completar la respuesta.
No, sin entrar en polemizar esta cuestión porque creo que está bien contestada por Cardelli, yo creo que hay dos momentos en esta cuestión de la interpretación del peronismo en la izquierda. Diría que hay un momento hasta los 60, hasta el 60 concretamente, y a partir del 60 se da toda una revisión. Yo recuerdo, por ejemplo, yo militaba en el peronismo en esos años, y recuerdo que desde la revista Situación el Partido Socialista, por ejemplo, empieza a revisar su posición en el 55. Que a su vez se constituye el CNRR años más tarde, el Comité Nacional de Recuperación Revolucionaria del Partido Comunista, que después fue el PCR, que también revisa la posición que había tenido el PC en la Unión Democrática del 45. En el año 60, también. Y que además, en general, toda la nueva izquierda, nucleada de alguna forma en el MAR, Movimiento de Acción Revolucionaria, que reconocía como dos de sus dirigentes más importantes a García Elorrio, un militante cristiano que publicaba Cristianismo y Revolución, mencionada acá, y además a Luis Cerruti Costa, un compañero que venía del peronismo, el MAR estaba constituido por sectores socialistas, marxistas, apoya firmemente la CGT de los Argentinos, y Cerruti se convierte en el que encabeza el cuerpo de asesores letrados de la CGT de los Argentinos. O sea, en general creo que esa posición que señalaba Jorge es revisada en toda esta etapa.
Después reaparecen algunas posiciones no muy claras, que fueron objeto, después, de posteriores autocríticas, a partir del 73 y del tercer gobierno de Perón en la Argentina. Ahí aparecen, sí, algunos esbozos de posiciones no muy correctas y no respetuosas de la experiencia que estaban haciendo las masas populares. Pero en ese aspecto quiero rescatar también, desde la izquierda, la postura que adopta Agustín Tosco, que se niega a participar en un proyecto de hacer, conformar una fórmula electoral para confrontar con Perón-Perón, que era, o sea, Juan Domingo Perón e Isabel Martínez de Perón. Se niega a conformar una fuerza, una fórmula electoral para confrontar con Perón-Perón, planteando que había que respetar la experiencia popular y había que respetar los 18 años, y que evidentemente las masas populares querían a Perón en el gobierno. Eso es lo que quería señalar sobre este aspecto.
Sobre el otro tema que quería aportar algún dato más es sobre el tema de la relación de Perón con el Che, o del Che con Perón. Al principio, cuando Perón se relaciona con Cooke, había en el Che una actitud de bastante desconfianza de las posiciones de Perón, o cierta desconfianza o relativa desconfianza, más allá de su reconocimiento del papel del peronismo en la Argentina. Pero esa posición empieza a ser revisada. Y la dirección cubana aprueba, digamos, Fidel y el Che, aprueban un viaje que realiza hacia finales del año 62 John William Cooke a Madrid, a los efectos de ofrecerle a Perón la posibilidad de residir en La Habana, además de la posibilidad de dirigir desde ahí al movimiento peronista, y a ofrecerle, además, como aporte solidario de la Revolución Cubana al movimiento peronista, la posibilidad de que Perón se hiciera cargo, digamos, o designara una persona que se hiciera cargo de la comercialización del tabaco cubano en Europa. O sea, eso habla de una relación muy diferente a la que se plantean hacia finales de la década del 50 entre Perón y el Che. O sea, había un reconocimiento de la Revolución Cubana, de la dirigencia cubana, del papel que jugaba Perón en esos años y del papel del peronismo en un proyecto revolucionario en la Argentina.
Gabriel quería decir algo.
Muy breve, algo que algunos puede parecerles obvio sobre esto, pero que me parece importante remarcar sobre el tema de la persistencia en el imaginario colectivo o la persistencia de una identidad. Lo señalo aunque algunos lo sepan. Recorriendo distintos países de América Latina o distintos países del Tercer Mundo, creo que se logra una dimensión más o menos cabal de lo que encarnó el proceso de industrialización que va del 35 al 52, forjado por la redistribución de ingresos del 46 al 52. En general, al peronismo se lo incluye, creo que legítimamente, dentro de los movimientos de liberación nacional del Tercer Mundo, con todas sus falencias. Eso es cierto. Pero tuvo una impronta muy particular, que es la distribución del Producto Bruto Interno a nivel de 50 y 50, cosa que no se ve ni en el varguismo brasileño, ni en el MNR boliviano, ni en el velazquismo peruano. Es decir, es un movimiento populista tradicional, pero guarda, tiene muchas razones (…) popular como para estar enancado, como para estar muy adentro. Digo porque a veces nos rompemos la cabeza acerca de cómo puede ser, ¿no es cierto?, la continuidad histórica. Para darles una idea, cuando se produce el golpe del 76 la distribución del PBI instaurada entre el 46 y el 52 no había podido ser desarticulada ni por el golpe del 55, ni por el del 66, y tuvo que ser desarticulada con la política de Martínez de Hoz y la violencia. Y habíamos llegado a un porcentaje de distribución que, obviamente, era injusto, debido a las limitaciones de ese movimiento, que obviamente mantenía la explotación porque estaba dentro de este sistema -hago la aclaración porque por ahí alguien piensa que estoy defendiendo este sistema, nada más lejos de eso-, pero era equivalente a otros países de estado de bienestar de este tipo de sistema económico, tales como Suecia, por ejemplo. Hoy lo vivimos, bueno, después de la destrucción neoliberal en la Argentina, como una especie de rareza o como una especie de antigualla, pero esto sucedió en la Argentina. El nivel de industrialización a nivel medio era equivalente al de Brasil, o al de México, al de Canadá o al de Australia. En modo alguno desarrollado el circuito; y el nivel de distribución era muy superior a esos países. Y esto es interesante para ver por qué ese período tan breve de tiempo, que ni siquiera son los 10 años completos, porque a través del congreso de la productividad del 52 empieza a decaer la distribución en la Argentina, por qué ese período tan breve de tiempo es un misterio insondable del universo que dura hasta el presente. Hay razones materiales para que dure dentro del corazón de muchos sectores que tuvieron, como dijo John William Cooke, la única primavera del proletariado argentino. Todos sabemos que una golondrina no hace verano, pero todo el mundo se acuerda de una buena primavera.
Bueno, si no hay más preguntas ni aportes, damos por terminada esta cuarta clase de la Cátedra Ernesto Che Guevara.
Bibliografía
Teoría y lucha contra el imperialismo
1- Ernesto Che Guevara. Obras escogidas. 1957-1967. Tomo II. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991. «Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana» (pp. 493-506).
2- Paco Ignacio Taibo II. Ernesto Che Guevara, también conocido como el Che. Planeta. Joaquín Mortiz. 1996. Cap. 35: «El redescubrimiento de África» (pp. 510-517).
3- Ernesto Che Guevara. Obras escogidas. 1957-1967. Tomo II. Ediciones Políticas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991. «En la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas: discurso y contrarréplica» (pp. 541-571). «Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental» (pp. 584-598).
4- C. Wright Mill. Escucha, yanqui. La Revolución en Cuba. Fondo de Cultura Económica. México-Buenos Aires. VIII. «¿Qué significa “yanqui”?» (pp. 168-186).
5- Jean-Paul Sartre. Prefacio, en: Frantz Fanon. Los condenados de la tierra. (pp. 7-29). Fondo de Cultura Económica. México-Buenos Aires.
6- José Gabriel Vazeilles. «Economía e ideología en la crisis de fin de siglo». Seminario «Marxismo y capitalismo hoy: Modernidad y crisis». Montevideo, mayo de 1996.
7- Juan José Hernández Arregui. Nacionalismo y liberación. Metrópolis y colonias en la era del imperialismo. Corregidor. «Los organismos internacionales financieros» (pp. 262-279).
8- Gabriel Fernández. «Década del 60: Juan José Hernández Arregui. El combate contra el coloniaje cultural». En periódico Madres de Plaza de Mayo. Noviembre de 1990. (pp. 15-18).
9- Texto completo del reportaje que la revista argentina Che le efectuara en La Habana a John William Cooke en setiembre de 1961. «Hoy somos un apéndice del imperialismo». En periódico Madres de Plaza de Mayo. Octubre de 1990. (pp. 17-18).
10- Fernando Martínez Heredia. «El mensaje 30 años después». (A propósito del «Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental», del Che Guevara). En Tricontinental, año 31, abril de 1997.
11- Fernando Martínez Heredia. «Balance y recreación del socialismo». En América Libre, Nº 10, enero de 1997.
Los cuadernillos de las desgrabaciones y de los textos que se indican en la bibliografía están disponibles para consulta en la Biblioteca Popular Héctor Germán Oesterheld.
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